El escritor Camilo José Cela escribió en 1948 un libro que relanzó la literatura de viajes en España, “Viaje a La Alcarria”. El libro describía un viaje a través de una comarca en el centro de un país de postguerra, en el que la pobreza y la tradición pesaban sobre sus habitantes como losas inamovibles. Hoy La Alcarria no ofrece ni mucho menos ese panorama de pobreza, porque el desarrollo ha llegado prácticamente a cada rincón habitado de nuestro país. Tampoco tenga ya quizá todo ese halo costumbrista, porque las formas de vida han cambiado vertiginosamente. Pero sí tiene un enorme atractivo que ha llegado hasta nosotros casi intacto, y que me propongo describir, comentar y animar a conocer, su riqueza de paisajes y su legado monumental.
A pesar de su proximidad a Madrid, la comarca no ha sufrido grandes transformaciones, ni sus pueblos han crecido enormemente, salvo los situados en la periferia de la capital. El resultado es que el paisaje en gran parte ha quedado a salvo de destrozos y hoy es su verdadero tesoro: Paisajes de gran variedad, preciosos dentro de la sencillez y en constantes contrastes de cambios entre páramos, vegas y cuestas. Cultivos de secano, dehesas, huertas y bosques de matorral.
Se distinguen tres tipos de paisaje, los páramos en los que se cultivan cereales de secano que se alternan con dehesas de encinas, las vegas y sotos que se aprovechan para huertos y cultivos de regadío, y las lomas o cuestas que a menudo están ocupadas por olivares y viñedos que comparten el espacio con los más silvestres bosques de matorral y plantas aromáticas. Precisamente son dichas plantas aromáticas, y en particular la gran variedad que existen en La Alcarria debido a los cambios de cota (entre 560 y 1200 msnm) y distintas orientaciones de sus valles y cuestas, (plantas de umbría y de solana) las que han permitido desarrollar la apicultura desde la Edad Media, dando lugar al más famoso producto local, la Miel de la Alcarria, que además fue la primera en conseguir en España una denominación de origen controlada.
Este mapa ha sido extraído de la página http://rmdotwordpressdotcom.wordpress.com/2012/07/24/el-empedrado-de-las-calles-y-el-polvo-del-camino/
Clima y Geografía: El clima es mediterráneo-continental, aunque más rudo por la elevación sobre el nivel del mar, y muy variable por las diferencias del relieve. Es una región de antigua geología, que se extiende sobre un relieve tabular muy erosionado por los ríos que la surcan. Es decir una elevada meseta surcada por profundos valles más o menos estrechos, formados por los ríos que la han erosionado durante milenios. Estos valles son los del Henares que además marca los límites de la comarca por el norte, el Tajuña que prácticamente la divide en dos de nordeste a suroeste, el Tajo que desde Trillo va abriéndose formando vegas más amplias, y algunos pequeños afluentes de este último que aportan sus aguas de sur a norte como el Guadiela.
Recorrer las principales localidades simplemente para disfrutar de los numerosos miradores de sencillos paisajes, se convierte en una de las mejores aficiones, y de las que más satisfacen a quien descubre esta arrinconada comarca del centro peninsular. Sus paisajes combinan lo silvestre con la mano del hombre, los bosques con los cultivos, los matorrales y arbustos con los olivares y viñedos, las choperas y sotos con el regadío. Ese mosaico de elementos, que a menudo y según en qué épocas del año aportan distintos colores, hacen que el atractivo de la Alcarria, no sea sólo el destino o la localidad a la que se va, sino el propio desplazamiento. El descubrimiento de parajes aparentemente normales, que cuando se les observa con debida atención, muestran su belleza sencilla y nos sorprenden.
Torija (A 75kms de Madrid por la A2)
Conocida como la «Puerta de la Alcarria», su Castillo templario rehabilitado no puede ser mejor aperitivo, ya que en su interior alberga un Museo dedicado a la obra de Cela. Ediciones inverosímiles y las traducciones a decenas de idiomas de su popular libro. También fotos costumbristas y un legado etnológico de la tierra que el escritor se encontró en los años 40.
Junto al castillo no dejéis de ver la Plaza de la Villa, la Plazuela de la Iglesia de la Asunción, y una Picota Jurisdiccional renacentista
Brihuega (A 15kms por la CM2011)
Conocida como «El Jardín de la Alcarria», quizá lo más peculiar que se puede visitar en Brihuega es su Fábrica de Paños del siglo XVIII. Es un buen ejemplo de arquitectura industrial de la Ilustración, fue inaugurada en 1750 por el rey Fernando VI y abasteció de manufacturas hasta la Guerra Civil. Se puede visitar por dentro, y aunque no haya llegado muy bien conservado hasta nuestros días, uno se puede hacer la idea de como eran las industrias pre-revolución industrial, ver su diseño y distribución de los espacios en una atmósfera de decadencia y abandono. Por otro lado sus Jardines, diseñados a partir de 1840, son también por sí solos un motivo para no perderse esta visita. Son muy vistosos, tranquilos y relajantes, vamos, como una «experiencia zen» en medio de la Alcarria.
