Oslo ocupa un emplazamiento privilegiado, al fondo del fiordo del mismo nombre y al pie de las colinas boscosas que anticipan los Alpes Escandinavos. El lugar es tan bonito que recibía el nombre de “prado de los dioses” cuando el rey de Noruega, Harol Hardrade, decidió en 1048 fundar allí una ciudad. Y ese fue el nombre elegido por él para su nueva ciudad. A finales de la Edad Media le arrebató el título de capital de Noruega a Bergen. Sin embargo, su condición de capital del reino le duro poco tiempo. La absorción del país por la Unión de Kalmar (desde 1319 Noruega fue parte de Suecia, de Dinamarca y de nuevo de Suecia hasta su plena independencia en 1905) sumió a la joven capital en largos siglos de oscuridad. Por si fuera poco, en el siglo XVII fue completamente destruida por un terrible incendio. El rey danés Christian IV se encargó de los trabajos de reconstrucción y la rebautizó con el nombre de Christiania. La ciudad prosperó gracias al comercio marítimo y a la exportación de madera. Sólo en 1924, años después de la independencia, recuperó su antiguo y apropiado nombre.
En los últimos años, Oslo ha emprendido un ambicioso proceso de remodelación que está cambiando totalmente la fisonomía de la ciudad. La capital vuelve a estar abierta al mar. Los modernos barrios de la Aker y de la Opera ostentan una arquitectura futurista, fiel reflejo de la pujanza económica de la capital del país europeo con mayor superávit. Este año se inaugura frente a la Opera el nuevo Museo Munch, un edificio futurista diseñado por el arquitecto español Juan Herreros.
El aeropuerto de Oslo-Gardermonen es el principal de la capital y el más grande de Noruega. Tiene conexiones con todas las grandes ciudades europeas. Cuatro compañías conectan varias ciudades españolas con Oslo: Iberia (Madrid), Vueling (Barcelona), Norwegian (Alicante, Barcelona, Gran Canaria, Madrid, Málaga y estacionalmente Bilbao, Ibiza, Murcia, Palma de Mallorca, Menorca, Fuerteventura, Lanzarote y Tenerife Sur) y Scandinavian Airlines (Alicante, Barcelona, Gran Canaria, Málaga, Palma de Mallorca y estacionalmente Tenerife Sur y Valencia). Norwegian y Scandinavian enlazan Oslo con el resto de los aeropuertos del país desde el mismo aeropuerto.
Oslo-Gardemonen está situado a 48 km al norte de la capital y cuenta con magníficas conexiones con la capital. La más sencilla es un tren rápido, Flytoget Airport Express, que opera cada 10-20 mn y enlaza el aeropuerto con la estación central de Oslo, Oslo-S, en 19 mn. El billete cuesta unos 20€. Otras opciones son el autobús, Flybusen, con una frecuencia similar pero que tarda alrededor de 50 mn y al cambio es algo más económico (alrededor de 18€). Lo más barato es coger un billete de tren de los ferrocarriles noruegos, NSB, que tarda un poco más que el tren rápido, unos 30 mn, pero que supone un ahorro significativo, alrededor de 14€. El único problema de esta última opción es que la frecuencia es menor. Vale la pena consultar en la página web de NSB: www.nsb.no/en/. Todos los billetes pueden comprarse directamente en los expendedores automáticos situados en el aeropuerto.
Hay que tener cuidado a la hora de comprar los billetes de avión porque Oslo tiene otro aeropuerto que está situado bastante más lejos que Gardermonen y que es utilizado por compañías aéreas de bajo coste. El Aeropuerto de Sandefjord-Torpp se encuentra a 110 km al sur de Oslo. Las compañías Ryanair y Norwegian tienen vuelos desde este aeropuerto a Alicante, Palma de Mallorca, Gran Canaria y Málaga.
Hay que tener en cuenta que la conexión con Oslo debe hacerse por tren (unos autobuses lanzadera llevan a la estación de tren cercana) y se tarda alrededor de 2 horas y media en alcanzar Oslo-S (alrededor de 28€). Por tanto, no suele ser una buena opción a menos que encontréis billetes realmente baratos.
