Etiopía – Bitácora de Viaje (Parte 3): Axum

INTRODUCCIÓN:

Tigray y Axum: Cuna de la Etiopía Imperial.

El estado de Tigray es el más septentrional de Etiopía, y ocupa una altiplanicie bordeada por montañas que hacen frontera con Eritrea al norte, un escarpe profundo que separa dicha meseta de la depresión del Danakil al este, y un profundo surco formado por el río Tekeze al sur que hace frontera con el estado de Amhara. Por tanto el conjunto de las tierras altas de Tigray, agrícolas y fértiles, son como una isla continental separada por fronteras naturales de aridez.

Nosotros llegabamos desde el Danakil en el estado Afar, en territorio situado bajo el nivel del mar, y para llegar a su capital, Mekele, tuvimos que remontar un puerto de montaña de más de 2500mts (Mekele se encuentra a unos 2200mts sobre el nivel del mar). Desde Mekele atravesaríamos las mesetas de Tigray, pueblos que comparten un legado cristiano milenario, y que poseen tesoros culturales en forma de iglesias ortodoxas etíopes, monasterios y ermitas excavadas en la roca con un peculiar estilo, repartidos por toda la geografía más insólita y aislada imaginable.

La primera etapa de nuestro viaje, nos llevó desde Mekele a Axum, atravesando uno de los paisajes más bonitos que hemos visto, la comarca de las montañas de Adwa, que además de su belleza tiene su importancia histórica y mítica, ya que fue el escenario en 1896 de la decisiva derrota italiana frente a las tropas etíopes, Esta batalla tiene una importancia mítica, ya que significo que Etiopía fuese el único país africano no colonizado por una potencia europea. Este hecho histórico, tuvo gran trascendencia y puso a Etiopía en el candelero político internacional cuando la descolonización generalizada de África tras la Segunda Guerra Mundial, se decidió que en Addis Abeba se estableciese la sede de la Unión Africana, institución supranacional que reuniría a todos los nuevos estados del continente.

La segunda etapa trascurrió en la ancestral capital del Imperio Abisinio, Axum. Ciudad que no para de deparar sorpresas arqueológicas, aún apenas excavada y que se espera proporcione nuevos e impresionantes hallazgos en un futuro. Axum creó un Imperio hace más de dos mil años, comerció con Roma, Persia e India, y está emparentada cultural y étnicamente con la Reina de Saba y el rey Salomón, de quienes los emperadores etíopes claman descender.

La última etapa de este periplo, nos llevó desde Axum hasta el profundo tajo del río Tekeze. El curso del río se halla a 600mts sobre el nivel del mar, y se desciende desde los más de 2000mts del altiplano, para luego volver a subir hacia el murallón que constituyen las Montañas de Simien, un macizo arcaico de millones de años que en su día fue lecho marino y fue elevado por las fuerzas orogénicas hace tanto tiempo geológicamente, que lo convierten en uno de los escudos montañosos más antiguos del mundo. Pero esta visita, ya será objeto de comentarios en mi próximo captítulo.

Lo que no te debes perder en esta etapa que atraviesa el Estado de Tigray:

  • Visitar una de las antiguas ermitas e iglesias rupestres que se esparcen por todos los rincones de Tigray.
  • Visitar los yacimientos arqueológicos de Axum; admirar el famoso Campo de Estelas y Obeliscos Imperiales milenarios.
  • Disfrutar de los paisajes de Etiopía, desde el altiplano hasta el profundo valle del Rio Tekeze y los sucesivos «shet» o torrentes que bajan desde los Montes Simien, observando las crestas recortadas de sus cumbres.
Bitácora de Viaje a Etiopía – Parte 3: Tigray & Axum

BITÁCORA DE VIAJE – Parte 3:

Tigray & Axum: Cuna de la Etiopía Imperial

A esta parte del viaje le dedicamos dos días y medio aproximadamente. Pasamos la primera noche en Mekele, según regresábamos de la Depresión de Danakil, recorriendo los casi 240kms que la separan de Axum (unas 5hrs de coche) parando para ver la Iglesia de Wukro Cherkos, comiendo en Adigrat y llegando por la tarde a Axum, objetivo principal de esta etapa.

Esa misma tarde visitamos los yacimientos arqueológicos de la ancestral capital Etíope, y descansamos en un buen hotel. Al día siguiente nos dio tiempo de hacer alguna foto antes de partir camino de los Montes Simien. Por delante nos esperaban otros 250kms de carretera (unas 5hrs de coche de nuevo), la última parte sin asfaltar (unos 30kms) para llegar hasta Debark, el punto de inicio de nuestra siguiente etapa del viaje, el Trekking por los Montes Simien.

