Cerrar los ojos e imaginar el lago de un cuento. Un lago de aguas azules entre verdes y agrestes montañas. Por supuesto, la aldea del cuento está a la orilla del lago, al pie de una enorme roca en cuya cima se encuentra un gran castillo. En el centro del lago hay una pequeña isla que según la leyenda esconde un tesoro. En ella se alza una gran iglesia en la que los habitantes del pueblo celebran los grandes acontecimientos, especialmente las bodas. La aldea es hoy una pequeña ciudad que también da nombre al lago pero el resto apenas ha cambiado. Bled es eso, un pueblo y un lago que parecen sacados de un cuento.
Bled y su lago son el emblema turístico de Eslovenia. Y es que a todos nos gustan los cuentos. Pero, además, la pequeña ciudad es la puerta de entrada al Parque Nacional de Triglav, un área de más de 800 km2 que coincide prácticamente con los Alpes Julianos y que depara unos paisajes de montaña impresionantes, con ríos de agua verde esmeralda, espectaculares gargantas de origen kárstico, lagos de formación glaciar, inmensos bosques y escarpadas cumbres. El punto más alto del parque, situado prácticamente en el centro, es el Triglav, símbolo nacional del país.
El Aeropuerto Internacional Jože Pučnik de Liubliana está a sólo 35 km de Bled. Lástima que actualmente no haya conexiones directas desde Liubliana hasta ningún aeropuerto español. Una buena alternativa es el Aeropuerto Internacional Marco Polo de Venecia que está a menos de 300 km de Bled por autopista (poco más de 2 horas y media) y al que si vuelan varias compañías desde distintos aeropuertos españoles (Iberia, Vueling, Volotea y Air One).
En cualquier caso, tendréis que alquilar un coche porque resulta imprescindible para conocer la zona. Recordar comprar la viñeta para circular por las autopistas eslovenas (la válida para una semana cuesta 15 EUR) porque hay muchos controles y seguro que si no la lleváis seréis multados. La viñeta se puede adquirir en todas las gasolineras de Eslovenia y en las cercanas de los países limítrofes.
Alpes Julianos. Las Alpes eslovenos
Los Alpes ocupan una vasta extensión en el corazón de Europa. Y aunque el nombre con frecuencia lo asociamos a Suiza, la cadena montañosa se reparte principalmente entre Francia, Italia, Suiza, Eslovenia y Austria. La sección de la cadena de montañas que se extiende entre Italia y Eslovenia se conoce con el nombre de Alpes Julianos.
El nombre de Alpes Julianos se debe a que fue el mismísimo Julio César quién convirtió definitivamente estas tierras en una provincia romana.
Los Alpes Julianos están a pocos kilómetros del Mar Adriático. Sin embargo, sus valles marcan la divisoria de aguas oriental de la cordillera. Mientras el río Isonzo o Soca, que rodea el espacio natural por el oeste y sur, desemboca en el Adriático, el Sava, que marca los límites del Parque por el norte y este, viaja hasta nada menos que al Mar Negro.
Parque Nacional del Triglav
El Parque Nacional del Triglav es el único parque nacional de Eslovenia y uno de los más antiguos de Europa. La propuesta inicial de conservación del territorio data de los primeros años del siglo XX aunque no fue hasta 1924 cuando se fundó con el nombre de Valle de los Lagos de Triglav. El territorio protegido fue ampliado un par de veces durante el siglo XX hasta llegar a cubrir la extensión actual de 838 km2. En 2003 fue incluido en la red “Hombre y Biosfera” de la Unesco.
El Parque Nacional se conoce también como el “Reino de Zlatorog” porque la leyenda cuenta que allí vive “Zklatorog”, una gamuza blanca con cuernos de oro que protege los tesoros de los Alpes.
