Castillo de Turégano
Localidad: Turégano – Provincia: Segovia – Castilla y León
Serie «Los Castillos más Bonitos de España» #2
Situado sobre un promontorio que domina la villa, la vista del castillo de Turégano desde su Plaza Mayor es una de las estampas más bellas de castillos en España. Es la imágen más representativa de la villa y una visita obligada para viajeros.
El castillo de Turégano tiene la peculiaridad de no haber pertenecido ni a reyes, ni a condes, ni a duques o marqueses, si no a obispos. Señorío feudal eclesiástico desde la Edad Media, su jurisdicción y titularidad no era de realengo ni de la nobleza si no de la iglesia, concretamente del obispo de Segovia.
Fue residencia de recreo de obispos, y testigo de numerosos acontecimientos históricos como la reconciliación de Juan II con su Condestable Álvaro de Luna. Albergó visitantes ilustres como Fernando el Católico, y sirvió de sede a las Cortes Castellanas en varias ocasiones.
El castillo de Turégano está a 35 km (30′) de la capital provincial, Segovia; a 105 km (1h15′) de Valladolid; y a 128 km (1h35′) de Madrid,
Como se puede observar en el escudo de Turégano, coronado por un capelo episcopal y flanqueado por borletas, la villa y su alfoz estaba sometido a la jurisdicción del Obispo de Segovia, que era Señor de Turégano y por tanto también disfrutaba de sus rentas. La peculiaridad del Castillo de Turégano radica en que se trataba de una residencia feudal eclesiástica, un castillo obispal. Las otras armas del escudo cuartelado son de Castilla, los Luna, y los Bazán, en referencia a episodios de la historia de la Villa.
Como curiosidad especificar que tres borletas indican categoría de obispo, cuatro estarían reservadas para dignificar la condición de arzobispo, y cinco estarían reservadas para los cardenales. Así el escudo del Cardenal Cisneros, por ejemplo, que se puede ver en Alcalá de Henares, estaba flanqueado por dos cordones con filas de hasta cinco borletas.
El Castillo de Turégano en la historia:
Situado en un alto que domina la villa, vigila su Plaza Mayor desde las alturas. El cerro donde se levanta ya estuvo ocupado por un castro celtíbero. En 1123 la reina Urraca de Castilla otorga la Villa de Turégano a Pedro de Agen, el obispo de Segovia. Desde entonces y durantes ochos siglos ininterrumpidos, el Obispo de Segovia sería el Señor de Turégano. Fue precisamente Pedro de Agen, quien edifica la Iglesia de San Miguel, núcleo incial del castillo que se alza sobre la colina que preside la villa.
El Señorío de los obispos de Segovia significó para la población ciertos privilegios reales, pues pasó a pertenecer al Consejo del Reino, alojó a reyes durante temporadas, siendo sede de a Cancillería y Audiencia del Reino entre 1425 y 1442 durante seis meses al año y acogiendo Cortes varias veces en los siglos XIV y XV. Altos honores que explican la importancia relativa de esta población entonces, y contrasta con lo que es hoy.
El castillo de Turégano fue escenario de otros episodios históricos memorables como la reconciliación del Condestable Álvaro de Luna con el rey Juan II de Castilla en 1428. Tuvo señores muy influyentes en el devenir de Castilla, como el Obispo Lope Barrientos, que asumió la regencia del reino a la muerte de Juan II en 1453; o el Obispo Juan Arias Dávila que apoyó a Isabel en el conflicto de sucesión, inició la construcción de la fortaleza-palacio que rodea a la capilla, y alojó a Fernando el Católico antes de asistir a la coronación de su esposa en Segovia (1474).
El castillo fue ampliado en varias ocasiones por los señores-obispo que lo usaban como residencia de recreo, pero también tuvo otros usos. Pero también tuvo un uso como cárcel. Aquí estuvo preso el secretario de Felipe II, Antonio Pérez. El recinto llegó a estar rodeado de un cinto exterior de murallas hoy en ruinas.
Turégano que había sido una de las villas más ricas y pobladas de la Castilla medieval y había llegado a tener una importante feria ganadera con gran repercusión durante los siglos XV y XVI, comenzó un declive económico en la Edad Moderna. Sufrió al igual que otras localidades castellanas, una pérdida de importancia relativa, al bascular los centros económicos y de poder hacia el sur y el Nuevo Mundo.
Las Ferias de Santa Catalina tenían lugar en la Plaza Mayor de Turégano
En 1835 con la «Desamortización de Mendizábal«, la ley que puso fin a las propiedades eclesiásticas, desaparece el Señorío y Turégano se convierte en municipio. La propiedad del castillo sigue siendo del obispo de Segovia, quien lo cedió al municipio por 30 años prorrogables en 1994, salvo la titularidad de la iglesia de San Miguel.
Aspectos artisticos y de estilo
El castillo posee un estilo típico de finales del siglo XV, con bastantes elementos ornamentales tardomedievales, época en la que los aspectos decorativos y de imagen pasaron a ser casi tan importantes como los defensivos. Los torreones cilíndricos se hacen más esbeltos y abundantes en número, los matacanes recorren ahora todo el adarve de las murallas, y los tambores se decoran con escudos de armas.
En el interior del castillo, la capilla es románica con grandes influencias francas, tal y como corresponde al origen del obispo Pedro de Agen. Los arcos ligeramente apuntados indican el inicio del gótico. La espadaña sin embargo fue construida en 1703 en estilo barroco.
Las vistas desde la torre del homenaje que alcanza los 20 metros de altura, son preciosas, con la Plaza Mayor de Turégano en primer término, sus vegas y huertas, los campos de secano y la llanura castellana a su alrededor, y la sierra de Guadarrama como fondo.
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