Oslo es una de las ciudades más caras del mundo. Las entradas a los museos y el precio del transporte público son disparatadas salvo que se acceda con descuentos. La tarjeta OsloPass permite acceder gratuitamente a la mayoría de los museos de la ciudad, usar ilimitadamente el transporte público y obtener descuentos en algunos restaurantes y los cruceros por el fiordo. Se puede optar por tarjetas de 24, 48 o 72 horas (aprox. 38€, 56€ y 70€ respectivamente). Imprescindible para una visita a la ciudad.
Oslo Medieval
Oslo fue fundada por el rey Harold Hardrade en 1048. Su nombre significa en nórdico antiguo “prado de los dioses”. El lugar no podía ser más adecuado para su fundación, protegida por el estrecho fiordo y con las montañas como telón de fondo. La ciudad medieval se situaba en la parte baja de Ekeberg, en el barrio que hoy se conoce como Gamlebyen (ciudad vieja). En los primeros años no paso de ser un punto de referencia regional. Nada comparable a Bergen, pujante ciudad comercial, o Nidaros (actual Trondheim), la capital religiosa del reino.
Hacia el año 1300 Oslo contaba con alrededor de 3000 habitantes. El rey Haakon V para entonces había consolidado su reino y, dadas las magnificas condiciones de la ciudad para el comercio con sus opulentos vecinos del sur, decidió en 1314 convertirla en capital del país y construir la fortaleza de Akershus para albergar a su corte. La condición de capital del reino y su entrada en la Liga Hanseática supuso un gran desarrollo económico que, sin embargo, se vio frenado por las graves epidemias de peste que tuvo que soportar a finales del siglo XIV.
La Capital Renacentista: Christiania
La Unión de Kalmar, que englobaba las tres monarquías nórdicas (Dinamarca, Suecia y Noruega), surgida a finales del siglo XIV, resto importancia a la ciudad que de empezar a destacar como capital paso a ser un mero centro administrativo del poder danés. Aunque la Unión se disolvió en 1523, con la elección de Gustav Basa como rey de Suecia, Noruega siguió bajo el poder del Reino de Dinamarca hasta 1814. Este período es conocido en Noruega como la noche de 400 años.
En 1624 un dramático incendio destruyo completamente la antigua capital medieval. El rey danés Christian IV decidió que fuera reconstruida dentro de Akershus para que la fortaleza pudiese servir de defensa a la ciudad. El espacio urbano fue diseñado según los nuevos cánones renacentistas, siguiendo un plano en cuadrícula que todavía puede apreciarse claramente entre Akershus y la Catedral. De hecho, este barrio recibe hoy el nombre de Kvadraturem (Cuadratura). En honor del rey Christián IV la ciudad fue rebautizada con el nombre de Christianía.
A finales del siglo XVIII Christianía prosperó gracias al comercio marítimo y a la exportación de madera. Lo que había sido una pequeña población periférica comenzó a convertirse en una verdadera ciudad.
La Vieja Christianía y la Nueva Oslo
Christianía recuperó su condición de capital en 1814 cuando, tras las guerras napoleónicas, la unión con Dinamarca fue disuelta y Noruega paso a formar parte del Reino de Suecia. El cambio de corona suponía para Noruega el acceso a una autonomía que incluía un gobierno independiente aunque con funciones supervisadas. En el siglo XIX se produjo una gran expansión de la ciudad y a esa época pertenecen la mayoría de sus edificios públicos.
En 1905 Noruega adquirió la plena independencia de Suecia de forma pacífica y restauro la monarquía recurriendo al segundo hijo del heredero al trono danés quién adopto el nombre de Haakon VII y comenzó a residir en el Palacio Real construido unos años antes para el rey de Suecia.
