Gondar: Castillos de Fasilidas I
Gondar: Castillos de Fasilidas I

Etiopía – Bitácora de Viaje (Parte 5): Gondar

INTRODUCCIÓN:

Gondar, castillos en África

Esta quinta etapa y la sexta y última de nuestro viaje, nos llevarán por las tierras occidentales del Estado de Amhara. El territorio Amhara es el verdadero corazón cultural e histórico del país. Su lengua, el «Amariña», pertenece a la familia de lenguas semíticas,  por tanto está emparentado con el árabe, el hebreo o el antiguo egipcio hablado por los faraones, se escribe con su propio alfabeto peculiar y hermoso y es el oficial de Etiopía. En Etiopía se hablan más de 80 lenguas y dialectos, pero éste es el más extendido, y el que mayor peso cultural ha tenido y tiene en el país.

Bandera del Estado de Amhara
Bandera del Estado de Amhara

Además, en el Estado de Amhara se encuentran algunos de los puntos de interés turístico más importantes del país, como Lalibela (corazón espiritual y religioso de los Cristianos Ortodoxos Etíopes y visitado en nuestra primera etapa del viaje); Gondar, antigua capital imperial durante los siglos XVI y XVII; las fuentes y cataratas del Nilo Azul, con el Lago Tana como gran protagonista paisajístico y cultural por sus inumerables monasterios decorados con bellísimos frescos. Algunos datados en los siglos XIV y XVI.

Todo esto lo descubrimos en esta etapa, cargada de experiencias inolvidables que nos hicieron enamorarnos de Etiopía.

BITÁCORA DE VIAJE – Parte 5:

Gondar, castillos en África

Aunque tres días y dos noches no son lo bastante para conocer a fondo los secretos de esta parte del país, fueron suficientes para hacernos una idea de su riqueza cultural, de su variedad y para disfrutar de algunos de los paisajes más sublimes que hemos visto.

Una noche en Gondar, y otra en la moderna capital del Estado, Bahir Dar, desde la que tuvimos una estupenda base para visitar el Lago Tana y las Cataratas del Nilo Azul, antes de tomar el tercer vuelo interior que nos llevó de regreso a Addis Abeba, lamentando el hecho de que de esta forma terminábamos el viaje.

De los Montes Simien a Gondar

Para llegar a Gondar desde Simien hay que recorrer 100kms de carretera que se recorren en algo menos de dos horas. Bajamos desde los 3000 a los 2200 a través de valles abiertos, muy poblados y con un paisaje de parcelas cultivadas, medianas arbustivas, eucaliptos desperdigados y ganado, mucho ganado en la carretera como siempre.

Esta parte es mucho más afable que la frontera natural entre Tigray y Amhara al norte de las Simien, en la que los valles son agrestes y profundos y no dan tanta oportunidad de desarrollar una agricultura tan productiva. En el paisaje nos encontraremos iglesias circulares u octogonales a menudo, los omnipresentes tuc-tuc en cada travesía de población (y son abundantes) y lo más curioso, ya en las inmediaciones de Gondar, un poblado «felasha», moradores judios de Etiopia desde tiempos ancestrales.

En algo menos de hora y media estabamos entrando en Gondar. Tiene el aspecto de urbe desarrollada, más grande que Axum, más ciudad, más tráfico y ruido, sin llegar a ser molesto. Parece bastante ordenado, y aunque las casas siguen siendo muy humildes y en cuanto sales de la ciudad vuelven a ser las tradicionales chozas cuadradas de adobe sobre estructuras de palos y techos de paja u hojalata, en el centro se ven incipientes construcciones modernas, comercios y bloques de varios pisos.

Visita de Gondar

A las 8 de la mañana nos vi en a buscar para realizar la visita de Gondar. La ciudad que fue capital de Etiopia durante 250 años, conserva un recinto monumental que es Patrimonio de la Humanidad desde 1979.

Con el tráfico habitual de las poblaciones etíopes y salvando algún atasco, circulando por el centro damos con una muralla de mampostería sólida que rodea el recinto monumental de los emperadores Abisinios. A la entrada los tickets de rigor (200Br pp válidos para dos dias, Recinto de los Castillos y los Baños Imperiales)

Fasil Ghebbi – Recinto de los Castillos imperiales

Nada más entrar, la sensación es de tranquilidad. Apacible y tranquilo, el complejo de castillos del siglo XVII está muy bien cuidado y perfectamente ajardinado. El lugar nos traslada a otro tiempo cuando los viajeros románticos decimonónicos descubrían los lugares monumentales olvidados del sur de Europa.