 

PRIMERA ETAPA:

En Mekele, capital de Tigray

Mekele es la capital del estado más septentrional de Etiopia. Tiene casi 200.000 habitantes, y por tanto como suele ser habitual en África es una plaza de mercado muy importante para toda la población circundante. Así que nos decidimos a conocer el mercado y sus secretos.

Bandera del Estado de Tigray
Bandera del estado de Tigray
 Cogimos Un tuc-tuc desde el hotel que nos costó 50 Birr (0,30€). Fue un trayecto de cinco minutos eso sí. Parece que en los últimos años se ha generalizado el uso de estos motocarros que importados de segunda mano desde Asia han llenado las calles de las ciudades y pueblos de Etiopia, transformando el transporte de viajeros y también mercancías por todo el país. Dicho esto, hay q añadir que el simpático vehículo está perfectamente tuneado a la etíope con su color oficial (a veces azul otras blanco y azul) y sus decoraciones propias de cada conductor, pero dentro de unos límites.

El mercado era como esperábamos ajetreado y grande, y no tan polvoriento como imaginaba. Algunas calles estaban perfectamente adoquinadas, otras en cambio dejaban mucho que desear en limpieza.

Organizado más o menos por productos, la parte de más abajo la ocupaban los puestos y productos más pobres, y a medida que íbamos subiendo hacia el centro de Mekele iban mejorando en calidad. Las calles del centro tenían bastante buena pinta y en la central escogemos una terraza con vistas a la ciudad para tomar un té y unas pastas secas.

Volviendo al hotel pasamos por la calle de los joyeros con multitud de tiendas que vendían joyas de diseños, digamos étnicos, aunque seguramente tengan un nombre porque los patrones más comunes eran recurrentes, unas lacerías formando círculos para pendientes y anillos.

Sobre las ocho estábamos cenando y cerrando el día, tras muchas experiencias vividas en un día muy largo.

De Mekele a Axum

Tenemos que recorrer unos 230kms de carreteras de montaña para ir de la capital actual a la capital histórica de Etiopia. Por el camino se pueden visitar algunas iglesias rupestres que tienen hasta 800 años de antigüedad. (A partir del siglo IV, el cristianismo llegó y se expandió por las tierras altas de Etiopia desde Axum )

La iglesia de Wukro Cherkos está muy cerquita de la carretera y la escogemos como ejemplo. Sencilla, humilde, tiene una decoración de frescos que se estiman del siglo XVI, pero la iglesia puede ser que date del siglo XI. No es nada extraordinario, más allá de lo alucinante de tener en medio de África una serie de iglesias ermitas y monasterios en las montañas más recónditas y que sea uno de los países que más pronto adoptaron el cristianismo.

Lo mejor de esta carretera de las tierras altas fue el paso por el Puerto de Aloka que desde Adigrat nos subió hasta los más de 3200msnm y que nos permitió ver unas vistas increíbles y comprobar cómo el antiguo escudo etíope elevado hace millones de años no ha hecho más que erosionarse y crear un gigantesco cañón comparable al del Colorado.

Otro de los tramos más espectaculares son los veinte o treinta kilómetros que hay entre Dibdubo y Gendebta, allí donde se estableció el histórico Monasterio de Yeha. El paisaje aquí está salpicado de enormes batolitos basálticos que han resistido la erosión, y como testigos de la historia custodian las partes más sensibles y orgullosas de los valles de Tigray. El paisaje me encanta aquí. Además es un poco más verde.

Los pueblos que se suceden tienen algunas cosas en común. Vemos casas de fachadas sencillas pero pintadas con colores vivos y patrones geométricos; con una puerta y una sola ventana, un tejado de Uralita a solo una agua; mucha cabaña de vacas, cabras y ovejas algunas también; vemos paja apilada de forma cónica; vemos bueyes trillar solo con sus pezuñas el cereal cosechado dando vueltas sin parar, vemos muchos rebaños cruzar por la carretera, muchos burros por el medio sin miedo a los coches que no abundan pues el tráfico es más bien escaso si no es de camiones muy lentos y pesados.

