Jordania (III) – Petra, la Ciudad Mítica

La ciudad perdida, capital del Reino de los Nabateos, es uno de los complejos monumentales más singulares y fascinantes del Mundo Antiguo. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1985, y en 2007 fue elegida como una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo. Petra bien vale un viaje a Jordania.

Creo que pocos lugares en el mundo puedan compararse a Petra en cuanto a la forma de descubrirlos. Una región desértica, montañosa, sin nada que te haga pensar que allí vas a descubrir algo excepcional…. Entonces atraviesas un desfiladero de una milla de largo, con paredes verticales de roca de hasta dos cientos metros de altura, para de repente atisbar al final del casi-túnel que una fachada misteriosa de dimensiones monumentales. Cuando llegas, el camino se abre y ante tus ojos, ves una gigantesca pared de roca con un templo o tumba o lo que sea…. Precioso y perfectamente excavado… y te quedas completamente perplejo. Es Al Khazneh o El Tesoro.

Eso es solo el principio. Lo contemplas un buen rato hasta que lo asimilas. Sigues el camino y llegas hasta la ciudad grecorromana; con sus templos, su calzada central, y su teatro. Y en frente una colosal pared de roca se presenta excavada por una sucesión de enormes monumentos ornamentados con su peculiar estilo nabateo, son las Tumbas Reales. Horadadas en la piedra roja, que tiñe de ese color todo el entorno.
Cuando llevas media jornada de visita, caminando, trepando por rocas, y descubriendo rincones insospechados, y ya has curioseado los puestos de artesanías que salpican cada rincón de Petra, decides encarar la subida al “Monasterio”.

Dicen que son 800 escalones, no los contamos, pero es una subida tremenda por un sendero en el que el paisaje te acompaña todo el rato. Es invierno, no hace calor pero cuesta. La recompensa es ver otro de los rincones más bellos y místicos de Petra, el “Deir”, una tumba erigida por Obodas I, uno de los reyes nabateos más importantes, frente a la que tomarse un té descansar y volver a contemplar y fascinarse…

Este es el aperitivo de los que fue la visita de Petra para la que al menos hay que dedicar dos días si queremos sacarle el máximo partido. No has venido hasta aquí para pasar de largo el mayor reclamo y atractivo de Jordania. Además de esta forma te da tiempo a verlo por la noche, dedicar un día entero al menos para explorar todos sus rincones y una mañana extra para conseguir las últimas fotos desde los más alto de el Tesoro, para quedarse plenamente satisfecho de haber conocido uno de esos sitios que hay que visitar al menos una vez en la vida.

Qué visitamos en esta etapa: Mapa de lugares de interés en Petra & Wadi Musa

En este mapa situamos todos los puntos descritos durante la visita de Petra (en rojo), así como otros puntos de interés en Wadi Musa (en verde)

Visita de Petra

Wadi Musa es el pueblo moderno que se ha creado junto al acceso al recinto arqueológico de Petra para dar servicios de alojamiento y restauración a todos los turistas, y la residencia de quienes trabajan en todos estos establecimientos. Wadi Musa vive por y para el turismo fundamentalmente. El pueblo está situado en las laderas de un profundo valle cuya salida natural es el estrecho cañón que lleva hasta el recinto arqueológico de Petra.

Cuánto tiempo hace falta para visitar Petra:
Para conocer bien Petra, hacen falta pasar al menos dos noches, y tener dos días. Por supuesto se puede visitar en un sólo día, pasando una sola noche, pero la visita se resumiría a ver los sitios principales, y posiblemente te quedarías con ganas de más.

Este es el itinerario que recomiendo:

1/ Llegar por la noche a Petra, no muy tarde, desde la Ruta del Rey. La noche de llegada, realizar la visita nocturna de Petra. La emoción de descubrir Petra iluminada con miles de farolillos con velas es indescriptible. Las visitas nocturnas no están incluidas en el Jordan Pass, pero presentando un ticket válido para visitar Petra (Jordan Pass) se pueden adquirir en la taquilla antes del show nocturno, de 19h30 a 20h30. El show nocturno es de 20h30 a 22h30, y cuesta 17JOD (unos 20€). Para más info teclea este enlace.