Un poco de historia sobre Gondar
La ciudad de Gondar fue la capital de Abisinia durante el siglo XVII. El imperio Abisinio había sufrido a mediados del siglo XVI los ataques de las fuerzas musulmanas de Ahmed Grañ, que arrasó la antigua capital Axum, y tardaría en recuperarse varias décadas, hasta que la dinastía gobernante eligió este lugar estratégico situado entre rutas comerciales y asentado sobre el fértil altiplano.

El rey más famoso de esta época fue Fasilidas, que sucedió a su padre con el apoyo de los clérigos, cuando el monarca precedente había realizado un intento de convertir al país al catolicismo. Mucho que ver tuvo la influencia jesuita y en concreto portuguesa que habían ejercido figuras como Pedro Páez en los monarcas etíopes. Fasilidas reinó entre 1640 y 1667. Fijó la capital en Gondar construyendo un recinto palaciego rodeado por una muralla en el centro de la ciudad que sus sucesores fueron ampliando con más construcciones.

Su hijo, Yohannes I (1667-1782) y su nieto, Iyasu I (1682-1706) mantuvieron el poder y la estabilidad. A partir de ese momento se entró en un periodo de inestabilidad en los que gobernarían hasta 15 príncipes durante cortos períodos terminados de forma violenta por complots, asesinatos y traiciones que desestabilizaron la monarquía, y quebraron su desarrollo económico. Desde mediados del siglo XVIII, la capitalidad de Abisinia itineraría por varias localidades hasta establecerse en Addis Abeba en 1889.

Las aportaciones monumentales al conjunto monumental de Gondar se corresponden por tanto, a los periodos de mayor estabilidad y a los reyes que durante más tiempo y más prosperidad generaron durante sus reinados.

Cerca del acceso principal nos encontramos con el Castillo de Fasilidas, quizá el más bonito y mejor conservado, que fue restaurado en los años 90 y se puede visitar por dentro. Desde su torre del homenaje se pueden divisar las orillas del lago Tana en un día claro.

A pocos metros hay dos edificios atribuidos a Yohannes I, son la Biblioteca y los Archivos Generales. Los Archivos fueron dañados por un bombardeo británico durante la II Guerra Mundial cuando los italianos habían instalado su cuartel militar en el recinto. Unas escaleras llevan hasta una terraza desde la que se tiene una de las mejores vistas del castillo de Fasilidas.

El más grande de los castillos construidos por la dinastía etíope es el de Iyasu I, el castillo de Iyasu estaba ricamente decorado, con pinturas al fresco y techos tallados en bellos artesonados de madera. Desgraciadamente un terremoto en 1704 lo deterioró bastante y los fabulosos techos no aguantaron los bombardeos aliados.

En el extremo norte del recinto hay otra serie de edificios que fueron mandados construir por algunos de los sucesores de estos reyes mencionados, pero no son tan representativos ni tan bonitos como estos tres edificios, si bien merecen un paseo sosegado pues las estampas románticas que proporcionan son muy bonitas.

Baños de Fasilidas

Tras la visita del Fasil Ghebbi, nos dirigimos en coche a los Baños de Fasilidas. Distan del centro de Gondar tan solo  dos kilómetros y en diez minutos habíamos llegado.

El recinto está de nuevo amurallado. En el interior una piscina artificial de unos 2800 metros cuadrados sirve para las celebraciones religiosas del Timkat. Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre la autoría del edificio. La teoría predominante es que el palacete construido sobre la piscina fue una obra anterior del Rey Fasilidas (1635-1667), antes de que construyera su castillo en Gondar, como residencia. Otros sostienen que el edificio es posterior y fue levantado en tiempos de su nieto Iyasu I (1682-1706), y construido exclusivamente para motivos ceremoniales.

La ceremonia del Timkat
Timket Ceremony Gondar Ethio  Timkat significa bautismo en amariña. La celebración es una de las más populares en el calendario religioso etíope. La ceremonia recrea el bautismo de Cristo en aguas del río Jordán. Para ello se rellena de agua la piscina. Miles de personas se concentran en torno a las aguas sagradas ataviados con túnicas blancas portando cruces típicas. Gondar no es el único lugar donde esta fiesta es popular y atrae visitantes de todo el país, también como vimos hace unos días en Axum en los baños de la Reina de Saba, o en Lalibela tiene lugar esta celebración que suele coincidir con la Epifanía ortodoxa el 19 de enero. Los años bisiestos el 20 de enero. Sería una maravilla volver para verla en persona, pero si planeáis hacerlo, debéis tener en cuenta que los hoteles están reservados con muchísima antelación.

El estilo arquitectónico coincide plenamente con el de los castillos de Fasil Ghebbi, apreciándose las influencias europea e india. El lugar es silencioso y tranquilo, y se escuchan a menudo graznidos y cantos de aves exóticas como único ruido. En un lado de la piscina, sorprenden las gradas armadas con palos de eucalipto dispuesto de forma similar a la construcción de las viviendas rurales. Parece mentira que sostengan el peso de un público tan numeroso….