La arquitectura de granjas y muchas casas en el paisaje es heredera de las construcciones del orgulloso imperio Axumita (siglos III a X) que trabajaba la piedra sin argamasa. Por el campo las hay con formas irregulares en piedra perfectamente encajadas, con tejados coronados por tierra y paja, y porches sobre las puertas de entrada cubiertos de paja. Estos últimos muy vistosos.

Entre Adwa y Axum hay una meseta fértil y bella desde la que se divisan muy bien las cumbres basálticas que dejamos atras. De volver algún día a Axum me gustaría conducir hasta Yeha, tanto por el monasterio tan particular (construido en lo alto de una roca al que solo se accede con cuerdas) y por el precioso paisaje que se atraviesa.

SEGUNDA ETAPA:

Visita de Axum: Antigua Capital Imperial

Axum es hoy una ciudad modesta, una pequeña capital de provincia que presenta bastante buen aspecto. Cuenta hoy con unos 60.000 habitantes, prácticamente la misma población que llegó a poseer en su apogeo hace más de 15 siglos en su época de mayor esplendor.

Es precisamente por su historia y por su legado monumental (en su mayor parte no excavado) el principal atractivo de este rincón septentrional de Etiopía. Desde el centro monumental, la ciudad se alarga hacia el este siguiendo la carretera. Los barrios más modernos están a la entrada de la ciudad, en donde nos alojamos en un hotel bastante moderno y bien equipado. Un tuc-tuc nos llevó hasta el centro monumental.

Según llegamos teníamos a nuestro guía dispuesto a mostrarnos los tesoros históricos de la ciudad. Fue dejar las cosas en el hotel y ponernos en marcha. De la visita de Axum diré que fue a la vez estética, emocionante y también por que no, algo mística. Lo que más me gusto desde el punto de vista fotográfico, fue el maravilloso Campo de Estelas y Obeliscos. Disfruté aprendiendo de su historia en la visita a las Tumbas de los Reyes Kaleb y Gebre Meskel, pero me encantó y emocionó sobre manera, la leyenda del Arca de la Alianza, que según la tradición etíope se conserva en la Iglesia de Maryam Tsion desde que fuera traída desde el Templo de Jerusalén por el fundador de la dinastía Imperial Etíope, hijo de Salomón y la Reina de Saba.

Qué no te debes perder en Axum:

  1. Visita de Campo de Estelas
  2. Piedra Rossetta Axumita
  3. Mausoleos de Kalib e hijo
  4. Baños de La Reina de Saba
  5. Iglesia Santa María de Sión (Arca de la Alianza)
Un poco de historia sobre Axum

La importancia de esta ciudad radica en su grandiosa historia. Fue el centro de un gran imperio que se extendía por más de dos millones y medio de kilómetro cuadrados que comprendían el continente africano y el sur de la península arábiga. Contemporáneo del imperio Romano, los rastros arqueológicos demuestran también comercio marítimo con Roma, el imperio Persa y hasta la península india.

AxumYElSurDeArabiaHaciaEl230 Entre el siglo II aC y el siglo II dC dependió del Reino de Saba (aproximadamente el actual Yemen), pero el epicentro de poder pasó a este lado de la costa del mar Rojo a partir del siglo III. Entre los siglos IV y VI se produce el apogeo del Imperio Axumita. De esta época datan los principales monumentos y yacimientos arqueológicos encontrados en Axum.

Durante el reino de Ezana en el siglo V, el imperio Axumita se convirtió al cristianismo. Desde entonces ha sido la capital espiritual y sede de la Iglesia Ortodoxa Etíope. Pero quizá el aspecto más apasionante y poco conocido de Axum, es que es el lugar donde la tradición dice que se conserva El Arca de la Alianza, el baúl depositario de los Diez Mandamientos que Dios otorgó a Moises en el Monte Sinaí.. y de ello hablaré más adelante. 

1/ El Campo de Estelas y Obeliscos

El sitio más emblemático de Axum, es un campo de unas tres hectáreas de superficie sembrado de estelas y obeliscos. En total habrá unas 120. Las más altas, son los tres monumentos más altos levantados en África en la antigüedad con 23, 25 y 33 metros de altura respectivamente. Los obeliscos, no son monolíticos como los egipcios, y están compuestos de partes superpuestas. Se cree que su datación corresponde a los siglos III y IV. Se estima que su función era funeraria, al estar relacionados directamente con las tumbas halladas en las excavaciones del sitio. Además hay una correspondencia directa entre las salas encontradas en las diversas tumbas de reyes de Axum, y los pisos dispuestos en las estelas/obeliscos que las acompañan. Su finalidad, parece estar relacionada con la creencia de facilitar un camino al más allá del difunto y se dejaron de construir cuando Etiopía se convirtió al Cristianismo con el Rey Ezana. Éste es el último rey que construyó un obelisco en Axum.

