Castillo de Portillo /
Castillo de los Condes de Benavente
Localidad: Portillo – Provincia: Valladolid – Castilla y León
Serie «Los Castillos más Bonitos de España» #11
El Castillo de Portillo esconde tras sus muros, una historia de traiciones, tribulaciones, confrontaciones y encarcelamientos sin parangón. Presente en todos los grandes conflictos dinásticos de lo siglos XIV y XV, las disputas marcaron la larga lista de titulares, que cambió constantemente hasta el afianzamiento de la Casa de Benavente a partir del siglo XVI.
Por las tribulaciones de la historia, el castillo acabó en manos de la Universidad de Valladolid, y hoy se puede visitar. Es uno de los castillos más bonitos de la escuela de Valladolid, y en la visita no hay que dejar de subir a la torre del homenaje para apreciar las preciosas vistas de la Tierra de Pinares, o bajar a las profundidades del pozo del siglo XV por su escalera de caracol.
El castillo de Portillo está a 25 km (30′) de la capital provincial, Valladolid; a 90 km (1h) de Segovia; y a 178 km (2h) de Madrid.
El Castillo de Portillo en la historia
El castillo de Portillo (o castillo de los Condes de Benavente) es uno de los castillos cuya historia tiene más intrigas, trueques, cambios de bando en partidarios o no de la corona, y con ello, uno de los que ha experimentado más cambios de señorío.
No existen referencias concretas respecto al castillo antes del siglo XIV, aunque se puede intuir que debió de ser una plaza codiciada por su valor estratégico, ya que está situada dominando extensas vegas de las Tierras de Pinares, la comarca que se extiende desde Valladolid hacia Segovia.
Alfonso XI – Portillo aparece en las crónicas
El castillo cobra protagonismo a partir del reinado de Alfonso XI de Castilla (1311-1350). Cuando llega al trono por la muerte de su padre, cuenta con solo un año de edad. Se le asignan dos tutores hasta alcanzar su mayoría de edad: Don Juan Manuel (el del castillo de Alarcon), y el infante Felipe. Sus dos tutores se disputan Portillo y sostienen un litigio por la villa. El contencioso será disipado por el propio Alfonso XI, cuando accede a la mayoría de edad en 1325. El joven rey se la dona al consejo de Valladolid. En realidad, este hecho solo corroboraba la donación previa de rentas y posesión de la villa de Portillo que ya había realizado su bisabuelo Alfonso X el Sabio, al mismo consejo de la citada ciudad.
Don Tello – Hijo, hermano y hermanastro de reyes
Pero en esta donación, Alfonso XI se reservaba el privilegio de ceder la villa a su hijo, el infante Tello. Durante la guerra que enfrenta a hermano y hermanastro de don Tello (el rey Pedro I es hermano de Tello, y Enrique de Trastámara es hermanastro de ambos), la villa es confiscada por el bando real. Don Tello recupera la villa en 1370 por testamento del rey Pedro I, derrotado y muerto en la batalla Montiel (1369).
(En la image: Armas de don Tello de Castilla, con el castillo que lo relaciona con la Corona, y el águila del señorío de Aguilar de Campóo)
Las tribulaciones de un castillo Real durante los reinos de Enrique IV y Juan II
Se cree que la primera construcción del castillo se remonta a esta época, y que fue mandado edificar por don Tello. Pero cuando el muere, vuelven los problemas. No designa un sucesor sino que nombra a sus cuatro hijos en mancomunidad, y como era de esperar surgió el conflicto. Esta vez fue resuelto por decisión real, y Enrique II en 1378, designó a Enrique de Castilla, duque de Medina-Sidonia como señor de Portillo. En este testamento, ya figura el castillo. Pero en 1404, cuando éste muere, Portillo junto con su alfoz y castillo revierten a la Corona.
El rey Juan II de Castilla, dueño de Portillo tres veces; la primera lo recupera de su hermana María de Trastámara, la segunda del conde de Castrojeriz, y la tercera del Condestable Álvaro de Luna
En 1409 entra a formar parte de la hija de Enrique II, María de Trastámara como dote en su boda. Pero ella apenas si la retiene 6 años, vendiéndosela a su hermano, el rey Juan II de Castilla. Así que de nuevo, a la Corona. A partir de este momento, la villa y castillo de Portillo, entra a formar parte de una de las bazas más usadas por el rey como negociación para recompensar apoyos en los sucesivos conflictos entre la Corona y los nobles castellanos que duran gran parte del siglo XV. El castillo cambia de propietario en varias ocasiones.