2/ Primer día de visita: Realizar el itinerario tradicional. Centro de Visitantes – El Siq – El Tesoro (Al-Khazneh) – Tumbas Reales – Foro Romano – Gran Templo y subida al Monasterio (Al-Deir). Es conveniente empezar temprano por la mañana, las puertas abren de 6h a 16h en invierno y de 6h a 18h en verano. Si comenzáis la visita sobre las 7h, os dará tiempo a llegar a ver el Tesoro iluminado por el sol. A partir de las 10h30, ya no le da el sol directamente. En el caso del Monasterio o de las Tumbas Reales, el mejor momento para fotografiarlos es por la tarde. Especialmente en las Tumbas Reales, el efecto del sol del atardecer hace que las ruinas cobren un color rojizo precioso.

3/ Segundo día de visita: Realizar alguno de los senderos recomendados. Por ejemplo el que sube hasta el «Altar de los dioses«, o los que suben a los miradores de El Tesoro. En este enlace, encontrarás información detallada sobre senderos a realizar.

Tras el segundo día de visita, se puede optar por dormir en Petra de nuevo o salir hacia nuestro próximo destino Wadi Rum. Dista unos 120 km que se pueden recorrer aproximadamente en 2h.

El Jordan Pass: Una entrada. Todo Jordania
Las autoridades Jordanas son conscientes de la importancia turística que Petra tiene a nivel mundial, por eso y para fomentar la visita de otros monumentos y sitios arqueológicos esparcidos por todo el país han ideado el Jordan Pass, una entrada única para todos los sitios arqueológicos e históricos que dependen del Gobierno de Jordania. Resulta muy rentable y cómoda.

Cómo funciona: Se adquiere el «Jordan Pass» online, es personal e intrasferible y lleva tu número de pasaporte impreso. El Jordan Pass te sirve para realizar más de 40 visitas de monumentos nacionales durante un mes desde el inicio de su validez, y te sirve además para ahorrarte el visado de turista que pagas a la entrada del país (que suelen ser 50US$). Tan solo sumando el visado de entrada y la entrada suelta a Petra que cuesta 50JOD, ya se habría amortizado el Jordan Pass.

Hay tres variedades, y todas ellas incluyen las entradas a todos los monumentos estatales de Jordania (1 solo entrada por persona) y te eximen del pago del visado de turista a la entrada en Jordania; y se diferencian en el número de días que te permiten acceder a Petra:

Jordan Wanderer: 70JOD (unos 80€): Con entrada de 1 día a Petra Jordan Explorer: 75JOD (unos 86€): Con entrada de 2 días consecutivos a Petra Jordan Expert: 80JOD (unos 92€): Con entrada de 3 días consecutivos a Petra

Puedes adquirirlo online, imprimirlo y llevarlo contigo para entrar en el país. Inmediatamente entrarás por la fila de exención de visados. Aquí lo puedes comprar www.jordanpass.jo 

Centro de Visitantes

En el centro de visitantes hay tiendas, cafeterías y la oficina para comprar las entradas. Con el Jordan Pass solo hay que presentarlo para validarlo aquí.  Una vez traspasada la verja de entrada se pueden contratar los servicios de camellos, burros, caballos o carromatos para realizar la visita. Todos ellos ataviados y decorados con aparejos típicos con mucho color. La visita de Petra requiere un mínimo de forma física porque se camino muchísimo. El primer tramo son unos 20′ hasta el Tesoro, de ahí a las Tumbas Reales y el Foro otros 20′ largos, sin contar con las paradas y visitas, y el tramo más exigente es el de subida al Monasterio que puede llevaros fácilmente 1h, y por supuesto contar con que además tenéis que volver. Si además queréis realizar senderismo más allá de los principales, que los hay y muy recomendables, pues os podéis imaginar cuánto se puede llegar a caminar… Llegaréis al hotel por la noche muertos…