Los obeliscos están labrados con motivos geométricos repetitivos que representan ventanas en sus pisos superiores y una puerta en el piso inferior. La decoración de puertas y ventanas es idéntica a la de las tumbas halladas.

  •  Estela del Rey Remhai: Era la más alta de todas, alcanzaba los 33 metros de altura. Posiblemente cayó poco después de ser erigida. Aunque rota en pedazos en el suelo, se halla muy bien conservada y es la que se pueden observar más de cerca sus motivos ornamentales.
  • La más alta de las que permanecen en pie. Alcanza los 25 metros de altura y se encuentra más o menos en la mitad del recinto. Fue motivo de discordia y reclamación por parte de Etiopía, ya que Mussolini en tiempos de la ocupación italiana antes de la Segunda Guerra Mundial, ordenó su expropiación y traslado a Roma. Estuvo en Italia durante 70 años. Tras largas reclamaciones y negociaciones que llegaron hasta la ONU, en 2005 se devolvió la primera parte que fue completada por otros dos pedazos en 2008, año en que fue levantada de nuevo en su lugar original.
  • Estela del Rey Ezana: La tercera más alta. Alcanza los 23 metros. Lo más característico de este obelisco es que está inclinado. Hace poco más de una década se apuntaló con unos andamios para prevenir su derrumbe. No obstante se cree que su inclinación ya existía poco después de su construcción.
  • La Tumba del Mausoleo situada en una esquina del recinto, es de las pocas que se hayan excavadas y se puede visitar. Descubriréis que los motivos decorativos se repiten, con las características puertas y ventanas “Axumitas”. Este estilo es precisamente el que heredaron las construcciones posteriores de iglesias cristianas en Tigray.
  • Un Museo reúne algunos hallazgos encontrados en las excavaciones. Hay una maqueta del Palacio del Rey Ezana, monedas acuñadas en Axum, (es de destacar que fue el primer país del mundo en acuñar moneda con el símbolo de la Cruz Cristiana); tablas de granito epigrafiadas en distintos idiomas incluyendo el Sabeo, y una valiosa Biblia de cuero escrita en Ge’ez de más de 700 años. Carteles divulgativos explican la historia e importancia del pasado de Axum.

Tomaros el tiempo para pasear tranquilamente por el recinto. Es un reducto de tranquilidad y sosiego, sobre todo al atardecer cuando nosotros lo visitamos. Deambular por el campo de hierba entre monumentos de piedra de más de 1500 años de antigüedad, te hace soñar con el pasado glorioso de este “desconocido” imperio que sorprende y asombra. Por el camino descubriréis más obeliscos quebrados, uno de casi 20 metros y otro de 14 también labrados, o una estela (tipo menhir) de 9 metros de altura.

El Ge’ez, idioma Axumita de la Antigüedad, está relacionado con el Sabeo (antigua lengua hablada en Yemen) al ser ambas lenguas semíticas. El Ge’ez es el idioma de la religión ortodoxa Etíope, el usado históricamente en las celebraciones religiosas y al que se tradujo la Biblia.  El Ge’ez sería al Amariña (actual idioma oficial de Etiopía) lo que el latín al español. Se han encontrado tablas escritas simultáneamente en Griego, Ge’ez y Sabeo.

2/ La Piedra del Rey Ezana

Situada a unos 800mts del Campo de Estelas en dirección norte hacia las colinas, está semienterrada en el mismo lugar donde fue erigida hace más de quince siglos. Fue encontrada en los años 80 por un labrador, lo cuál indica la cantidad de hallazgos que pueden aún estar escondidos en diferentes lugares de Axum. Protegida por un cobertizo de piedra, hay que bajar unas escaleras para admirar lo que se ha dado en llamar la Piedra Rossetta Etíope. Inscripciones en tres lenguas: griego, ge’ez y sabeo; que han ayudado a descifrar el contenido del mensaje, el significado de las palabras en los antiguos idiomas de Etiopía y Yemen respectivamente, y sus alfabetos.

