Toledo es una de las ciudades españolas incluidas en la lista de Patrimonio de la Humanidad. Dista tan sólo 70kms de Madrid, y atesora un gran número de monumentos y riquezas artísticas. Su casco histórico es uno de los más singulares, especiales y bellos de toda Europa. Casi totalmente rodeada por el gran surco que el Tajo traza sobre su trazado urbano, es una de las mejores excursiones que se pueden realizar desde la capital.
Repleto de arquitectura mudéjar, sede de la Catedral Primada de España, y presidido por la imponente mole del Alcázar que fuera en tiempos residencia real e imperial, Toledo está llena de encantadores rincones que nos trasladan a distintas épocas históricas en las que la ciudad tuvo protagonismo. Un pasado glorioso y un presente de gran personalidad sin perder la humildad. Al fin y al cabo, todo Occidente le debe gran parte de su legado cultural clásico, pues fue aquí donde en el siglo XIII, Alfonso X el Sabio, instaló su Escuela de Traductores que consiguió recuperar el saber clásico (griego y romano), en gran parte perdido durante la Edad Media, traducido entonces al latín y castellano desde textos árabes.
TOLEDO A VISTA DE PÁJARO
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Para los que no tengan la suerte de conocerla a vista de pájaro, siempre nos queda comenzar una visita por la carretera de ronda de los cigarrales, para tener una idea de su importante emplazamiento, y descubrir después el casco histórico, y caminarlo disfrutando de sus numerosos rincones, tesoros culturales y monumentos.
DESCUBRIR TOLEDO EN UN DÍA
Primeras Impresiones y vista panorámica siguiendo la carretera de ronda:
Al llegar a Toledo desde la A-42 seguir la indicación de Toledo Centro Ciudad. Llegaréis hasta la rotonda de la Puerta de Bisagra, blasonada con el escudo bicéfalo de Carlos V. Ahí se toma la calle que baja bordeando a muralla hacia la izquierda de la puerta monumental, y en la siguiente rotonda se toma la primera a la derecha para tomar el camino de ronda que rodea Toledo siguiendo la preciosa carretera de “Los Cigarrales” (las mansiones de recreo de la aristocracia toledana desde hace siglos). Algunos de estos Cigarrales han sido convertidos hoy en flamantes hoteles con hermosas vistas de la ciudad en su conjunto. El Parador Nacional, construido en estilo similar, está situado en la parte más alta del camino, y goza de una vistas inigualables.
El primer punto de interés será el Puente de Alcántara, que entre ambas orillas del río Tajo quedaba flanqueado por el Castillo de San Servando a un lado y el Alcázar del lado de la ciudad. Continuando por la carretera, que va tomando altura, hay varios miradores desde los que tomar las mejores fotos del conjunto de la ciudad, En uno de ellos, el Mirador de la Vega hay un chiringuito donde tomarse de un cafetito o un refresco mientras se disfruta de la vista.
La ruta continúa rodeando Toledo a través del curso del Tajo, y va a parar al Puente de San Martín que se alza en el extremo opuesto al primero bajo el Monasterio de San Juan de los Reyes. Aparca el coche, baja y pasea por el puente, merece la pena. Después cruza el río por el puente de la ronda y regresa a la rotonda de la Puerta de Bisagra. Cruza las murallas y sube hacia el Alcázar. Se puede dejar el coche en alguno de los Parking públicos que hay junto a él.
Este restaurante se aloja en una cava de bóvedas de ladrillo de un antiguo palacio toledano del siglo XV. A pocos metros de la Plaza de Zocodover, y muy cerca del Cristo de la Luz. Se come muy bien, mezcla de cocina tradicional y experimental, pero de buena calidad y el menú sale a cuenta (unos 12€). El sitio además aporta vanguardia en la decoración, en la tradición del entorno. Una conseguida mezcla.
Un paseo por Toledo a pie (De Zocodover a la Catedral):
Deja el coche y dirígete al centro bajando hasta la Plaza de Zocodover. En este espacio tenían lugar actos de fe, juicios de la Inquisición y ajusticiamientos públicos, y siempre fue el espacio público más importante de Toledo. Empecemos no obstante por buscar un sitio para comer. Hay muchos, y algunos muy buenos. Por recomendar uno, os diría, el Restaurante La Abadía, para después visitar la cercana Ermita del Cristo de la Luz, una mezquita exquisita de época califal. ¡Mira las frases en árabe escritas con ladrillos en los frisos del templo!. La leyenda cuenta que al entrar Alfonso VI conquistador de la Toledo musulmana, su caballo se detuvo frente a ella, y abriéndose un hueco en sus paredes surgió la imagen cristiana que da nombre al monumento, iluminado por la luz de una vela que todavía ardía.
