Castillo de Castilnovo
Localidad: Villafranca del Condado – Provincia: Segovia – Castilla y León
Serie «Los Castillos más Bonitos de España» #3
El Castillo de Castilnovo es uno de los pocos castillos españoles que pueden decir orgullosamente que han estado habitados más de diez siglos. Es un castillo privado, que ha pertenecido a algunas de los linajes aristocráticos históricos más destacables de la historia de España.
Ha sido prisión, o más bien, lugar de retención del heredero al trono de Francia y su hermano, los hijos de Francisco I capturados en la Batalla de Pavía por Carlos I de España. Aquí fueron retenidos para forzar al rey francés a cumplir los acuerdos pactados tras su derrota. Renovado numerosas veces a lo largo de los siglos, ha sido una de las propiedades singulares de España con más elevado precio de venta, 15 millones de euros. Hoy está habilitado como hotel.
Algunos de sus propietarios:
- Álvaro de Luna (Condestable de Castilla)
- Juan Pacheco (Marqués de Villena)
- Juana de Aragón (Hija natural de Fernando el Católico) y Bernardino Fernández de Velasco y Mendoza (I Duque de Frías)
- Juliana Ángela de Velasco y Aragón (I Condesa de Castilnovo) y Pedro Fernández de Velasco (III Duque de Frías)
- Condes de Osorno
- Condes de Lodosa
- Marqueses de Belveder
- José Galofre – pintor de cámara de Isabel II
- Marqueses de Quintanar
El castillo de Castilnovo está a 57 km (50′) de la capital provincial, Segovia; a 111 km (1h25′) de Valladolid; y a 125 km (1h25′) de Madrid,
El castillo de Castilnovo es privado y solo se puede visitar los sábados de 9h a 17h. (Tel: +34 665 869 951)
Situación
Se ve desde la carretera SG-205, en la ruta que va desde la A-1 hacia Cuéllar. Aunque para apreciar mejor su silueta entremezclada con los hermosos árboles de ribera, conviene desviarse por la SG-V-2346. El castillo está escondido entre chopos que aprovechan la humedad de la vega del río San Juan, un afluente del Duratón.
Aspecto
Casi todos los historiadores coinciden en darle un origen califal, es decir, en el siglo VIII. Evidentemente, poco queda hoy de aquella época, y lo que hoy se puede ver es la mezcla de distintos estilos arquitectónicos, que se superponen a la construcción defensiva inicial. En el exterior se distinguen tres torres redondas y tres cuadradas, y los lienzos de muralla que las unen son altos.
Cada torre tiene su nombre: Puerta, Solana, y Vieja son las más antiguas, y las torres de Álvaro de Luna, Caracol y Moro son algo posteriores.
Se han abierto ventanas y vanos, lo cuál consigue dar un aspecto menos sobrio y más palaciego. Algunas estan decoradas con elementos islámicos como el arco de herradura o los encuadres ajimezados, otras están envueltas en un alfiz (un elemento de influencia hispano-árabe pero muy común en Castilla). Pero también hay arcos conopiales y apuntados tan propios del gótico de los siglos XII y XIII.
(En la imagen: Antiguo sello de Correos con la imagen del castillo de Castilnovo)
El edificio combina la sillería con el maposte y el ladrillo, que le da un aspecto mudéjar tan propio de estas comarcas. Dentro hay una biblioteca y varias salas están acondicionadas como museo.
El Castillo de Castilnovo en la historia:
Desde el inicio de su existencia, ha ido ligado a los nombres más importantes de la historia. Dicen que pudo ser Abderramán I, el primer Califa de Córdoba (s.VIII) o quizá fuera Almanzor, el gran visir califal que atizó sin piedad la España cristiana del siglo X, aunque no se sabe a ciencia cierta quien inició su construcción ni ocupación de aquella atalaya defensiva que vigilaba uno de los pasos entre las mesetas norte y sur por Somosierra.
fue codiciado por los nobles más poderosos del reino de Castilla. En el siglo XV, Juan II de Castilla se lo otorgó al poderoso Condestable Álvaro de Luna , y a su muerte pasaría a su máximo rival en la corte castellana, Juan Pacheco (Marqués de Villena) por donación de Enrique IV de Castilla.