Comienza un camino con pequeña pendiente de bajada que se va estrechando paulatinamente. Al cabo de unos 10′ aparecen los primeros monumentos. La Tumba del Obelisco a nuestra izquierda, muestra influencia egipcia en su parte superior, mientras que la inferior es plenamente Nabatea. Frente a ella no perderse los Djinn Blocks, «piedras de los genios», considerados tumbas verticales.

Más adelante El Nicho o Niche Monument, son unas tumbas con pilastras verticales, en las que una tiene dibujada una cara con nariz y ojos.

El desfiladero (Al-Siq)

Un poco más adelante, una cadena montañosa de roca cierra el paso casi completamente permitiendo el paso únicamente por un estrecho cañón. Aquí empieza el famoso «Siq«, la estrecha garganta que nos llevará hasta la ciudad de Petra. Un verdadero desfiladero creado por las aguas a su paso, con una longitud de algo más de un kilómetro y cuya anchura se puede abarcar casi con los brazos.

Recorrer el Siq es quizá una de las sensaciones más emocionantes de toda la visita. Y todo es poco, cuando al final del mismo se atisba entre los cortes estrechos de roca del desfiladero la asombrosa fachada del Tesoro… si además llegas por la mañana temprano la veras iluminada con la luz del sol, lo cuál hace el espectáculo aún más sorprendente. Aquí te quedas con la carne de gallina, pensando que eres todo un «Indiana Jones»…

Unas fotos del momento más emocionante en una visita a Petra, el instante en el que se atisba la fachada de «El Tesoro» desde la garganta es mágico…

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El Tesoro (Al-Khazneh)

Muchos viajeros dicen que solo llegar hasta aquí les ha merecido la pena. En verdad hay muchos que por limitaciones de movilidad o simplemente fatiga o desinterés no se aventuran más allá. Puedo llegar a entenderlo, sin embargo se pierden una gran parte de lo que depara la visita completa que más allá de este punto sigue deparando sorpresas alucinante.

Es uno de los mayores templos de Petra, con 40m de altura y 28m de anchura. Se decía que las urnas de su fachada conservaban un tesoro. Rastros de balas confirman los disparos realizados por árabes esperando romperlas y recuperarlo. En realidad se trata de una mausoleo que albergaba el sepulcro de Aretas III, rey nabateo que gobernó Petra (8a.C. – 40 d.C.)

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Conmovidos por la belleza del lugar, pasamos más de una hora en la explanada admirando el templo. No se puede entrar pero observar su fachada y el entorno que lo rodea es apabullante. También se puede echar un vistazo a los puestos de artesanía local, y contratar una pequeña excursión para subir a los miradores de el Tesoro. Para esto último hay que trepar por un sendero que tiene dificultad y cierto peligro. Las autoridades prohíben la subida por cuenta propia así que tendréis que contratar los servicios de un guía. Los precios son increíblemente variables, tras negociar lo sacamos por 5JOD por persona, pero estoy seguro de que habrá quien pague menos y también mucho mas.

Subida a los miradores de El Tesoro

La subida es costosa y exigente, lleva unos 20′, pero la recompensa es una vista increíble sobre El Tesoro su explanada y las cumbres rocosas que lo rodean. Arriba un tenderete con sombra y unas alfombras por suelo, te invita a tomar un té con las preciosa vista delante de ti.

Teatro Nabateo

De regreso a la explanada de El Tesoro, continuamos la visita. La estrecha garganta da paso a un extenso valle rodeado de montañas, sobre el que se extendía la antigua ciudad de Petra. En primer lugar nos encontramos con el Teatro Nabateo. Un inmenso hemiciclo excavado en la roca a las puertas de la calle principal, que recorre todo el Foro de la ciudad romana. El pavimento original de grandes losas de piedra se conserva en muy buen estado en gran parte del mismo.