(En la imagen: Haakon VII de Noruega, reinó entre 1905 y 1957)
En 1924 la ciudad recupero su nombre original. Durante la II Guerra Mundial la capital sufrió importantes daños, primero con la invasión alemana y posteriormente con los bombardeos aliados. Sin embargo, se recupero rápidamente y su importancia económica ha crecido paralelamente al desarrollo del país. Hoy, con una población de algo más de 600.000 habitantes, es una de las ciudades con mayor renta per cápita del mundo.
La Expedición de la Kon-Tiki. Thor Heyerdal. Editorial Juventud 297 pags
Thor Heyerdal (1914-2002) fue un explorador y etnógrafo noruego conocido especialmente por organizar la expedición de la Kon-Tiki en 1947. Heyerdal quería demostrar que el contacto entre los pueblos indígenas suramericanos y de las islas del pacífico había sido posible gracias a grandes viajes oceánicos en embarcaciones rudimentarias.
El libro relata la aventura de los 6 tripulantes escandinavos desde Perú, a lo largo de 7000 km por el Oceáno Pacífico, hasta las islas Tuamutu en Polinesia. Uno de los museos de la isla de Bygdoy está dedicado a esta expedición.
En el siguiente mapa interactivo podrás localizar con exactitud todos los lugares de los que se habla en el artículo. Podéis usarlo para llegar hasta ellos fácilmente y para seguir el itinerario propuesto que incluye los lugares más representativos de Oslo.
Los noruegos tienen verdadera pasión por la montaña y los deportes de nieve. En el largo invierno de Oslo el metro se llena de esquiadores que acuden a la cercana estación de Holmenkollen, sede principal de las Olimpiadas de Invierno de 1952. ¿En qué otra ciudad del mundo se puede ir en metro a una estación de esquí? En el interior de la pista de saltos de esquí más famosa del mundo un ameno museo explica el desarrollo de las distintas disciplinas del esquí, muchas de las cuales son originarias de Noruega.
Hoy no hay nieve. Es un agradable día de verano, pero subir en ascensor a lo alto del trampolín permite contemplar una de las mejores vistas de la ciudad y su fiordo. En esta época los habitantes de la dinámica capital de Noruega cambian el esquí por los deportes náuticos. El fiordo de Oslo es un lugar ideal para practicarlos. Es la zona con mejor promedio de horas de sol del país, aunque, la verdad, eso no significa mucho en Noruega.
Las grandes atracciones de Oslo se concentran en dos grandes puntos. Por un lado, el área del puerto, que ha emprendido hace ya unos años un gran proyecto de recuperación que está permitiendo disfrutar de nuevas zonas al lado del fiordo. Paralela al puerto discurre la calle Karl Johans Gate, que vertebra el centro de la ciudad y acoge los edificios administrativos más representativos.
Por otro lado, Bygdoy, “la isla habitada”, al fondo del fiordo, que alberga algunos de los mejores museos y uno de los barrios residenciales más exclusivos. La visita a Oslo tiene, además, dos nombres propios: Edvard Munch y Gustav Vigeland. Los dos artistas noruegos más conocidos desarrollaron prácticamente toda su obra en Oslo y la ciudad creo para ellos dos espacios que representan probablemente las visitas que despiertan más sensaciones en cualquier viajero: el Parque Vigeland y el Museo Munch.
El Puerto: Ayuntamiento (Radhuset) y Fortaleza (Akershus)
La fortaleza de Akershus ocupa un lugar privilegiado sobre una colina en la pequeña península que divide en dos el puerto y facilitaba su defensa de los ataques por mar. El Castillo ha sufrido diversas reformas a lo largo de su historia. El aspecto actual de sus dependencias es el del siglo XVII. Las salas tienen más bien un aspecto austero pero su visita merece la pena. La parte más antigua de la ciudad es la situada al lado de la península que ocupa la fortaleza. Unas pocas manzanas de casas alrededor de la plaza de Christiania Torv.