Los valles de los ríos Sava y Soca/Isonza (los nombres del río en esloveno e italiano) prácticamente rodean el espacio natural. El Triglav es el monte más alto de Eslovenia, con sus 2864 metros domina el resto de cumbres de los Alpes Julianos. Su nombre significa “tres cabezas” y su silueta forma el escudo de Eslovenia.
Batalla de Isonzo
La Primera Guerra Mundial toco de lleno el territorio esloveno. La frontera entre el Imperio Austrohúngaro e Italia estaba en Eslovenia y allí tuvo lugar una de las más cruentas batallas de la Gran Guerra. Los italianos decidieron abrir un nuevo frente de batalla por el sur que les facilitara, por un lado, la conquista de Trieste y el Valle del Isonzo, territorios tradicionales de habla italiana, y, por otro lado, les permitiera penetrar en el Imperio por Eslovenia distrayendo fuerzas de los otros frentes. Sin embargo, el río Isonzo se convirtió en una barrera infranqueable para el ejército italiano.
El terriblemente famoso episodio de la Gran Guerra se conoce como Batallas del Isonzo ya que en realidad se distinguen 12 batallas o 12 periodos de la batalla. Las batallas se prolongaron durante 2 años y medio, entre 1915 y 1917, a lo largo de la línea que va desde el Adriático siguiendo el río Soca (Isonzo en italiano) hasta su nacimiento. Fue la batalla más cruenta de la guerra. Alrededor de 300.000 italianos y 200.000 austriacos murieron allí (representando respectivamente la mitad de las bajas italianas y un tercio de las bajas austriacas durante la I Guerra Mundial).
La duodécima batalla se conoce como la Batalla de Caporetto (en esloveno Kobarid). El apoyo alemán con fuerzas rápidas y tácticas de infiltración rompió las líneas italianas y condujo a la mayor derrota italiana de la historia. Casi 300.000 soldados italianos fueron hechos prisioneros y hubo más de 300.000 desertores. Los franceses y británicos tuvieron que acudir en ayuda de los italianos para establecer una nueva línea defensiva en el río Piave, entre Venecia y el lago de Garda, y derrotar finalmente a las tropas austriacas y alemanas.
“Adiós a las armas” (“A Farewell to Arms”), 1929. Ernest Hemingway. Ed: Debolsillo – Colección Contemporánea 2014, 376 pags.
Ernest Hemingway participo como conductor de ambulancias voluntario en la Gran Guerra y conoció de primera mano el frente de batalla del Isonzo.
Hay mucho de autobiográfico en las peripecias de Frederic Henry, el protagonista de su novela “Adiós a las Armas”. Como él, Henry es herido en la Batalla de Isonzo y evacuado a un hospital de Milán donde comienza su historia de amor con una enfermera. Su vuelta al frente coincide con el desastre de la Batalla de Caporetto. La caótica retirada del ejército italiano provoca escenas dantescas. Los mandos son acusados de cobardía y juzgados de forma sumaria por lo que Frederic se ve obligado a huir.
La novela que consagro como escritor a Hemingway es uno de los más prestigiosos relatos antibelicistas. La absurdez de una guerra que en los bellos paisajes del frente del Isonzo se llevo por delante medio millón de vidas.
En el siguiente mapa interactivo podrás localizar con exactitud todos los lugares de los que se habla en el artículo. Podéis usarlo par llegar hasta ellos fácilmente.
Los 5 lugares que no te debes perder:
- Castillo de Bled: La fortaleza medieval situada sobre una roca que domina la ciudad es uno de los mejores miradores sobre el lago
- Lago de Bled: El pequeño lago con la isla central ocupada por la iglesia gótica de la Asunción es la imagen más icónica de Eslovenia y se ha convertido en su mayor reclamo turístico.
- Lago de Bohinj: El lago ocupa un valle idílico en el corazón del Parque. Desde allí una excursión imprescindible es la Cascada de Savica.
- Puerto de Vršič: La vertiginosa carretera que recorre el puerto entre los preciosos lagos Jazna y el pueblo de Trenta fue construida por los prisioneros rusos durante la I Guerra Mundial y depara algunas de las vistas más hermosas del Parque.
