Parque Nacional de los Glaciares Patagónicos (Argentina)
El barco se acerca lentamente al glaciar Perito Moreno. Una inmensa pared blanca se eleva frente a nosotros bajo un cielo azul. El silencio solo se rompe por los crujidos del hielo y el impacto de los grandes bloques al caer sobre el lago. Los pasajeros sobre la cubierta han enmudecido. Contemplar el espectáculo parece exigir el silencio. Pocos lugares en el mundo son capaces de despertar esta emoción. Todo lo que nos rodea es grandioso: la pared del glaciar, el lago, las inmensas montañas de la Cordillera Andina como telón de fondo y los asombrosos bosques de las laderas que llegan hasta el hielo.
El sur de los Andes Patagónicos contiene la mayor superficie cubierta por glaciares tras la Antártida y Groenlandia. Las mayores reservas de agua dulce del mundo. El Campo de Hielo Patagónico Sur abarca casi 50 grandes glaciares y más de 100 glaciares menores en un territorio de unos 370 km de largo y 35 km de ancho. Gran parte del territorio está protegido como Parque Nacional de los Glaciares.
El más famoso de todos los glaciares que contine el parque es el Perito Moreno. Su enorme frente, de más de 5 km de ancho, su frente de paredes verticales de 70 metros de alto y, sobre todo, el gozar de un mirador mágico, lo convierten en uno de los lugares más espectaculares del planeta. Uno de esos lugares que hay que ver antes de morir.
“Perito” Moreno
Francisco Pascasio Moreno (1852-1919) fue uno de los más célebres exploradores, geógrafos y conservacionistas argentinos. Lideró varias exploraciones a la Patagonia Andina realizando importantes descubrimientos geográficos y antropológicos, y siendo el primero en promover la creación de zonas de protección en los Andes para mantener el equilibrio ecológico de la región.
Su reputación le llevo a ser elegido por Argentina como “perito” para la demarcación de los límites entre Argentina y Chile a finales del siglo XIX. El éxito del tratado le valió el sobrenombre con el que es conocido: “Perito Moreno”.
Hoy el glaciar más famoso de Argentina lleva su nombre a pesar de que él no fue quién lo descubrió. Él si fue, sin embargo, quién exploró y dio nombre al Lago Argentino, el más grande del país. También lleva su nombre un Parque Nacional, ubicado más al norte del Parque de los Glaciares, en la misma provincia de Santa Cruz.
Parque Nacional de los Glaciares
Las llamadas de atención de Perito Moreno para crear parques nacionales en los Andes sensibilizaron a los políticos y a la opinión pública. En 1937 se declararon 4 Reservas Nacionales en la Patagonia Andina. Poco después, en 1945 se transformó la Reserva Nacional en Parque Nacional de los Glaciares.
El Parque ha ido creciendo en extensión hasta abarcar la mayor parte del territorio argentino del Campo de Hielo Patagónico Sur, la mayor superficie cubierta por hielo fuera de los casquetes polares. En total el Parque tiene una extensión de 7.269 km², un territorio casi igual al de la Comunidad de Madrid.
La zona de mayor protección es la que rodea a los lagos Argentino y Viedma, los más grandes del país, extendiéndose por el norte hasta el famoso Monte Fitz Roy. En esta área se encuentran los glaciares más extensos y espectaculares: Viedma, Uppsala, Perito Moreno y Spegazzini. Los dos emblemas del Parque son el glaciar Perito Moreno y el Monte Fitz Roy.
El crucial interés geológico y ecológico del Parque y su deslumbrante belleza llevo a la UNESCO a su declaración como Patrimonio de la Humanidad en 1981.
El Parque Nacional de los Glaciares se encuentra en el extremo sur andino. Son las tierras continentales más australes, si exceptuamos la Antártida y la Tierra del Fuego. Casi 3000 km separan Buenos Aires de El Calafate. Así que el medio de transporte para llegar aquí suele ser el avión.
El Aeropuerto Internacional de El Calafate tiene vuelos con las principales ciudades argentinas, incluyendo Ushuaia, y conexiones con Sao Paolo en Brasil y, sólo en verano, con Punta Arenas y Puerto Natales en Chile. Prácticamente todos los vuelos son operados por Aerolíneas Argentinas. No son baratos. Alrededor de 200€ i/v.
El aeropuerto está a 23 km de la ciudad. Generalmente se suele concertar con el hotel el transporte. Las empresas que organizan las excursiones desde El Calafate se encargan del transporte, así que no suele merecer la pena alquilar un coche.