Cobra protagonismo en uno de los episodios que mejor ilustran la historia de mitad de siglo XV en Castilla, las luchas internas entre los bandos del Condestable Álvaro de Luna que apoyan a Juan II y los Infantes de Aragón que le cuestionan.
Los infantes de Aragón eran los hijos de Fernando de Antequera, que se había convertido en el rey Fernando I de Aragón en 1412 por el Compromiso de Caspe, y de su esposa Leonor de Alburquerque, condesa de Alburquerque.
En este contexto, en 1423, la villa y castillo recaen en Diego Gómez de Sandoval y Rojas, conde de Castrojeriz (del linaje que dos siglos después nacería el poderoso Duque de Lerma). Sin embargo, otro episodio de las luchas intestinas del corazón de Castilla, hace que en 1429, Juan II se lo confisqué. En 1438, se lo confía a su mayordomo, Ruy Diaz de Mendoza, pero tres años después, en el curso de un motín en el que Juan II fue hecho prisionero y encarcelado en Portillo, se anulan las últimas concesiones del monarca, y el castillo vuelve a manos del conde de Castrojeriz.
Los acontecimientos se precipitan, Juan II es liberado por sus incondicionales, y el golpe definitivo contra los infantes tiene lugar poco despues, en 1445 en la batalla de Olmedo. Aquí sellan su derrota los infantes y su partido, y los nobles que han apoyado al monarca obtienen su recompensa. El Condestable Álvaro de Luna que ha apoyado y dirigido todas las campañas en favor de Juan II, obtiene Portillo.
De nuevo, parece que ser titular del castillo de Portillo trae consigo la desgracia o el bando equivocado. En 1453 fue el propio Álvaro de Luna quien es encarcelado en su propio castillo y dos meses después conducido a Valladolid donde sería ejecutado en la Plaza Mayor. Este episodio, tuvo tantas implicaciones políticas entre las distintas facciones nobiliarias castellanas que seria recordado durante mucho tiempo. Muerto su señor, el castillo de nuevo busca dueño, y lo encuentra un año después a la muerte de Juan II.
(Imagen: Retrato de Álvaro de Luna, Condestable de Castilla conservado en la capilla de Santiago de la catedral de Toledo)
Se lo deja en herencia a su hijo el príncipe Alfonso, que es hermanastro del rey Enrique IV de Castilla. Pero éste se lo confisca a Alfonso. Es en esta época que se realizan las ampliaciones y mejoras que podemos observar hoy. El castillo se dota de mejores zonas palaciegas, se amplia y adquiere el característico estilo de la «escuela de Valladolid»
Finalmente en manos de la Casa de Benavente
Enrique IV en un nuevo conflicto nobiliario, es forzado en el marco de los enfrentamientos que terminarán con la designación de Isabel la Católica como heredera, a restituir el castillo a su hermanastro el príncipe Alfonso. Pero, siguiendo con la maldición del castillo, éste muere en 1468. Enrique IV recupera su propiedad y se la dona en 1471 a Rodrigo Alonso de Pimentel, conde de Benavente, para recompensar su cambio de bando y apoyo al rey. Al conde le debemos la construcción de la barbacana, o recinto amurallado exterior, reforma el patio de armas, construye un profundo pozo con escalera de caracol que aún hoy se puede visitar.
(En la imagen: Armas del escudo de Alonso Pimentel, conde de Benavente)
Pero la maldición del castillo parece no dar tregua a sus propietarios. Aliado esta vez a la causa de Isabel la Católica, Pimentel cae prisionero de los portugueses, que para su liberación exigen la entrega del castillo. Así es como el rey Alfonso V de Portugal, se hace dueño de Portillo. Fernado el Católico le ayudaría más tarde a recuperar su posesión, y a partir de ese momento, la titularidad del castillo halla por fin estabilidad en la línea sucesoria de la Casa de Benavente, que más tarde entroncaría por matrimonio con la de los duques de Osuna hasta el siglo XIX.
Del siglo XIX a nuestros días
En 1865 es publicamente subastado, ¡yendo a parar a manos de un párroco de Portillo! Bonifacio Taboada pagó 15.000 reales en 10 plazos para hacerse con su propiedad. A su muerte se complicó su herencia, que quedó dividida en distintas partes. Hasta que se tiene constancia de que recayera en manos de Juan del Río, hacendado de la zona. El hijo de éste, Pío del Río Hortega, fue un importante investigador en el mundo de la medicina. Donó a su muerte el castillo a la Universidad de Valladolid. En 1931 fue declarado bien de interés cultural como monumento histórico. En la actualidad está parcialmente restaurado y se puede visitar.