El Ayuntamiento, Radhuset, es el verdadero centro de la ciudad. El inmenso y polémico edificio de ladrillo oscuro situado frente al puerto fue inaugurado en 1950. Cada 10 de diciembre se entrega en la sala principal el Premio Nobel de la Paz. Desde el Ayuntamiento se recorre fácilmente el puerto. Enfrente de él se sitúan los muelles de donde parten las embarcaciones de transporte a las diferentes islas y lugares del fiordo. El nuevo barrio de Aker Brygge, construido sobre una zona dedicada a astilleros, es la zona de más ambiente de la ciudad y goza de una de las mejores vistas sobre el conjunto del puerto, el Ayuntamiento y el Castillo de Akersshus.
La Avenida Karl Johans Gate
Un paseo por la peatonalizada calle Karl Johans Gate, que se extiende desde la Estación Central al Palacio Real, permite tomarle el pulso a la capital. A lo largo de la calle más animada de Oslo iremos descubriendo la Catedral, una austera iglesia que comenzó a construirse en el siglo XVII, el Parlamento, un gran edificio de ladrillo amarillo construido en el siglo XIX, el Teatro Nacional, inaugurado en 1899 con una obra del dramaturgo noruego Henrik Ibsen cuya estatua se encuentra frente a la entrada, y la Universidad, un edificio de estilo neoclásico que alberga en su espacio principal unos celebres murales de Edvard Munch. Por cierto, que Ibsen solía reunirse con sus amigos en el Gran Café, situado en la misma calle al lado de los jardines del Parlamento, un local con reminiscencias art nouveau que se sigue conservando igual que cuando lo frecuentaba el dramaturgo.
Galería Nacional
Detrás de la Universidad está la Galería Nacional que reúne la mejor colección de pintura noruega, incluyendo algunas de las más carismáticas pinturas de Munch como el famoso “El Grito”. La calle termina en una colina donde se sitúa el Palacio Real, rodeado de jardines.
Desde la zona comercial que rodea la estación central es fácil acceder al Teatro de la Opera, el blanco e impactante edificio inaugurado en 2008 con el que se inició la remodelación de otra gran zona del puerto. Las grúas todavía llenan esta zona que empieza a conocerse por las características de la arquitectura que se está desarrollando como «código de barras«. Al lado de la Opera se inaugura este año la nueva sede del Museo Munch, obra del arquitecto español Juan Herreros. La visita es totalmente imprescindible. La obra del genial pintor noruego sólo puede ser admirada en Oslo.
Bygdoy: La Isla Habitada
Bygdoy, situada en lo más profundo del fiordo de Oslo, fue una isla hasta finales del siglo XIX. Aparte de uno de los barrios residenciales más exclusivos de la ciudad, una gran parte del espacio de la antigua isla alberga un selecto grupo de museos que reflejan la historia cultural y social de Noruega, sus tradiciones marineras y las increíbles expediciones de sus exploradores.
La mejor forma de llegar a Bygdoy es tomar uno de los transbordadores que parten desde el embarcadero situado enfrente del Ayuntamiento.
Los cuatro museos imprescindibles de Bygdoy son:
- Museo de los Barcos Vikingos: Ahora que vuelve a estar de moda la cultura de los vikingos la visita a este museo es inexcusable. Aquí pueden verse los barcos vikingos mejor conservados del mundo y otras piezas de arte de la época en su mayor parte procedentes de enterramientos.
- Museo Fram: Dedicado a las expediciones polares de los grandes exploradores noruegos, principalmente Nansen y Amundsen. El barco Fram que protagonizo expediciones a ambos polos es la joya del museo.
- Museo Kon-Tiki: Alberga la balsa en la que Thor Heyerdal cruzó el Océano Pacífico en 1947. La novela homónima es una buena lectura para la visita de esta ciudad que se enorgullece de sus exploradores.
- Museo Popular de Noruega: Un museo al aire libre donde pueden verse desde los antiguos edificios de madera procedentes de comarcas todo el país hasta las características casas de la vieja Christianía. Todos son edificios originales traídos desde distintas zonas de Noruega, incluidos los procedentes de Gamlebyen, un barrio de Oslo que resulto muy dañado en el gran incendio de la ciudad. Una historia de las condiciones de vida a lo largo de la historia en estas latitudes. La Iglesia de Gol, una de las célebres iglesias de madera noruegas, es la joya de la colección. Una gozada pasar una tarde por aquí, amenizada por los espectáculos de música tradicional que se programan todos los días.