Qué visitamos en este post
En el siguiente mapa interactivo podrás localizar con exactitud todos los lugares de los que se habla en el artículo. Podéis usarlo para llegar hasta ellos fácilmente y para seguir los itinerarios propuestos, que incluyen los lugares más representativos de El Calafate y el Parque Nacional de los Glaciares:
Recorriendo el Parque Nacional de los Glaciares
Los Andes Patagónicos están en un lugar remoto del planeta. El vuelo desde Buenos Aires a El Calafate dura 3 horas, siempre hacia el lejano sur del continente. Poco antes de llegar el avión cambia el rumbo hacia el oeste y se comienzan a adivinar los Andes. Los inmensos lagos Argentino y Viedma destacan con sus aguas de un azul claro sobre el marrón oscuro de la estepa patagónica. Ese color tan característico de los lagos y del río Santa Cruz proviene de la «leche glaciar», los sedimentos que arrastran los glaciares hasta el lago.
El aeropuerto de El Calafate se encuentra aislado en la estepa. Prácticamente sólo llegan hasta aquí vuelos domésticos. Todo el mundo sabe las horas de llegada de los aviones. Afuera sólo esperan los conductores de los alojamientos para recoger a los clientes. Tienes la impresión de que has iniciado toda una aventura. Y es que nos hemos trasladado hasta los confines de la Tierra.
El Calafate, La Puerta a los Andes Patagónicos
El Calafate tiene ese aire de ciudad pionera en un entorno salvaje. La estepa patagónica parece a primera vista un desierto. Montañas y tierras aparentemente baldías en las que, repentinamente, como en un oasis, crece la vegetación frente a las aguas azul lechoso del lago Argentino. Sin embargo, en la estepa patagónica el ganado encuentra sitios para pastar y los animales salvajes, como los guanacos, liebres o chingues, no son difíciles de ver.
Lo que en principio fueron haciendas aisladas se convirtió en un asentamiento urbano a principios del siglo XX. Y no ha parado de crecer, primero como centro minero y ganadero, ahora dedicado casi por entero al turismo. Las casas de madera con techos inclinados para resistir las fuertes nevadas del invierno ofrecen un conjunto peculiar, con cierto aire del salvaje oeste norteamericano. Creciendo desordenadamente, sin ningún aparente plan urbanístico.
Los turistas dan vueltas por la calle principal, la avenida del Libertador, un poco desorientados. Allí se hacen las compras, se contratan las excursiones al Perito Moreno, al Fitz Roy o para un crucero por el lago Argentino, y allí se encuentran la mayoría de los restaurantes y locales de ocio. El resto es un laberinto de calles en cuesta en el que afortunadamente siempre existe la referencia del lago para no perderse.
Laguna Nimez
Junto al lago Argentino se extiende la Laguna Nimez, un ecosistema sorprendente si pensamos en la latitud en la que nos encontramos (50º Sur). Cientos de flamencos australes, cauquenes, ánades… pueblan la laguna. Pero lo más curioso es el paisaje circundante. De un lado áridas montañas, del otro el lago Argentino. Vale la pena darse una vuelta al atardecer por la laguna y recorrer de paso la ribera del lago. Casi siempre se puede hacer en solitario, disfrutando sólo de los sonidos de cientos de aves.
Claro que la gente no viene hasta aquí para contemplar la estepa patagónica o la laguna. Al oeste se alza como telón de fondo la Cordillera de los Andes. Los cielos azules de El Calafate contrastan con las nubes que cubren constantemente la Cordillera. En esta latitud la Cordillera es el único accidente geográfico de toda la circunferencia terrestre y las nubes acaban allí retenidas.
El Viaje del Calafate al Parque Nacional de los Glaciares
La carretera que va desde El Calafate hasta el Parque Nacional de los Glaciares es una de las más sorprendentes del mundo. Una recta inmensa atraviesa sucesivamente la estepa patagónica y el bosque andino hasta llegar al pie mismo de los Andes. En la estepa el paisaje semidesértico se adorna con arbustos y pequeñas plantas adaptadas a resistir un clima con lluvias escasas y fuertes vientos. Con suerte se puede ver una manada de guanacos, una especie de camélidos emparentada con las llamas y las vicuñas.