Piedra del Rey Ezana (S.V)

3/ Tumbas de los reyes Kaleb y Gebre Meskel

Para llegar hasta ellas continuamos aproximadamente un kilómetro colina arriba hasta su cima. Se divisa un paisaje magnífico desde aquí, así que se hace más verosímil la teoría de que ambas tumbas se construyeron bajo los antiguos palacios de ambos reyes. De éstos no queda ni rastro, pero las tumbas son impresionantes monumentos enterrados. Aunque la forma y tamaño son similares y la disposición de las cámaras es prácticamente idéntica, hay diferencias en su construcción y el guía nos indica los matices del tipo de sillería, y sobre todo hace hincapié en que hasta el rey Kaleb la simbología representada era precristiana, pero a partir del Gebre Meskel aparecen las primeras cruces grabadas.

También en el museo, nos habían ayudado a fijarnos en ese detalle en las monedas acuñadas en Axum, durante el siglo V, antes y después de que el imperio Axumita adoptara el cristianismo como religión oficial.

EzanaEbana3

Dos ejemplos de monedas acuñadas en Axum. A la izquierda del periodo del Rey Ezana con los símbolos del sol y la luna precristianos, y a la derecha, posteriores, monedas del Rey Ezaba, con el símbolo de la cruz en la parte superior.

4/ Los Baños de la Reina de Saba o «Mai Shum»

Casi retornando al punto de partida en un extremo de la explanada de los obeliscos se halla esta enorme piscina artificial que embalsa las aguas de un arroyo. Aguas que la tradición considera medicinales y sagradas. Aquí todos los años se celebra una ceremonia multitudinaria de bautismo llamada Timkat, que es todo un espectáculo de color. Nosotros no coincidimos con las fechas, pero sería una buena razón para volver. Es además una de las pocas ocasiones en las que se saca en procesión al «Arca de la Alianza» (ver más adelante) que se coloca en lo alto de la colina que domina este estanque.

La construcción no tiene indicios de que viera en sus aguas bañarse a la legendaria reina, puesto que todos los estudios de datación la ubican hacia el siglo XV. Sin embargo, su historia podría remontarse al periodo pre-axumita, si tenemos en cuenta que de su nombre podría derivar el propio topónimo de la ciudad. Mai Shum es la combinación de dos palabras, una cushita que significa aguas («shum»), y otra semítica que significa jefe («Ak»). En Tigriña (idioma local) «Mai» es el equivalente a «Ak»

5/ Catedral de Santa María de Sión

Regresamos al punto de partida de nuestra visita. En la misma plaza de las estelas, una construcción circular coronada por una alta aguja marca la más moderna de las construcciones de este complejo religioso histórico de Santa María de Sión. Erigida por Haile Selassie en los años 60 es quizá lo menos interesante del conjunto que incluye los restos arqueológicos de algunos de los doce templos construidos por el rey Ezana posiblemente sobre unas construcciones paganas anteriores, y que fueron destruidas probablemente durante las incursiones de Ahmed Grañ durante el siglo XVI.

Lo más vistoso de este conjunto es el templo de Fasilidas, que mandó construir dicho emperador en el siglo XVII. Similar en estilo a los castillos de Gondar, posee adyacente un interesante museo con algunas reliquias religiosas: coronas, cruces y el famoso «Trono de David» utilizado para las coronaciones de los emperadores etíopes. Y por último, lo más fascinante es el pequeño templo o sagrario en el que se custodia el «Arca de la Alianza«, pero que no puede ser visitado.

La leyenda etíope del Arca de la Alianza

Cuentan las leyendas locales que el hijo del rey Salomón y la reina de Saba huyó de Jerusalén con «El Arca de la Alianza» para fundar la dinastía etíope. El arca habría remontado el Nilo desde Egipto para esconderse en alguna ermita del lago Tana durante siglos, hasta que Etiopía se constituyó en un reino de confesión cristiana allá por el siglo V (recordemos que fue uno de los primeros países del mundo en serlo).

James Jacques Joseph Tissot - The Ark Passes Over the Jordan - Google Art Project
Arca de la Alianza – Jean Jacques Tissot (1896-1902)

El rey Ezana decidió entonces su traslado a Axum, la capital, y desde ese momento se supone que aquí ha permanecido. Un grupo reducido de monjes se encargan de su custodia. De entre ellos, uno es escogido por elección secreta para pasar su vida entera como ermitaño y cuidarla personalmente en todo momento. El cargo es vitalicio. Solo cuando éste muere, un sucesor es escogido entre el minúsculo cónclave. El «elegido», cuya única función en la vida será a partir de entonces la custodia del Arca, es el único que puede mirarla directamente. Para ello dedica su vida, pues desde que es escogido no sale más al mundo salvo en contadas ocasiones acompañando al Arca