Un poco más abajo podremos traspasar las antiguas murallas. El recinto se amplió para proteger también el barrio del Arrabal unos siglos después de edificarse el primer cinto de murallas. Fue entonces cuando la antigua Puerta del Sol quedó intramuros. ¡Mira los bonitos arcos de herradura y las decoraciones cristianas añadidas!.
Volviendo sobre nuestros pasos, o eligiendo otras calles, volvamos a Zocodover, para tomar ahora la Calle Mayor, que atraviesa el Toledo antiguo, siendo la principal calle peatonal y comercial. Síguela hacia la Catedral. (También es bonito perderse y callejear sin rumbo por todo el casco histórico, y uno se lleva muchas sorpresas descubriendo rincones con mucho encanto).
Visita de la Catedral:
Abre de 10h a 18h y cierra a las 18h30, los domingos y festivos desde las 14h a las 18h. La entrada para ver todo el conjunto cuesta 11€ e incluye una audioguía, la parte de culto y libre entrada es muy reducida pero al menos te llevas una idea de las dimensiones y grandeza del templo. Si te gusta el arte, dedícale tiempo a la visita porque es una maravilla; las Capillas, el Coro, el Retablo Mayor, las colecciones del Tesoro Catedralicio, Cuadros, el Transparente barroco… en fin, la lista es larga e intensa. En la página oficial www.catedralprimada.es tienes una visita virtual, y toda la información disponible.
La Portada principal de la Catedral, que tiene una última cena representada en una escultura sobre las puertas, da a la Plaza del Ayuntamiento. A un lado el Palacio Arzobispal, residencia del Arzobispo de Toledo, el más importante de los títulos eclesiásticos en España, y también el que históricamente ha sido más relevante (para los que visteis la serie Isabel, el palacio lo construyo el sucesor del Arzobispo Carrillo, el Cardenal Cisneros, que llegó a ser Regente de Castilla a la muerte de Isabel). Al otro lado el Ayuntamiento, con sus torres esquineras con chapiteles y tejados de pizarra al estilo del Escorial, pues estuvo directamente influenciado por dicha construcción.
Un paseo por Toledo a pie (De la Catedral a San Juan de los Reyes):
Ahora continuaremos siguiendo las señales que nos indican el Monasterio fundado por los Reyes Católicos, y pasaremos delante de interesantes monumentos y museos. El Museo de El Greco, rinde homenaje a uno de los habitantes más famosos e ilustres de la ciudad castellana, el famoso pintor cretense, que se instaló en Toledo en tiempos de Felipe II. La visita de este museo resulta muy entretenida por estar instalado en lo que representa una casa típica del S.XVI, y contar con no pocas obras del famoso pintor que están distribuidas en distintos salones y estancias del pintoresco conjunto.
Casi pegado a la Casa de El Greco se halla, la Sinagoga del Tránsito que aloja el Museo Sefardí, dedicado al legado de los judíos que habitaron en España hasta fines del siglo XV. Un poco más adelante, la Sinagoga de Santa María la Blanca, y finalmente alcanzas el Monasterio de San Juan de los Reyes, cuya visita también es muy recomendable. Los Reyes Católicos lo construyeron con vistas a alojar su mausoleo real, idea que dejaron de lado, tras la conquista de Granada en 1492 y la consiguiente construcción de la nueva Catedral Granadina, en la que se erigió una capilla para alojar sus tumbas. No obstante, capilla y claustro góticos son un conjunto muy bonito y de estilo muy distinto a las visitas que hayáis visto hasta el momento. Esta variedad y riqueza es la que da precisamente a Toledo su fama y valor.
Antes de regresar hacia donde dejamos el coche, podéis acercaros hasta la Puerta del Cambrón, en el confín de las murallas toledanas por el oeste, y observar las vistas de la vega del Tajo y la ciudad nueva. También se puede bajar hasta el Puente de San Martín, si al inicio de vuestra visita a Toledo no os detuvisteis con el coche.
Último vistazo
Antes de dejar Toledo, si está cayendo la tarde o ya es de noche, una última sugerencia sería volver a realizar el recorrido en coche por la Ronda de Toledo para disfrutar de un último vistazo, ahora que ya conocéis la ciudad por dentro. La vista es más sublime si cabe, cuando uno, ya se ha familiarizado con los distintos hitos que conforman el paisaje monumental de esta bellísima ciudad.