- Río Soca/Isonzo: El frente de una de las batallas más cruentas durante la Gran Guerra es hoy famoso por sus aguas cristalinas y la belleza de los cañones que forma a lo largo de su recorrido.
Una Vuelta por el Lago de Bled
A pesar de toda la belleza de Bled y su lago, lo que más me sorprendió al visitarlo por primera vez fue la sensación de paz que emana el lugar. Un encantador parque ocupa la mayor parte del espacio entre la ciudad y la orilla del lago y allí no hay tiendas de recuerdos ni otros locales característicos de los lugares con mucho turismo, sólo algún restaurante bien integrado en el paisaje. Tampoco hay embarcaciones de motor en el lago. En las cristalinas aguas sólo se oye el discreto chapoteo de los remos de las pletnas, las barcazas que desde el siglo XII son el medio de transporte a la isla. Así que uno no tarda en dejarse cautivar por la naturaleza y el romanticismo del paisaje que te rodea. Y enseguida sentiréis la necesidad de recorrer el lago.
En realidad el lago es pequeño. Un sendero, acondicionado sólo para paseantes y ciclistas, cubre los alrededor de 6 km de perímetro del lago. El paseo depara vistas impresionantes y bellas mansiones señoriales del pasado siglo. Hay hasta un centro de alto rendimiento al sur del lago que acumula un buen número de medallas olímpicas. Precisamente muy cerca de allí, al lado del camping, surge una pequeña senda dentro del bosque que lleva al mejor mirador sobre el lago, Velika Zaka Ojstrica. El esfuerzo de la subida merece la pena. Este es, sin duda, el mejor lugar para ver atardecer. Las vistas dejan un recuerdo imborrable.
La visita a la Iglesia de la Asunción requiere navegar un poco por el lago. Se puede alquilar una barca y remar hasta la isla o dejarse llevar en las grandes góndolas características del lago. Ya en la isla, una monumental escalera de 99 escalones conduce desde el embarcadero a la puerta de la Iglesia de la Asunción construida en el siglo XV, que pone el mejor contrapunto arquitectónico al mágico entorno natural.
Lástima que esté prohibido bañarse en el lago porque las aguas cristalinas invitan a darse un chapuzón. Sólo es posible darse un baño en las piscinas acondicionadas al pie de la roca del castillo.
De vuelta a Bled hay que descubrir el camino a la coqueta plaza de la Iglesia de San Martín. Desde allí una estrecha senda sube hasta el castillo medieval, el otro gran mirador sobre el lago. Claro que al castillo también se puede subir en coche para ahorrarse la empinada senda. Lo mejor del castillo son las vistas aunque para justificar el precio de la entrada se ofrezcan un par exposiciones sobre la historia y la naturaleza de la comarca.
Parque Nacional del Triglav
1. Garganta de Vintgar
El desfiladero de Vintgar fue descubierto y acondicionado con pasarelas de madera a finales del siglo XIX y aún hoy el pequeño recorrido, 1´6 km, sigue siendo una de las maravillas naturales más visitadas del país. La garganta excavada por el río Radovna es un corte entre las paredes verticales de los montes Hom y Boršt. El precioso sendero conduce por una serie de puentes y galerías hasta el puente sobre la cascada Šum de 16 m de altura.
2. Lago Bohinj
La carretera de Bled a Bohinj corre paralela al río Sava. En la ruta se encuentran algunos de los pueblos más bellos de la región. En especial, el pequeño valle del río Ribnica concentra los mejores ejemplos de casas tradicionales con sus grandes secaderos.
El lago Bohinj es el más grande de Eslovenia y uno de los parajes más hermosos del Parque. La Iglesia de San Juan Bautista, al lado de un puente de piedra sobre el Sava, parece dar la bienvenida al lago. El templo alberga una serie de singulares pinturas murales góticas y es un magnífico mirador sobre el lago.