Parque y Museo Vigeland
En 1921 el ayuntamiento de Oslo llego a un acuerdo con el famoso escultor local Gustav Vigeland para el desarrollo un gran proyecto que incluía más de 200 esculturas que pretendían retratar a la humanidad en todas sus formas. El artista dedicó a esta obra el resto de su vida y el parque se inauguró en 1950, siete años después de su muerte. Las esculturas se encuentran distribuidas a lo largo del eje central del parque y su contemplación constituye una de las grandes experiencias de la visita a Oslo.
El parque incluye también la Frogner Hovedgard, una bonita casa solariega del siglo XVIII que hoy alberga el Museo de la Historia de Oslo. Muy cerca, en el Museo Vigeland se expone una colección de obras del artista y se puede visitar el que fue el estudio del escultor mientras realizaba su gran obra sobre la humanidad.
Oslo es una de las ciudades más caras del mundo y eso se nota especialmente a la hora de buscar un alojamiento decente en la capital. Incluso los apartamentos tienen precios exorbitados. Algunas posibilidades de alojamiento en hotel relativamente asequibles son:
Smarthotel Oslo: St Olavs Gate 26, 0166 Oslo. Tf: +47 41536500 (www.smarthotel.no/en/oslo). Una de las opciones más baratas en Oslo. Situado en una zona muy céntrica, entre el Palacio Real y la Galería Nacional, en un edificio de nueva construcción. Las habitaciones tienen una decoración funcional, pero son de un tamaño especialmente reducido, más parecidas a camarotes de barco. El precio por noche de la habitación doble ronda los 85 EUR y no incluye el desayuno.
La cadena sueca de hoteles Scandic dispone de la mayor oferta de alojamientos en Escandinavia en general y en Oslo en particular. Reservando a través de su página web es posible encontrar buenas ofertas. Además, esta cadena es famosa por sus buffet de desayuno que siempre se incluyen en el precio de la habitación. Tres buenas posibilidades de alojamiento con estupenda ubicación en hoteles de esta cadena son:
Scandic Karl Johan: Arbeidergata 4, 0159 Oslo. TF: +47 23155300 (www.scandichotels.com/hotels/norway/oslo/scandic-karl-johan). Situado en la zona peatonal del centro de la ciudad, a la altura del Parlamento. Es la opción más económica de la cadena. Habitaciones agradables aunque pequeñas. Alrededor de 100 EUR la habitación doble con desayuno en temporada alta.
Scandic Byporten: Jernbanetorget 6, 0154 Oslo. Tf: +47 23155500 (www.scandichotels.com/hotels/norway/oslo/scandic-byporten). Emplazado en Oslo-S, la estación central de la capital. Un hotel moderno, funcional y muy agradable, Alrededor de 130 EUR la habitación doble con desayuno en temporada alta.
Scandic Victoria: Rosenkrantzgate 33, 0121 Oslo. Tf: +47 24147000 (www.scandichotels.com/hotels/norway/oslo/scandic-victoria-oslo). Muy bien situado entre el puerto y Karl Johans Gate, al lado del ayuntamiento. Un clásico en la ciudad recientemente renovado. Habitaciones funcionales y acogedoras y magnífico desayuno en el patio central. Alrededor de 150 EUR la habitación doble con desayuno en temporada alta.
La principal cadena de hoteles noruega, Thon, cuenta con varios establecimientos en Oslo con precios bastante asequibles. Una buena alternativa es:
Thon Hotel Terminus: Stenersgata 10, 0184 Oslo. Tf: +47 22056000 (www.thonhotels.com/our-hotels/norway/oslo/thon-hotel-terminus). El Terminus es el más recomendable de la cadena Thon por su ubicación, al lado de la estación central, y su buena relación calidad-precio. Recientemente rehabilitado con una decoración moderna y funcional. Alrededor de 130 EUR la habitación doble con desayuno en temporada alta.
