San Marino: La República más Antigua del Mundo

¿Leyenda o realidad? Los sanmarinenses no han dudado en dar una fecha exacta a la fundación de la Serenísima República de San Marino: el 3 de septiembre del año 301aC. Así todo parece más real. Supuestamente en esa fecha Marino y un grupo de cristianos fundaron una ciudad en las alturas del monte Titano para refugiarse allí de las persecuciones del Imperio Romano. Lo que no sabía Marino es que aquella comunidad, gobernada por una asamblea, acabaría resistiendo todos los intentos de invasión de los convulsos territorios vecinos, y su forma de gobierno, convertida ya en República, sería considerada en nuestro tiempo la República más antigua del Mundo.

San Marino se defendió bien desde las alturas. Es verdad que su conquista era complicada y no parecía poder aportar grandes beneficios a los ejércitos invasores. Claro que también tuvieron un poco de suerte. Aquellos locos de las alturas acabaron viendo reconocida su independencia primero por el Papa, luego por Napoleón y finalmente por el propio Garibaldi. No es extraño que finalmente adoptasen como lema “Libertas”.

El caso es que en realidad San Marino sí que fue conquistada, aunque en todos los casos por breve tiempo. Primero por César Borgia en el siglo XVI, luego por el Cardenal Alberoni en el siglo XVIII y finalmente por un ejército alemán en retirada en 1944. En todos los casos la diplomacia, y la suerte, les devolvió rápidamente el territorio.

Una historia así, en parte real y en parte imaginaria, tenía todas las papeletas para llamar la atención de propios y extraños. En 2008 la UNESCO otorgó a la Ciudad de San Marino por su peculiar historia, sus fortalezas defensivas y por algunos monumentos del casco antiguo el título de Patrimonio de la Humanidad.

Cómo llegar:

El Aeropuerto de San Marino no está en San Marino sino en Rímini, a media hora del microestado. En cualquier caso, este pequeño aeropuerto, dedicado a Federico Fellini, tiene sobre todo vuelos domésticos. Más cómodo y accesible es utilizar el Aeropuerto Internacional Guglielmo Marconi de Bolonia que está a menos de hora y media por autopista de la República. Las compañías Iberia, Vueling y Ryanair conectan el Aeropuerto de Bolonia con varias ciudades españolas.

La costa del Adriático Italiano, especialmente Rimini, está muy bien comunicada por tren con Bolonia. Se tarda poco más de una hora y el billete cuesta menos de 10€. Desde Rímini hay autobuses frecuentes a la ciudad de San Marino. De todas formas, la opción más cómoda es alquilar un coche en el aeropuerto de Bolonia y aprovechar para conocer Emilia-Romaña y la costa adriática.

La Serenísima República de San Marino:

Un Microestado

San Marino pasa por ser el estado soberano más antiguo del mundo. Es también uno de los más pequeños. El 3º más pequeño de Europa, tras El Vaticano y Mónaco. En el mundo hay otros dos que son aún más pequeños y se encuentran en la Polinesia: Son Nauru y Tuvalu. Los 5 países más pequeños del mundo son considerados microestados, todos con menos de 70 km².

Una curiosidad: sólo tres países en el mundo están completamente rodeados por otro país; el propio San Marino y El Vaticano por Italia, y Lesotho por la República Sudafricana.

El símbolo de San Marino son sus tres torres defensivas ocupando los tres picos del Monte Titano. Aparecen en su escudo, en su bandera y, no podía ser menos, también en la mayoría de sus sellos.

Los Castillos y el Comercio

El país está dividido en 9 municipios que se conocen como “castillos”. El mayor es Borgo Maggiore, ubicado justo al pie de la Ciudad de San Marino. Claro que todos son minúsculos y es difícil distinguir donde acaba uno y empieza el siguiente.

San Marino es a Italia lo que Andorra a España, pero sin estaciones de esquí. Es decir, el país vive de los negocios financieros (aunque trata de lavar su cara como “paraíso fiscal”), el turismo (dos millones de personas visitan el país cada año) y el comercio. Dos de sus grandes negocios comerciales siguen siendo los sellos y las armas.