Punta Bandera
En el límite entre la estepa patagónica y la península de Magallanes, donde el bosque andino se adueña del paisaje, se encuentra Punta Bandera, el lugar del que parten los cruceros por el lago Argentino. Un paraje inhóspito, golpeado por los constantes fríos vientos del oeste y marcado por el contraste entre el azul lechoso de las aguas del lago y el marrón oscuro de las tierras patagónicas. Al fondo ya se ven los primeros picos nevados de la Cordillera de los Andes.
El crucero por el lago Argentino es una experiencia imprescindible si se ha llegado hasta este extremo de la Patagonia. Es la única forma de apreciar la inmensidad del lago, acercarse al glaciar Spegazzini y observar los iceberg y otros glaciares de montaña. La empresa Marpatag ofrece cruceros de 1 ó 2 días. Se pueden contratar desde cualquier hotel o en las agencias de viaje de El Calafate. No son baratos (alrededor de 150€ el crucero de 1 día), pero realmente merecen la pena.
Península de Magallanes
Pero dejemos el crucero por el momento. Antes hay que acercarse al centro de visitantes del glaciar Perito Moreno, la estrella del Parque. La carretera continua por la Península de Magallanes. El bosque andino patagónico domina el paisaje. Aquí no hay pinos ni abetos. La lenga es el árbol más abundante. Cubre las laderas hasta cerca de las nieves perpetuas. El camino se hace sinuoso para bordear el brazo Rico, uno de las ramificaciones del lago Argentino. Entramos en el Parque Nacional de los Glaciares (alrededor de 20€ la entrada del primer día, el segundo se paga la mitad).
Al doblar una curva, repentinamente, aparecen las altas montañas, con sus nieves perpetuas y el hielo. La mayor reserva de hielo fuera de los polos terrestres. Imposible reprimir la emoción y no sugerir una parada al conductor. Frente el brazo Rico del lago Argentino y el bosque andino de la Península de Magallanes se ve ya una parte del frente del glaciar Perito Moreno y, al fondo, los inmensos Andes entre nubes grises.
El Glaciar Perito Moreno desde la Península de Magallanes
Una de las razones de la enorme popularidad del Perito Moreno es que cuenta con un mirador excepcional para poder observar toda la extensión del glaciar. En el extremo de la Península de Magallanes, frente al glaciar, se han instalado 3 km de pasarelas que permiten observarle desde todos los ángulos. Un camino que ofrece vistas mágicas no sólo del frente del glaciar sino de la mayor parte de su recorrido.
El Perito Moreno nace en la Cordillera Andina descendiendo hasta el brazo sur del lago Argentino con un frente de 5 km y una altura media sobre el lago de más de 70 metros. El glaciar llega a contactar en algunos periodos con la península aislando el brazo Rico del lago Argentino y provocando que esta parte del lago suba hasta 30 metros de nivel. Luego, el agua va horadando la pared de hielo hasta lograr abrirse paso y finalmente provocar el desprendimiento del tapón provocando un estruendo impresionante. Un espectáculo que se contempló por última vez en 2018. El glaciar no ha vuelto a contactar con la Península, pero es uno de los pocos del mundo que no está en regresión.
Desde las pasarelas se oye cada poco tiempo el estrépito provocado por los desprendimientos de hielo de la pared del glaciar. Puedes pasar horas contemplando la visión del enorme frente de hielo y del glaciar extendiéndose en la lejanía, bajo las cumbres andinas. Sabes que estás disfrutando de un paisaje único, que jamás olvidarás.
Un Crucero por el Lago Argentino
Navegar por el lago Argentino pegado a las paredes de hielo de los glaciares y a las laderas de los Andes es una experiencia inexcusable si has llegado hasta aquí. No hay otra forma de ver de cerca los icebergs ni de conocer los glaciares Spegazzini y Uppsala. Los paisajes recuerdan un poco a los de los Fiordos Noruegos, aunque en el lago la presencia de los glaciares y de los Andes multiplica la magia y la emoción de las vistas.
Boca del Diablo y Brazo Norte del Lago Argentino
Los cruceros salen de Punta Bandera, a unos 50 km de El Calafate. Nada más partir, enfilan a la Puerta del Diablo, la entrada al brazo norte del glaciar. La puerta parece conducir a un mundo mucho más recóndito, desde luego más frío, ventoso e inhóspito.
Los icebergs se ven cada vez con más frecuencia. Enormes trozos de hielo con formas caprichosas desprendidos de las paredes de los glaciares . El paisaje con sus sorprendentes témpanos flotando en el lago emociona y te invita a salir a cubierta, pero el frío viento del oeste te hace volver cada poco tiempo al interior del barco.