Si las opciones para dormir en una de las ciudades con mayor nivel de vida del mundo son caras, los restaurantes llegan a ser absolutamente prohibitivos. Tampoco es que la cocina noruega se destaque en el panorama gastronómico europeo así que no es el mejor lugar para una cena con encanto.
Las únicas posibilidades a precios razonables son algunas cadenas de alimentación y unos pocos restaurantes aislados. La tarjeta OsloPass facilita un pequeño descuento en algunos restaurantes.
Peppe’s Pizza es la cadena de pizzerías más grande del país. Tiene muchos establecimientos es la capital. Entre los turistas es un éxito porque no deja de ser prácticamente la opción más económica.
Rice Bowl: Youngs Gate 4, 0181 Oslo. Tf: +47 22412006 (www.ricebowl.no). Este restaurante tailandés situado muy cerca del mercado y de la catedral es muy popular en la ciudad. La relación calidad-precio de los platos es estupenda. Se pueden comer unas brochetas de carne con salsa por unos 8€.
Albert Bistro: Stranden 3, 0250 Oslo. Tf: +47 21023630 (www.albertbistro.no). Uno de los locales más de moda en la ciudad y más asequibles. Situado en una de las zonas más agradables y de mayor ambiente de Oslo, Aker Brygge. Alrededor de 25 EUR por persona con un primero compartido, un segundo y sin bebidas.
Los Cruceros por el Fiordo de Oslo parten de los muelles situados frente al Ayuntamiento. El paseo permite disfrutar de los paisajes del fiordo y conocer algunas islas frecuentadas por la población local como segunda residencia o simplemente para disfrutar de sus playas.
Oslo es, en la mayoría de los casos, la puerta de acceso a Noruega. Las conexiones aéreas o en tren con las principales ciudades facilitan los desplazamientos en un país tan largo y de orografía tan complicada. Hay un par de trayectos de tren que no deberíais perderos si queréis conocer Noruega:
El recorrido entre Oslo y Bergen permite apreciar cómo va cambiando la vegetación, desde los verdes prados que rodean a la capital a los bosques de pinos de los Alpes Escandinavos y a las nieves casi perpetuas que aparecen ya a los 1000 metros de altitud. Además, el viaje puede aprovecharse para conocer los famosos brazos del Fiordo de Sogn: Aurlandfjord y Nærøyfjord (este último declarado Patrimonio de la Humanidad). Para ello hay que enlazar en Myrdal con el Flamsbana, el tren convencional que realiza el descenso más pronunciado del mundo. En Flam se conecta directamente con la travesía en barco hasta Gudvangen por Aurlandfjord y Nærøyfjord. Un paseo en barco de dos horas realmente inolvidable. En Gudvangen se coge un autobús hasta Voss que transcurre por un valle espectacular y desde Voss nuevamente en tren hasta Bergen. En un día se hace el viaje que mejor resume Noruega. Los billetes para los trayectos ferroviarios se pueden sacar directamente en la página web de los ferrocarriles noruegos (www.nsb.no) y para el barco en la página web de fjord1 (www.fjord1.no). No hace falta reservar con antelación el autobús. De todas formas, el programa de viajes Norway in a nutshell (Noruega de un vistazo) facilita los billetes para toda la excursión si no queréis comprarlos por vuestra cuenta (www.fjiordtours.com).
El trayecto ferroviario entre Oslo y Alesund transcurre también por algunos de los paisajes más hermosos de Noruega. Especialmente en el tramo comprendido entre Dombås y Åndalsnes realizado por el famoso Tren de Rauma, que discurre paralelo al río Rauma recorriendo uno de los valles más espectaculares de los Alpes Escandinavos, junto a paredes verticales rocosas de más de 1000 metros. En Åndalsnes, ya junto a los fiordos, hay que cambiar el tren por el autobús para completar el recorrido hasta la hasta la capital del modernismo nórdico.