Qué visitamos en este post

En el siguiente mapa interactivo podrás localizar con exactitud todos los lugares de los que se habla en el artículo. Podéis usarlo para llegar hasta ellos fácilmente y para seguir los itinerarios propuestos, que incluyen los lugares más representativos de la Ciudad de San Marino:

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Un Día en San Marino

El Monte Titano se alza, aparentemente inexpugnable, a pocos kilómetros de la costa. La mole rocosa, de poco más de 700 metros, es bien visible desde Rimini o Cattolica.

La carretera comienza rápidamente a ascender según se abandona la costa. Los problemas comienzan pronto. Basta ver los frecuentes paneles informativos en la carretera para darse cuenta de los atascos que se forman para llegar a la ciudad de San Marino. En los días de poco tráfico el atasco comienza al entrar al país. En verano a veces llegan hasta la misma costa y resulta obligatorio dejar el coche en uno de los grandes aparcamientos de Borgo Maggiore y desde allí utilizar el teleférico para ascender a la ciudad.

San Marino vive del turismo, del comercio y de los negocios bancarios y filatélicos. Los italianos acuden en masa a pasar el día en el pequeño país de los Apeninos. Así que la primera impresión de la abarrotada capital de San Marino no es muy buena. Calles repletas de comercios variopintos e invadidas por grandes multitudes. Museos a gusto de todos los públicos: Tortura, Cera, Curiosidades….

Las Murallas y la Plaza de la Libertad

Uno debe sobreponerse a la primera impresión para empezar por valorar las murallas defensivas que con la ayuda del Monte Titano hicieron la ciudad inexpugnable. La puerta principal fue siempre la de San Francisco que aún conserva la torre albarrana para facilitar su defensa. En la torre el escudo representando las tres torres sobre el Monte Titano. La imagen que define la ciudad y se repite constantemente.

La iglesia de San Francisco, la más antigua, es la primera imagen al traspasar los recios y relucientes muros. Un poco más allá, en la plaza de Santa Ágata,, el Teatro Titano revela en sus líneas arquitectónicas que fue el partido fascista sanmarinense quién financió su reconstrucción en ellos años 30 del pasado siglo. El teatro había sido edificado en el siglo XVIII y es una de las joyas de San Marino.

En cuanto te adentras en la ciudad, la sensación de estar en un bazar aumenta. Los comercios ocupan los bajos de todas las casas. Llama la atención las tiendas dedicadas a la venta de sellos y de armas.

Los sellos de San Marino son de los más cotizados del mundo, hasta el punto de que representan una de las más importantes fuentes de ingreso del país. Incluso en la Oficina de Turismo por el módico precio de 5€ te estampan uno de recuerdo en el pasaporte.

El comercio de armas nació a mediados del siglo pasado, ante la ausencia de una legislación que lo regulara. Hasta el punto de que se puso de moda venir a comprar armas a San Marino. Hoy la legislación ya no es tan permisiva, pero siguen existiendo muchas tiendas especializadas, que exponen hasta fusiles de asalto, o que venden armas junto a otros souvenirs.

Plaza de la Libertad

Las serpenteantes calles ascienden hasta la plaza de la Libertad. Un verdadero teatro al aire libre donde se escenifican las virtudes del pequeño país. La plaza se abre por uno de sus lados a un balcón desde donde se domina toda la extensión de San Marino. En el centro una gran estatua representando a la Libertad, el bien más preciado para sus habitantes. En otro de sus lados, el Palacio Público, sede de la autoridad de la república más antigua del mundo. En realidad, el edificio actual fue construido en el siglo XIX a imitación del Palazzo Vecchio de Florencia, pero su arquitectura historicista pega bien en este escenario teatral.

En el interior del Palacio Público se puede visitar la Sala del Consejo General, principal órgano de gobierno de la República. El gran salón está presidido por un cuadro que representa a San Marino entregando una tabla al pueblo que dice “Os dejo libres de ambos hombres en referencia al Emperador y al Papa. Una frase totalmente anacrónica que sirve para justificar su lema “Libertas”.

Abraham Lincoln visitó el Palacio Público en 1861 y se dirigió al Consejo con una de las frases que más célebres se han hecho en San Marino: “Aunque su territorio es pequeño, su estado es uno de los más honrados de la historia”.

Detrás del Palacio Público el escenario se prolonga con la Cava de los Ballesteros, supuestamente el lugar de entrenamiento del ejército medieval, que ahora se ha convertido en el espacio de celebraciones de la ciudad. Las pulcras calles de piedra se embellecen con estatuas, quizás para suplir la falta de otros monumentos más llamativos. En el extremo, el primer balcón sobre la costa del Monte Titano, lugar de llegada del teleférico de Borgo Maggiore.