Tumbas Reales

Las tumbas reales es un conjunto de sepulcros reales que toman diferentes nombres según los atributos decorativos que tienen sus fachadas. Están excavados en las paredes rocosas del Jebel al Klubtha, la montaña de roca arenisca con alto contenido de hierro (de ahí los tonos rojizos) que encierra el valle sobre el que se extiende Petra. Estas son las cuatro principales ordenadas según se accede desde el Teatro Nabateo:

1/ Tumba de la Urna**: Por la urna que preside su fachada. Alojó los sepulcros de los monarcas nabateos Aretas IV (8 d.C. – 40 d.C.)  Maliches II (40 d.C. -70 d.C.) El interior está desnudo y cuenta con una sala de 18×20 metros.

2/ Tumba de la Seda*: Por los dibujos contorneados de las vetas de roca sobre las que se excavó.

3/ Tumba Corintia*: Por los capiteles corintios que decoran su parte superior. Es destacable el estilo mixto de esta tumba, en la que su parte inferior es claramente de estilo nabateo, más próximo al asirio, y la superior influencias helenísticas, como el Tesoro y el Monasterio, los dos monumentos más famosos de Petra.

4/ Tumba de Palacio**: Llamada así por su tamaño (es la más grande de Petra). Además presenta la característica de ser la única que tiene una parte construida – no excavada – dado que la pared de roca no abarcaba la anchura de su fachada.

En inglés son conocidas como:  Urn Tomb, Silk Tomb, Corintian Tomb y Palace Tomb**,  que conforman las Royal Tombs. No perderse la luz del atardecer en estos monumentos. Los techos de la Tumba de la Urna, y el interior del Silk Tomb – Tumba de la Seda.

De camino hacia las tumbas reales es fácil distraerse con los puestos de artesanía y pararse para comprar alguno de los preciosos objetos de artesanía que exponen. Artesanía textil (jarapas y alfombras), tallas de madera, teteras, camellos, carretas, y otros utensilios de bronce, orfebrería y bisutería beduina, y muchas otras cosas. A mi particularmente me pareció uno de los mejores bazares de artesanía que he visto en Oriente Medio.

Decumanus de Petra

La calle principal de Petra que se conserva en gran parte enlosada con las piedras originales de época romana, correspondía según el urbanismo típico del Imperio Romano, al decumanus, el eje que se trazaba de este a oeste en las ciudades imperiales. Si bien en este caso no se encuentra el cardus maximus, el eje norte-sur que lo cortaba a la altura del foro.

Se construyó hacia el año 106 de nuestra era. A poco de iniciar el recorrido nos topamos con el Ninfeo, que es una antigua fuente que distribuía el agua potable canalizada a la ciudad. Las ruinas que encontramos en esta zona corresponden a equipamientos públicos de la ciudad de Petra, como el mercado, viviendas y el propio Palacio Real, del que pocos vestigios se pueden apreciar.

En la parte central del valle, una larga calle hacia las veces de decumano de la ciudad en tiempos del Imperio Romano. Al lado izquierdo nos encontramos el Gran Templo, al lado derecho sobre una loma el Templo del león alado, la calzada conserva en buena parte su pavimento original de losas pétreas en muy buen estado. Hacia el final del decumano, se levantaba un Gran Arco de Triunfo.

Se puede subir y observar cada uno de estos monumentos desde dentro, y aunque los techos no se hayan conservado es fácil hacerse una idea de su tamaño y esplendor. Desde cualquier punto, ahora volviendo la vista atrás, podremos disfrutar de las maravillosas vistas de las Tumbas Reales excavadas en las altas montañas de roca. Al atardecer cuando cae el sol, los reflejos rojizos se acentúan y el espectáculo es increíble.