 

Ark of the Covenant church in Axum Ethiopia
Iglesia de Nuestra Señora de Sión en Axum
Ningún monje ni mucho menos laico puede mirarla directamente, y cuando se saca en procesión, se la cubre para que nadie pueda verla. !Es así!, por tanto nadie tiene la certeza de cuál es su aspecto real. Más insólito aún resulta el hecho de que toda iglesia Ortodoxa Etíope para ser consagrada debe contar con una copia del «Arca de la Alianza»,

 

 

TERCERA ETAPA:

De Axum a Debark (Montañas de Simien)

Esta carretera atraviesa las tierras más fértiles y productivas de Etiopia, por tanto hay abundancia de aldeas, de pueblos en definitiva de gente. Además es sábado, y nos han dicho que los sábados suele haber más movimiento del habitual. Recorreremos unos 250kms.

Llevamos apenas 45′ de camino y son las 8h30 de la mañana y ya hemos podido ver hasta Selekleka multitud de escenas. Por ejemplo: un camello llevando palos seguido de un borrico y dos personas vestidas de túnicas; una vaca jorobada peleando con su dueño y queriéndose meter en la carretera a nuestro paso (que nos dio un buen susto); un rebaño mixto de ovejas, cabras, camello y borrico como si fueran una familia; en general hay mucho ganado, abundan los camellos y la carretera es el mejor medio de transporte y comunicación así que a falta de tráfico rodado lo hay de personas y animales domésticos.

También cruzando Wukro Maray hemos visto un gentío vestido de blanco para celebrar una boda. Portaban muchos esos paraguas tan decorados en colores vivos y ribetes con patrones decorativos en hilo de oro. Muy vistoso.

El paisaje de montaña va sucediéndose, y a veces seguimos el cauce ancho de un río y otras cruzamos puertos o pequeños pasos de montaña para cambiar de valle. Todos son tributarios del gran río que recoge las aguas de todo las tierras altas del noroeste de Etiopia, el Tekeza Wenz. El Tekeze abandona el país muy cerca de por donde le cruzaremos hacia el sur, y va a parar al Nilo, un poco más abajo de Khartum, después de recorrer casi mil kilómetros por Sudán.

A medida que hemos conducido hacia el oeste vamos acercándonos hacia la parte más baja de Tigray, se va perdiendo cota mientras vamos paralelos a la cordillera que nos separa de Eritrea. Estamos ahora llegando a una hermosisima meseta llana bordeada de colinas y con una brecha en el medio que sirve de desagüe creando un cañón estrecho que se precipita hacia el aún lejano Tekeze. Ya hemos bajado 300mts de cota desde Axum.

Estamos ahora a 1900msnm, el paisaje sigue muy parecido, muy verde por frondoso, hay boquea de ribera, lastima que sean predominantes los eucaliptos, y las laderas están muy cubiertas de arbustos, acacias y otros árboles. Los mejores terrenos llanos, al estar cultivados están todos rubios, algunos ya cosechados de trigo o maíz y otros por recoger como el sorgo, que tiene una apariencia bastante similar al maíz pero sin una mazorca tan grande.

A 60kms de Axum, en Shire, viraremos hacia el sur para cruzar el Tekeze y encarar la subida hacia el imponente macizo de las montañas de Simien. La ciudad repite patrón estético, cuidadosos con la avenida principal que han ajardinado con pícceas, palmeras y adelfas, muchos edificios de hormigón de dos plantas, algunos más grande y la mayoría sin acabar, mucha tienda en la calle-carretera y calles adyacentes adoquinadas, es bastante limpio.

Ahora ya a nuestra derecha ya no vemos montañas sino una llanura con una suave inclinación hacia el oeste. Es el valle e abierto hacia Sudán. Al pasar Endabaguna sabemos que nos queda solo el extremo de la meseta por recorrer antes de bajar al Tekeze. La llanura fértil se reparte en predios divididos por medianas de lo que quieren ser muretes de piedra pero que no levantan dos filas de piedras aún. Algún árbol aquí y allá y siempre presentes cerros basálticos que amenizan el paisaje y lo hacen especial peculiar. Ah y otra cosa que sigue sin faltar, gente, mucha gente y ganado mucho ganado por la carretera. Es lo único que a veces hace disminuir la marcha porque hay que aflojar por precaución. Los animales se meten sin sensación de peligro sobre todo burros y vacas.