La Basílica de San Marino

Justo por encima del Palacio Público se alza la Basílica de San Marino, edificada sobre el lugar de enterramiento del santo. Claro que las iglesias se han sucedido sobre la cripta a medida que los gustos cambiaban y las iglesias anteriores amenazaban ruina. La actual es del siglo XIX.

El simbolismo de la Basílica, del Palacio Publico o del Teatro Titano tuvo mayor peso que los propios edificios para ser considerados por la UNESCO, junto con las murallas y torres defensivas, como Patrimonio de la Humanidad. Lo que verdaderamente cuenta es la singular historia de la república, que se mantuvo minúscula e independiente hasta nuestros días. Un testimonio del medievo con una forma de gobierno quasi democrática.

Las Torres

Lo más espectacular de la visita llega en las cimas del monte Titano. En sus tres cumbres se levantaron sucesivamente tres fortalezas. Recorrerlas, teniendo como fondo la costa adriática y a los lados un pequeño bosque es lo que hace que la visita valga la pena.

La Primera Torre, conocida como la Roca o «Guaita», es la más antigua (data del siglo XII), y también la más grande. Situada justo encima de la ciudad amurallada, sirvió mucho tiempo como prisión. Ahora alberga una exposición sobre la historia de la República y es el mejor mirador sobre la costa adriática y las laderas del monte Titano.

Un corto paseo arbolado que sigue el trayecto de la muralla conduce a la Segunda Torre, la conocida como «Cesta». Era necesario cubrir el flanco más débil situando la segunda fortaleza en la otra gran cumbre del Titano, así que la segunda de las fortalezas no se hizo esperar. Se construyó en el siglo XIII. Hoy la Torre tiene un pequeño Museo que reúne principalmente una nutrida colección de armas, y desde ella se tienen las mejores vistas sobre la ciudad de San Marino.

La Tercera Torre, la más pequeña, se construyó un siglo más tarde completando así las defensas de la ciudad. Aunque no se puede visitar, merece la pena dar el paseo hasta allí siguiendo un sendero por un bosque delicioso.

La vuelta del paseo al atardecer regala vistas mágicas de las fortalezas y mitiga esa primera sensación que se tiene al entrar en la ciudad. A pesar de ello, decidimos cenar en un lugar más tranquilo de Las Marcas y olvidar el constante bullicio.

Resulta irónico que la república más antigua del mundo, salvada durante siglos del poder dominante por su tranquilidad en las alturas, haya sucumbido de esta forma al poder del comercio.

Dónde Dormir

Hay muy pocas cosas que justifiquen pasar la noche en San Marino. Mejor opción es tener un hotel en Pésaro y desde allí recorrer toda la región de Las Marcas dedicando una tarde a la República de San Marino. Un hotel con encanto muy recomendable cerca de Pésaro es:

Villa Cattani Stuart: Via Trebbiantico 67, 61122 Pésaro. Tf:  +39 072155782 (www.villacattani.it). Las villas se hicieron populares en el Ducado de Urbino tras el cambio de su capital a Pésaro. En los alrededores de la ciudad, cerca del mar, los nobles construyeron sus residencias a partir del siglo XVII. La Villa Cattani Stuart es un buen ejemplo de esa arquitectura y de sus preciosos jardines. Alojarse en ella es un lujo asequible. El mejor lugar desde el que descubrir las bellezas de una de las regiones menos conocidas de Italia. Desde 100€ la habitación doble con desayuno.

Dónde Comer

Los restaurantes llenan las calles de San Marino, dispuestos a satisfacer la necesidad de comer sin muchas pretensiones. Quizás lo mejor sea optar por una comida frugal y bajar nuevamente a la región de las Marcas para disfrutar de mayor tranquilidad durante la cena. Si se opta por quedarse a cenar, un lugar con encanto es:

Restaurante La Terraza: Contrada del Collegio 31, 47890 San Marino. Tf  +378 0549 991007 (www.ristorantelaterrazza.sm). Situado sobre la muralla, con preciosas vistas al Palacio Público y al valle de San Marino. Excelentes pastas. Tienen un menú por 22€ pp.