Satisfechos de la visita monumental de Gondar, emprendemos camino hacia la última etapa de nuestro viaje, el Lago Tana. Allí nos esperan los Monasterios medievales y las cataratas del Nilo Azul.

De Gondar a Bahir Dar y el Lago Tana

Algo más de tres horas de coche, nos llevará el camino desde Gondar a la capital del estado de Amhara y posiblemente la segunda ciudad mas grande de Etiopía tras Addis Abeba, Bahir Dar. En total son 185kms de buena carretera sin demasiado tráfico, pero con abundantes travesías de población.

Salir de Gondar  lleva tiempo. Hay muchas aldeas, tráfico, tuc-tucs, camiones y furgonetas en los alrededores. Pasados ya los 20 kms empieza el verdadero paisaje rural habitual de Etiopia; campos parcelados de cereales, alguna acacia, árboles medianeros, eucaliptos esporádicos y por esta zona hemos visto algunos rododendros enormes dando sombra a todo un rebaño de vacas o de personas esperando en la carretera, supongo que a algún bus. Notamos que a medida que vamos hacia el sur, los campos están más verdes.

Pasamos un paso de montaña, no muy alto, pero significativo. Dejamos ya definitivamente la cuenca hidrográfica del Tekeze para adentrarnos en la cuenca del Nilo Azul.

Tekeze Wenz significa río perezoso, y se le atribuye el nombre por su cauce sinuoso, por su lento descenso de cota desde el altiplano etíope hasta las llanuras sudanesas y por su largo recorrido recogiendo las aguas de casi la mitad del norte del país, de todo el estado de Tigray y gran parte de Amhara

Hemos pasado por Emfraz Guarza. Sale en el mapa pero no se trata más que de un pequeño poblado que se alarga sobre la carretera. Aprovecha una fértil penillanura que está rodeada de montañas. Tienen la peculiaridad de tener tres simbólicos picos batolíticos casi a cada punto cardinal reservando el oeste para la salida de aguas hacia el Lago Tana. Un nuevo puerto de montaña que la carretera ha de superar. En la bajada, un nuevo hito natural, un peñasco de roca en forma de dedo que nos pide parar para foto. Se llama Tiska Dengay (o el «Dedo de Dios«)En menos de dos minutos ya teníamos un racimo de chiquillos alrededor del coche y algunas de nuestras camisetas preparadas para cambiar de manos fueron a parar a su propiedad a cambio de sonrisas.

Pasado Addis Zemen la llanura alcanza el horizonte, y el campo se ve más fértil aún, más verde y productivo. La carretera es bastante buena pero el tráfico aunque no es nada abundante es siempre un peligro. Casi todo son camiones pesados con sus característicos remolques y en cuanto te aproximas a los poblados y ciudades los omnipresentes tuc-tucs. El problema son las diferencias de velocidad, los motocarros van muy lentos, y que la carretera no tiene líneas divisorias pero muchos parches bacheados, algunos que te hacen caso parar, afortunadamente son los menos y en total se puede hacer una media de 50/60kmh. Algo impensable hace tan solo unos años.

Los campos de arroz son ahora lo más común. Un llano fértil y húmedo a ambos lados de una larga recta con la que se alcanza Werota. La imagen habitual de caos de circulación en toda la travesía, para seguir en esta llanura de arrozales y árboles que es sin duda lo más verde que hemos visto en todo el viaje. Cota 1850mts. A medida que vamos hacia el sur el régimen de precipitaciones aumenta, tanto en cantidad como en días al año en los que se producen. Da gusto ver una tierra tan productiva. Los alrededores del lago Tana es uno de los graneros del país.

Por fin entramos en Bahir Dar. Grandes avenidas ajardinadas nos reciben. Su aspecto nos sorprende positivamente. Más el hotelazo hasta el que nos han traido. Justo a la orilla del lago, junto al paseo más agradable de la ciudad, se levanta la torre del Bahir Dar Grand Resort & Spa, y nos damos el lujazo de descansar con maravillosas vistas del lago Tana. Pongo la foto porque merece la pena verlo, y sobre todo después de las aventuras que hemos pasado por territorio Danakil, dormir en tiendas en los Montes Simien y las incomodidades que a veces generan los viajes que sabes que no van a tener todas las comodidades.

Mañana será otro día, pero nos lo tomamos con calma.

 

Acabas de terminar de ver/leer la QUINTA parte de los seis capítulos o etapas (5/6)  en las que he dividido el Viaje a Etiopía. Continúa viendo o regresa a la etapa anterior pulsando en los «Tuk-tuk-iconos».