Llegamos al cañón grande, el del Tekeze. Al comenzar la bajada compruebo el altímetro; ya estamos a 1500msnm. Obviamente la Mayor insolación marca el paisaje que se ha vuelto mucho más seco. Una pedazo bajada de curvas cerradas nos espera, el paisaje impresiona por el tamaño del tajo que crea el Tekeze.

Cota 1400msnm, la noticia; vemos una manada de monos «gelada» por primera vez. Serían unos 25, y se distinguía un gran macho muy corpulento entre ellos. Paramos rápidamente para intentar fotografiarlos pero huyeron del coche y esta vez no les pillé. Seguimos bajando encontrándonos cabras de vez en cuando. Qué curioso que compartan territorio con esta especie de babuinos, me pregunto cómo reaccionarán al verse si interactúan o se respetan y alejan.

Cruzando el Río Tekeze
Cruzando el Río Tekeze

Las laderas pardas están pobladas por acacias y otro tipo de árboles de hojas pequeñas verde claro. Se sitúan a distancia suficiente para que sus raíces no compitan para absorber la humedad durante la larga estación seca. Todas las montañas presentan senderos en todas las direcciones, creados por las cabras (y también quizá por los monos)

Veinte minutos de bajada para llegar al puente (altitud 840msnm). Cruzamos el Tekeze. Al borde del ancho cauce podemos ver algunos árboles con troncos gordísimos. Parecen baobads y a buen seguro tienen varios cientos de años. Son impresionantes. Estamos en el km.232.

Los detalles que muestran el desarrollo cultural del país se notan en muchos detalles. Ahora acabamos de pasar por un muro de contención de desprendimientos de la carretera en la que habían aprovechado para pintar una clase didáctica de señales de tráfico. Cada una de metro y medio de diámetro con una leyenda en amariña que explicaba su significado.

A 1500msnm recuperamos llanura, meseta y poblados. Mismo patrón constructivo y de fachadas. Ahora en el paisaje domina el gran macizo de las montañas Simien. Nos estamos aproximando y apenas 50kms nos separan de ellas. Se ven en el horizonte altivas y orgullosas, recortadas sobre un horizonte blanquecino. El techo de las Simien son los 4550mtrs del Ras Dashen, el pico más alto de Etiopia. En el macizo más occidental, el Monte Biuat alcanza los 4345mtrs.

Ambas cumbres podemos distinguir desde Haida, la última localidad del estado de Tigray. En nada volvemos a Amara, el estado central y aglutinador de la cultura etíope, el germen del país y el que proporciona el idioma oficial con su propio alfabeto amhárico.

El paisaje vuelve a tornarse agrícolas verde. Y en esta zona estamos viendo más fronda autóctona y apenas he visto eucalipto alguno. Los rebaños vuelven a la carretera tras unos 60kms sin ellos. Pero además hemos visto los primeros buitres negros apostados en una cuneta junto a la carretera.

Mientras recorremos kilómetros y atravesamos poblaciones reparo en la cantidad de gente que hemos visto por la carretera, sobre todo a mujeres caminar bajo la sombra de sus paraguas. A veces son sencillos pero otras son vistosos, aunque éstos si lo son, es porque se reservan más para las celebraciones y ocasiones especiales.

Otra cosa que me viene a la cabeza y que no puedo dejar de mencionarla es el saludo etíope. Es tan peculiar la forma en que se dan la mano y acto seguido arriman hombro contra hombro de la mano otorgada hasta juntarlo dos veces cual semi abrazos !mola!

Los etíopes son muy respetuosos y formales a la hora de dirigirse a quien no conocen. A una persona de mayor edad le debes decir «abba» o «mama» si son hombres p mujeres respectivamente. Si son de la misma edad serán «wenidimi» O «ehet (hermano y hermana respectivamente).

Al pasar el km.195 llegamos al puente sobre el río Buya. Aquí se distingue una montaña con una forma similar al Naranjo de Bulnes. Qué bonito! Que espectáculo de paisaje.

Para hacer una foto chula de este monte hemos hecho una parada en medio de la carretera. Coincidió que dos niños estaban por ahí perdidos. Nos hemos hecho fotos con ellos, y les preguntamos por el nombre de la montaña emblemática; se llama «Aza«. De paso mi curiosidad me lleva a preguntarles qué tipo de árbol es este tan frondoso que estamos viendo y que se parecen a los acebuches, me contestan que son «Ase» pero que ¡son «useless» porque no dan fruto!