El nacimiento del río Sava se encuentra al otro lado del lago. Para llegar hasta el nacimiento hay que dejar el coche en Ukanc y desde allí trepar por un sendero bien señalizado. En alrededor de 20 minutos se alcanza el mirador sobre la espectacular Cascada de Savica, de 60 metros de altura. Muy cerca de allí se puede coger el teleférico que sube hasta el monte y a la estación de esquí de Voguel salvando los 1000 metros de desnivel. Las vistas del lago y del Parque Nacional desde arriba son impresionantes.
3. El cañón del río Soca
La zona occidental de los Alpes Julianos corresponde a la cuenca del río Soca. Un recorrido circular desde Bled permite conocer el valle en un día. Los desfiladeros excavados por el río han servido para ambientar películas como Crónicas de Narnia o Los Juegos del Hambre.
El recorrido comienza en los lagos Jasna, sobre cuyas aguas se reflejan las enormes moles del Jalovec y el Kotova, dos montañas de más de dos mil metros. Estamos al pie del puerto de Vršič, el paso éntre las cuencas de los ríos Sava y Soca. La larga ascensión al puerto permite contemplar algunos de los paisajes más espectaculares del Parque Nacional de Triglav. A medio camino nos encontramos la Ruska Kapelica o ‘capilla de los rusos’, una curiosa capilla de madera con formas orientales levantada en homenaje a los prisioneros rusos que en la Primera Guerra Mundial perdieron la vida construyendo ¡con adoquines! esta carretera de montaña en 1916.
En la cima del puerto, a 1.600 metros, suelen quedar restos de nieve todo el verano. La vertiginosa bajada, con 50 curvas prácticamente en herradura, nos introduce ya en el valle del Soca. En la curva número 48 está una de las entradas al “Soca Trail”, una red de senderos que enlazan las fuentes del Soca con Bovec. Esta entrada conduce al monumento de Julious Kugy, el alpinista que dio a conocer los Alpes Julianos. Un poco más allá del monumento se pueden atravesar un par de puentes colgantes que llevan a la Garganta Mlinarica, una de las fuentes del Soca.
Entre Trenta y Bovec el río va completamente encajonado formando uno de los desfiladeros más bonitos. Cerca de Bovec, un sendero lleva a la Cascada de Boka, formada por un pequeño afluente del Soca, con dos saltos, uno de más de 100 metros y otro de 30 metros. Bovec es la capital del valle y la localidad de donde parten los famosos descensos del Soca en rafting.
Después de Bovec el valle comienza a hacerse más abierto. En Kobarid, Caporetto, fue donde los ejércitos alemán y austriaco rompieron las líneas italianas y empezó el mayor desastre del ejército italiano. El Museo de Kobarid trata de recuperar la terrible historia del frente del Isonza en la I Guerra Mundial.
Cerca de Tolmin, unos pocos kilómetros más río abajo, hay que desviarse un poco para conocer los desfiladeros creados por el río Tolminka. Aquí situó Dante el Infierno en su Divina Comedia.
Todavía queda una sorpresa más para acabar la excursión. Para evitar pasar de nuevo un gran puerto de montaña o dar un largo rodeo para volver a Bled se puede coger un pequeño tren que transporta vehículos en sencillos vagones de mercancías. La experiencia de ir montados en un coche dentro del tren resulta cuanto menos sorprendente. El tren parte de la estación de Most na Soci, a 5 kilómetros de Tolmin, y salva los grandes puertos con una serie de largos túneles para llegar a la estación de Bohinjska Bistric, muy cerca ya de Bled. Eso sí para conseguir plaza en el tren hay que estar pronto en la estación pues sólo tiene capacidad para alrededor de 20 vehículos. Los billetes se sacan a bordo. Se pueden consultar horarios en la página web de los ferrocarriles eslovenos: www.slo-zeleznice.si/en/passenger-transport/timetable/motorail.