(En las imágenes: arriba escudo de Juan Pacheco, Marqués de Villena y abajo el del Duque de Frías)
Los Reyes Católicos lo recuperan para la Corona y Fernando crea el Señorío de Castilnovo que incluye el castillo y territorio a su alrededor. Se lo otorga como dote al I Duque de Frías, que casa con su hija natural Juana de Aragón, media hermana de Juana «la Loca» que se hospedó en el castillo siendo ya reina ((1526).
Otros húespedes fueron el Delfin de Francia y su hermano Duque de Orléans, hechos prisioneros por Carlos V en Pavía, y retenidos hasta que su padre Francisco I accediese a las condiciones firmadas en el Tratado de Paz de Madrid.
Carlos I de España (y V de Alemania) en sus enfrentamientos con el Francisco I de Francia le capturó en la batalla de Pavía (1525) llevándole a Madrid. El rey de Francia pagó su libertad a cambio de dejar a dos de sus hijos, al Delfín de Francia (primogénito y heredero de la corona) y al Duque de Orléans (segundogénito y futuro rey de Francia como Enrique II de 1545 a 1557) como rehenes en España que garantizarían el cumplimiento del Tratado de Paz de Madrid, firmado por el rey y emperador, tras la derrota gala en el norte de Italia,
En 1526 encomendó al Condestable de Castilla, II Duque de Frías que se encargara de estos rehenes regios, manteniéndolos en sus castillos, mientras forzaba al rey francés a acatar los acuerdos. Éste los mantuvo cautivos en sus castillos de Villalba de los Alcores y Ampudia. Al morir el Duque Íñigo Fernández de Velasco en 1528, su hijo Pedro Fernández de Velasco hereda sus títulos y misiónal convirtiéndose en el III Duque de Frías, que por matrimonio con Juliana de Velasco y Aragón era titular también del señorío y castillo de Castilnovo. Fue entonces cuando los cautivos-huéspedes fueron trasladados hasta este castillo. Según las crónicas fueron mu bien atendidos por su esposa, que se aseguró que a los regios rehenes no les faltase de nada.
Más tarde hubo un nuevo y último traslado al cercano castillo de Pedraza también posesión de la pareja. En total, pasaron un total de cuatro añoes en Castilla debido al incumplimiento de los acuerdos por parte de su padre. Todos estos servicios, llevaron al rey Felipe II en 1557, a crear el título de Condesa de Castilnovo y ofrecérselo en agradecimiento a Juliana Ángela de Velasco y Aragón.
La I Condesa de Castilnovo, era nieta de Fernando el Católico, prima de Carlos I y tía de Felipe II, su matrimonio con Pedro de Velasco, III Duque de Frías, la convertía además en duquesa consorte. En la Biblioteca del Palacio Real de Madrid se conserva la correspondencia que corrobora la buena relación que mantenía la Condesa con sendos reyes de España.
Así pues el cautiverio del Delfín de Francia queda estrechamente ligado al de la concesión del título de Condesa de Castilnovo.
El devenir del castillo pasó por numerosas familias nobles hasta que en el siglo XIX cayó en manos de un príncipe alemán que se lo vende a José Galofre. El pintor de cámara de Isabel II realiza una profunda transformación, adptándolo a las modas decimonónicas, y lo vende de nuevo a los Marqueses de Quintanar, que le añaden un ala de estilo historicista popular, tan en boga al cambio de siglo.
En 1931, como un gran número de castillos en España (véase los de Turégano y Cuéllar ya publicados en este blog) fue declarado Bien de Interés Cultural como monumento histórico. Ya en el siglo XXI la sociedad hispano-mexicana Castilnovo, S.A. le incorporó una biblioteca y un gran salón, y en el 2016 lo puso a la venta, alcanzando un precio récord de 15 millones de euros.
Otros castillos destacables de la provincia de Segovia:
Otros castillos destacables cercanos:
- Peñaranda de Duero (Burgos)
- Gormaz (Soria)
- Berlanga de Duero (Soria)
- Buitrago del Lozoya (Madrid)
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