A mano izquierda se alza el Gran Templo, es un recinto construido en el S.I a.C. con unas dimensiones espléndidas (40×28 metros) A pesar de su nombre se sabe que fue usado como lugar de las Audiencias Reales por los nabateos, y que los romanos lo convirtieron en un centro cívico.

Si avanzamos por la calle principal llegaremos hasta el Portal de Temenos. Este arco triunfal quedaba cerrado por unas puertas de madera (hoy desaparecidas) que separaban el espacio público del espacio sagrado de la ciudad. A partir de aquí encontraremos los principales templos dedicados a las deidades nabateas y romanas. Fue levantado en el siglo II d.C.

Pasado el Portal de Temenos, tenemos a mano izquierda el Templo de Dushara o Qasr Al-Bint: Era el Templo erigido para el culto de los dioses nabateos. El único construido no excavado, en su totalidad. Durante el Imperio Romano se rindió culto a la figura del Emperador. Tenía hasta 22 metros de altura y estaba decorado con figuras de mármol y escayola.

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En frente, al norte de la calle principal y aupado en una colina rocosa, el Templo del León Alado se distingue entre las pierdas desperdigadas de sus ruinas. Llamado así por la decoración figurativa de sus capiteles. Estaba dedicado a la diosa nabatea de la fertilidad «Atargatis«, esposa de su principal deidad, «Dushara«. Los fragmentos y piezas recuperados de las excavaciones de este templo se conservan en el museo local.

Subida al Monasterio (Al-Deir)

Esta será la parte más dura de una jornada típica de visita de Petra. Tras un respiro, comida o refrigerio antes de encarar la subida hasta el Monasterio (Ad-Deir).

Una subida de unos 40′ a través de una senda, sobre la que se cincelaron ya en época nabatea hasta 800 escalones para favorecer el tránsito peatonal. La subida es exigente, y alrededor de los restaurantes en donde se inicia la subida se pueden contratar los servicios de burros para afrontar la subida de forma más cómoda por 20JOD x persona.

A poco de iniciar la subida, un pequeño desvío nos permite alcanzar la Tumba del León, con dicho animal labrado sobre la parte superior del monumento excavado. De regreso al camino, deambularemos zigzagueando por una subida bastante pronunciada que está amenizada a menudo por muchísimos puestos de artesanía, y un par de sitios estupendos para tomarse un té con vistas, descansar, recomponerse y tomar fuerzas para encarar la última fase del ascenso.

La recompensa al final del camino es la fabulosa vista de El Monasterio. De nuevo excavado en la roca, de dimensiones impresionantes. 50 metros de anchura y 45 metros de altura. El interior, no obstante no se puede visitar. Delante un explanada en la que antiguamente se alzaban columnas servía de centro ceremonial. Justo enfrente hay un puesto de té desde el que sentarse y admirar el monumento. La mejor hora para disfrutarlo es al atardecer cuando la luz va tiñendo sus paredes del tono rojizo característico de Petra.

Si aún tenéis fuerzas y ganas, se puede subir a la montaña que se alza frente al monumento (unos 15′ más de subida) para disfrutar de unas maravillosas vistas que abarcan desde la cadena montañosa fracturada por los wadis entre los que se construyó Petra, y hacia el oeste, la tremenda depresión del Mar Muerto y las tierras de Israel.

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Dónde dormir:
En Petra la oferta hotelera es variada y para todos los gustos y bolsillos desde los lujosos resorts que se levantan a las puertas del recinto arqueológico a los populares hoteles con encanto que se han construido en los últimos años en la localidad de Wadi Musa.

Entre los primeros destancan el Movenpick Petra, Petra Sella Hotel o el y el Town Season Hotel. Entre los que tienen una mejor relación calidad precio y tienen todas las comodidades destaco el  Jabal B&B, Petra House o el Peace Way Hotel. En los primeros se puede dormir entre los 90 y 180€ por habitación doble, mientras que los segundos ofrecen buena calidad y a menudo desayuno incluido por menos de 70€ la doble.