Antes de continuar saque dos camisetas más de las que traía en la maleta y se las regalé. Para entonces al menos ocho niños más habían llegado hasta el lugar donde habíamos parado guiados por la curiosidad. Son muy tímidos, curiosos pero cautos y nos miran sin decir nada. Les he retratado con el fondo del monte Aza. Seguimos viaje. Ya son 3h30′ y hemos recorrido ya 140kms.

Alcanzamos Adi Ar Kay, estamos en el km.170. El pueblo está de mercado y hay mucho movimiento de reses y personas por la carretera. Volvemos a ver mucho borrico y algunos de los ejemplares de buey más chulos que he visto hasta ahora. La raza predominante de la cabaña etíope tiene potentes cuernos, una joroba sobre el cuello que imagino será de grasa con una función similar a la de los camellos para soportar la sequía, y una papada plana y larga. Los hay ocres, negros o pintados en negro y blanco.

La carretera hace subidas y bajadas para ir superando los torrentes que bajan de las montañas de Simien, en «amharic» se llaman «shet» y los ríos constantes «wenz«. Compruebo el mapa y tendremos que superar el cruce de seis shet, llevamos tres hasta el momento. Los pueblos casi siempre se ubican arriba, me imagino que aprovechan mejor las tierras cultivables de las lomas y además gozan de temperaturas más suavizadas.

Por la carretera sinuosa vamos salvando shets. Una nueva parada fotográfica. De la nada siempre sale algún chiquillo. Bajando hacia el cauce de un nuevo shet, veo subir por la carretera una mujer que carga palos a su espalda. Están perfectamente ordenados, pero debe de llevar al menos cincuenta kilos encima. Va a pasitos lentos cuesta arriba, y te hace pensar en las duras condiciones de vida que tiene.

Km.159, un nuevo shet. Altitud: 1270msnm. Ahora de nuevo para arriba. El punto kilométrico marca la distancia a Gondar desde el limite estatal con Tigray. Tras los días de trekking por las montañas de Simien, tendremos que recorrer el resto de esta carretera para alcanzar la capital etíope de los castillos. Eso será en unos días. Ahora seguimos centrados en el paisaje montañoso. Estas montañas tienen una altura comparable a los Alpes. Sin embargo no se firmaron por pliegues orogénicos sino por la elevación del escudo etíope hace millones de años. Lo que vemos ahora no es sino el resultado del vaciado constante de sedimentos por parte de la erosión de aire y agua. Increíble pensar en tiempos geológicos.

Ya estamos coronando una nueva loma. Altitud: 1650msnm. Unos cuatro vientos metros de desnivel. Ya solo queda uno más para llegar hasta Debark. Lugar donde iniciaremos nuestro periplo por las Simien. Las temperaturas se han mantenido en todo momento muy agradables. De los 20 grados a la salida en Axum al entorno de los 25 que llevamos casi todo el camino. Solo han subido ocasionalmente cuando descendíamos para cruzar el Tekeze o alguno de los shet, ahí sí notábamos un poco de calor. Son ahora las 12h30.

Construcciones típicas de las aldeas en el Tekeze
Construcciones típicas de Zarima

Hemos llegado a Zarima, el ultimo pueblo antes de Debark. De nuevo burros, vacas y mucha gente en la calle. Hay mercado. Las casas ya no son como en Tigray de piedra en pequeños sillares sino que hemos regresado a los palos trenzados de adobe. El shet es muy bonito, hay gente lavando y bañándose.

La pista ahora ya no está asfaltada, espero que no sea por mucho tiempo pues ya tenemos ganas de llegar y también hambre. Desde Zarima a Debark, los 25kms de subida son por camino de tierra. De 1200msnm a 3000msnm en una hora de 4×4.

Cota 2400, el camino se enfada, los precipicios sin ahora muy muy notables, parecen los Andes. Hay cascadas, el agua a todo correr baja de las paredes muy verticales. Cota 2900, el aire es fresquito, unos 17 grados calculo. Hay praderas de tupido verde con vacas y caballos pastando. No hemos visto a un solo turista en todo el trayecto dese Axum, unos 255kms que hemos superado sin novedad en unas 6h de viaje sólo parando para hacer fotos.

 

Acabas de terminar de ver/leer la TERCERA parte de los seis capítulos o etapas (3/6) en las que he dividido el Viaje a Etiopía. Continúa viendo o regresa a la etapa anterior pulsando en los «Tuk-tuk-iconos».

 

jl