Algunos de los titulares del Castillo de Portillo:
- Consejo de Valladolid (Villa de Portillo)
- Infante don Tello
- Enrique de Castilla, duque de Medina-Sidonia (1378-1404)
- Casa Real: María de Trastámara -Hermana de Juan II- (1409-1415)
- Rey Juan II de Castilla (1415-1423), (1429-1438), (1445-1449) y (1453-1454)
- Diego Gómez de Sandoval y Rojas, Conde de Castrojeriz (1423-1429) y (1441-1445)
- Ruy Díaz de Mendoza, Mayordomo de Juan II (1438-1441)
- Álvaro de Luna, Condestable de Castilla (1449-1453)
- Rey Enrique IV de Castilla (1454- en disputa hasta 1468)
- Príncipe Alfonso de Castilla (1454-1468)
- Rodrigo Alonso Pimentel, Conde de Benavente (1471-1475)
- Alfonso V de Portugal (1475)
- Condes-duques de Benavente (1475-
- Duques de Osuna (Hasta el siglo XIX)
Aspecto
El castillo tiene planta cuadrada y una potente torre del homenaje. El aspecto actual es fruto de las construcciones realizadas por Enrique IV. Ademas posee un recinto exterior amurallado (barbacana) que sigue la misma traza del castillo en su perímetro con cubos en las esquinas, y tres puertas (norte, sur y oeste) con sendos cubos en los flancos. Esta parte, mandada edificar por el conde de Benavente.
Por su estilo de construcción y época, petenece a lo la llamada escuela de Valladolid, conformada por una serie de castillos señoriales concebidos con los nuevos tiempos para mostrar el prestigio, riqueza y poderío de la nobleza castellana.
En su patio de armas, destaca la galería de arcos carpaneles que se conserva en uno de sus lados. Cinco columnas de unos 4 metros de altura que sostenían galerías de acceso a las dependencias del castillo en torno al patio de armas. En uno de sus lados, está el acceso al profundo pozo construido a finales del siglo XV, en época del conde Alonso Pimentel . Ha sido restaurado y se puede bajar por los 113 peldaños de su escalera de caracol pasando por tres cámaras abovedadas en distintos niveles. Con más de 30 metros de profundidad, es una de las singularidades del castillo.
La torre del homenaje destaca por su tamaño: 28 metros de alto y 13 metros de lado. Su aspecto es sobrio, solo alterado por una ventana con arco conopial y los escudos de armas de los Pimentel en los dinteles de las ventanas. En su interior los tres niveles se comunican con escaleras de caracol. A una de sus salas, se la denomina «cámara de don Álvaro» o sala real, por el episodio del encarcelamiento del Condestable en Portillo.
Se conoce como escuela de Valladolid, al estilo constructivo característico de las fortalezas señoriales edificadas en el centro de Castilla, en torno a la ciudad castellana durante el siglo XV. Sus caracteristicas son esencialmente las siguientes:
1/ Cumplen una función residencial. Incorporan nuevos espacios palaciegos y más comodidades y refinamiento.
2/ Levantan torres del homenaje más altas y robustas, y rodean el castillo de barbacanas (recintos externos de murallas), que desempeñan un rol de prestigio, muy importante para los nobles que los poseen en el siglo XV, caracterizado por los enfrentamientos entre partidos nobiliarios opuestos.
3/ Los elementos defensivos cobran una función decorativa, y almenas, saeteras, matacanes y otros elementos son objeto de refinamiento.
4/ Están construidos en una piedra caliza con un característico color blanco, típico de tierras vallisoletanas.
A esta escuela pertenecen algunos de los castillos más bonitos de España, como los de Fuensaldaña, Torrelobatón, Villafuerte, Íscar y el propio Portillo, son los más característicos de este estilo.
Otros castillos destacables de la provincia de Valladolid:
- Portillo
- Íscar
- Medina del Campo
- Peñafiel
- Fuensaldaña
- Torrelobatón
Además de esta pequeña lista con los castillos más destacables de la provincia, Valladolid es posiblemente una de las provincias de España con más y mejores castillos. Su posición histórica central en el corazón del reino de Castilla, favoreció su construcción por los diferentes linajes nobiliarias del Reino. Existen al menos otros 5 castillos notables:
Curiel, Montealegre de Campos, Simancas, Tiedra, Villafuerte de Esgueva
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