Adentrándose en el brazo norte surgen las nuevas ramificaciones del lago. Estrechos labrados por los glaciares. A lo lejos se divisa el enorme glaciar Uppsala, el segundo en extensión de Argentina, en cuyo brazo está actualmente prohibida la navegación. Su nombre proviene de la universidad sueca que financió la exploración del geólogo Klaus Jacobson, quién descubrió a principios del siglo XX el glaciar. El barco vira al oeste para adentrarse en el brazo Spegazzini.
Glaciar Spegazzini
El estrecho brazo Spegazzini conduce a la gran pared del frente del glaciar. Las laderas de las montañas que rodean el desfiladero están cubiertas por un denso bosque de lengas. Algunos glaciares de montaña llegan con sus lenguas tan sólo a medio camino de la ladera. El frío es intenso.
El glaciar Spegazzini desciende casi verticalmente desde las altas cumbres de los andes chilenos. Una enorme masa de hielo resultante de la confluencia de tres glaciares secundarios acaba en el angosto valle. La inmensa pared blanca, que alcanza en algunas partes los más de 100 metros de alto, contrasta con las oscuras nubes que cubren las montañas. Grandes trozos de hielo desprendidos del glaciar se extienden por todo el canal. Una visión onírica. Un pasajero que está observando junto a mí la pared del glaciar me dice emocionado: «es como estar dentro de un reportaje del National Geographic«. Lo es.
Bahía de las Vacas
El barco da media vuelta para enfilar nuevamente la Puerta del Diablo, pero antes hace una parada en la Bahía de las Vacas. Uno de los lugares más curiosos de lago Argentino. La pequeña bahía, cobijada de los vientos, ha permitido desde hace más de un siglo la ganadería en la zona. Es una parada obligada para andar por el bosque andino del Parque Nacional y valorar las duras condiciones de vida como ganaderos en este remoto y frío lugar.
Canal de los Témpanos y Glaciar Perito Moreno
La parte del brazo sur del lago Argentino que va hacia el glaciar Perito Moreno recibe el nombre de Canal de los Témpanos, aunque aquí se encuentran menos icebergs que en el brazo norte. El paisaje es también más abierto y, generalmente, el clima es mejor.
Uno podría pensar que ya no le va a impresionar tanto el glaciar Perito Moreno después de haberlo contemplado desde la Península de Magallanes. No es así. La perspectiva desde el barco es totalmente distinta. Las enormes paredes parecen encoger al barco y a nosotros mismos. Desde abajo se siente el poder de la naturaleza. Los ruidos de los pedazos de hielo al caer te sobrecogen. La blancura te deslumbra. Los bosques junto al hielo se antojan imposibles. Y detrás, siempre como telón de fondo, las cumbres andinas envueltas en nubes, anunciando nuevos hielos. ¿Cómo no emocionarse ante tanta belleza?
Dónde Dormir
El Calafate está dedicado casi por entero al turismo. Se pueden encontrar alojamientos de todos los precios. Eso sí, vale la pena pagar en metálico, si previamente se cambia a dólar blue, porque el ahorro es considerable. Dos hoteles con encanto muy recomendables son:
Posada Larsen – www.posadalarsen.com: Cuatro pequeñas casas de madera y ladrillo dispuestas en semicírculo en una colina con vistas a la laguna Nimez y al lago Argentino. Habitaciones muy confortables en un ambiente tranquilo. Muy buen desayuno. Alrededor de 75€ la habitación noche con desayuno.
Hotel Kau Yatun – www.kauyatun.com: Ubicado en una estancia patagónica rodeada por un delicioso parque. El edificio de madera y ladrillo que alberga los salones y las habitaciones es todo un lujo de detalles. Alrededor de 120€ la habitación noche con desayuno.
Dónde Comer
En El Calafate es posible encontrar todo tipo de restaurantes, desde las cadenas internacionales de comida rápida a locales de cocina étnica. De todas formas, lo interesante es probar las célebres carnes y asados de la región. Dos lugares imprescindibles son:
Isabel Cocina al Disco – www.isabelcocinaaldisco.com: Uno de los restaurantes más emblemáticos de cocina patagónica en El Calafate. Los guisos se preparan en un disco de arado de campo. Un lugar imprescindible. Alrededor de 25-30€ por persona con bebidas.
Rústico Asador y Parrilla: El mejor lugar para saborear las deliciosas carnes argentinas. Un local con vistas al Lago Argentino. Alrededor de 25-30€ por persona con bebidas.