Brihuega además es una Villa monumental con mucho encanto. Cuenta con Murallas muy bien conservadas, dos puertas medievales de acceso, una la Puerta de la Cadena (la primera que veréis al llegar desde Torija) y otra el Arco de Cozagón (que daba acceso por el camino de Toledo). Es recomendable pasear por el pueblo para descubrir sus rincones. La Plaza del Coso, donde está el Ayuntamiento, tiene bonitos jejemplos de arquitectura popular con soportales, así como la Calle Mayor. Os tropezaréis con algunas iglesias, entre las que destacan la de San Felipe (románica de transición al gótico con un precioso rosetón en su fachada) o la de Santa María de la Peña.
Ésta última la descubriréis visitando el Castillo de la Peña Bermeja. En el extremo sur de Brihuega y sobre un mirador sobre el valle del Tajuña. Fue fortaleza musulmana remozada en el siglo XII. Su patio de armas arbolado es una delicia.
Justo al lado, en lo que fue el Convento de San José, hay una sala de exposiciones y otra curiosidad muy peculiar, el Museo de Miniaturas del Profesor Max. Este «briocense» (me encanta el gentilicio) fue un célebre ilusionista y coleccionista de miniaturas que abrió su colección en su villa natal en 1972. Cuenta con 4 récords Guinness, y entre otras cosas se ven; las siete maravillas del mundo pintadas en una lenteja, o la última cena de Leonardo da Vinci pintada en un grano de arroz. Interesante.
La visita de todo esto os puede llevar de dos a cuatro horas, así que seguramente tendréis que comer. (Ver sección «Dónde Comer»).
Cifuentes (A 30kms por la CM2011 y la N204)
En esta localidad no debes perderte las vistas desde el Castillo, construcción defensiva que perteneció al Infante Don Juan Manuel, la Iglesia de San Salvador, y los restos de la Muralla que en su día rodeaba completamente la Villa, con algunas torres y puertas monumentales que se han conservado. El Palacio Condal que en su día se levantaba en la bonita Plaza Mayor, de trama irregular; desafortunadamente no ha llegado hasta nuestros días, al sufrir los efectos de la Guerra de Sucesión, contienda en la que los Condes de Cifuentes apoyaron el Bando del Archiduque Carlos en contra del Borbón Felipe V que más tarde llegaría al trono de España.
Trillo (A 15kms por la N204 y la CM2115)
Esta localidad se hizo famosa en los 60 con la construcción de la Central Nuclear, aunque históricamente debe su importancia a su puente sobre el río Tajo. El puente está documentado desde el siglo XVI, aunque posiblemente existieran construcciones anteriores. En la ocupación napoleónica fue dinamitado por los franceses, y restablecido en 1824. En época romana, Trillo se encontraba en la ruta que unía Segontia (Sigüenza) con Ercávica y Segóbriga en la provincia de Cuenca.
En Trillo hay que dar un paseo por la ribera del río. Resulta muy agradable porque va acompañando las pequeñas cascadas que el Tajo forma y a la sombra de chopos y alisos. El caminito se recorre entero en unos 10-15 min. Terminar por la Iglesia de Santa María de la Estrella, para pasar por su Plaza Mayor.
El monumento más importante estaba en las afueras y hoy solo quedan sus ruinas, era el Monasterio Cisterciense de Santa María de Óvila. Después de la desamortización a mediados del siglo XIX quedó abandonado y expoliado por las compras de marchantes internacionales, como las que realizó el magnate de la prensa americano Randolph Hearst que se llevó gran parte de sus tesoros artísticos hasta San Simeón en California.
La ruta puede continuar por la carretera de los Pantanos atravesando los de Buendía y Entrepeñas siguiendo la N204, pasando por las localidades de Durón y Pareja; y después la N320 de regreso a Guadalajara.
Ver la Calle Mayor con casas blasonadas y arquitectura popular; además tiene su Picota o Rollo Jurisdiccional (S.XVI) y una Fuente Barroca (1793). La Iglesia parroquial también cuenta con torre y portada barrocas.
Volcado en las actividades de turismo náutico, en Pareja no obstante, merece la pena visitar su Plaza Mayor barroca, y observar el enorme Olmo Centenario que figura en su escudo. Cuenta también con algunas casas de arquitectura típica con anchos aleros y tejados alcarreños. La Iglesia parroquial es de estilo renacentista (1540)
65kms distan de Guadalajara desde Pareja, algo menos de una hora de camino, a Madrid 120kms (1h30´aprox.)
En este mapa de GoogleMaps interactivo podrás ver todas las localidades descritas tanto en esta publicación como en la que sigue «Viaje a La Alcarria (II): La Alcarria Baja». Las localidades de la Alcarria Alta marcadas con chinchetas rojas y las de La Alcarria Baja con chinchetas azules.