Villas del Véneto: El Renacimiento Veneciano

La región italiana del Véneto esconde entre su gran patrimonio las villas que sirvieron de esparcimiento a la opulenta aristocracia veneciana. Concebidas como casas de campo pero con el aspecto de verdaderos palacios, estaban también ligadas a las labores agrícolas de explotación de las fértiles vegas del Véneto. Su influencia en la historia de la arquitectura ha hecho que sus modelos se repitieran sin cesar hasta nuestros días. Las fascinantes villas se esparcen por la llanura del Po, agrupándose principalmente en torno a las ciudades de Vicenza y Padua. Visitarlas es un lujo para los sentidos y resulta imprescindible si se quiere conocer la forma de vida en la época más deslumbrante de la República de Venecia. Los mejores ejemplos de estas villas han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.

En el siglo XV la República de Venecia había consolidado su poder en toda la costa adriática. La ciudad se había hecho inmensamente rica con el comercio y sus habitantes buscaban nuevos lugares de esparcimiento. Las ciudades del Véneto se estaban constituyendo como estados y la República, por su seguridad, decidió anexionarse por la fuerza (le sobraban recursos para emprender esas guerras) todas las ciudades de alrededor. Tras la anexión, sus habitantes comenzaron a buscar tranquilos lugares de veraneo más allá de las lagunas, en pleno contacto con la naturaleza. Lo de las segundas viviendas ya se sabe que es propio de las épocas de bonanza económica. Fue así como empezaron a construirse las primeras mansiones; ya que había dinero no se iban a contentar con un pequeño apartamento. Los grandes arquitectos del renacimiento, encabezados por Andrea Palladio, hicieron el resto. Las edificaciones de los nobles rivalizaban en suntuosidad y belleza ya que las villas supuestamente se construían a semejanza de sus propietarios.

Cómo llegar:

La visita a las Villas del Véneto exige disponer de un vehículo.  Resulta muy complicado llegar a la mayoría de ellas en transporte público. Todas ellas son fácilmente accesibles en coche desde Vicenza y Padua.

Desde España se puede volar a los aeropuertos cercanos de Venecia (las compañías Iberia y Volotea vuelan desde distintas ciudades españolas al Aeropuerto Internacional Marco Polo) y Verona (las compañías Iberia, Vueling y Ryanair vuelan desde Madrid y Barcelona hasta el aeropuerto de Verona-Villafranca). Muchas veces resulta más económico volar a los aeropuertos de Milán y Bolonia que, aunque algo más lejanos, están bien comunicados con las ciudades de Vicenza y Padua.

Una experiencia inolvidable es realizar un minicrucero de un día entre Padua y Venecia por el río Brenta. El crucero sigue el recorrido de Il Burchiello, el antiguo barco veneciano del siglo XVIII. La excursión, que se puede realizar en ambos sentidos, incluye las visitas a Villa Foscari, Villa Widmann y Villa Pisani así como la comida en el restaurante Il Burchiello de Oriago. Las reservas pueden hacerse directamente en la página web (www.ilburchiello.it). El billete incluyendo las visitas a las villas y la comida sale por alrededor de 100€.  No hay mejor manera de entrar en Venecia.

Un poco de historia: Andrea Palladio

Orígenes

Andrea del Pietro della Góndola nació en Padua en 1508 en el seno de una familia humilde y a los 13 años entro a trabajar como aprendiz en un taller de cantería de la ciudad. La verdad es que el niño era buen estudiante y le gustaban los libros pero había que meter dinero en casa y tampoco se le daban mal las artes manuales. La familia se traslado a Vicenza en el año 1523 y allí Andrea, que ya había adquirido maestría con la piedra, se inscribió inmediatamente en el gremio de la construcción. El caso es que el chico valía, así que pronto descolló entre sus compañeros de obra y fue subiendo en el escalafón hasta llegar a ser un encargado con mucha fama en el lugar.

Claro que una cosa es ser un buen encargado y otra llegar a ser el más importante arquitecto del renacimiento. Para eso hace falta algo más. Ese algo se lo proporcionó una gran figura del Renacimiento en el norte de Italia; Giangiorgio Trissino, poeta, humanista, dramaturgo, filólogo y hábil diplomático. Dicho de otra forma, un aristócrata culto y con mucha pasta, con ganas de emplear bien su dinero. Conoció a Andrea mientras trabajaba en una obra de una villa cercana a Vicenza y enseguida supo ver en él al genial arquitecto que escondía. Así que se convirtió en su mecenas. Le pago estudios y viajes a Roma, le introdujo en los ambientes cultos y aristocráticos de la ciudad y, sobre todo, comenzó a conseguirle buenos contratos como arquitecto.

Palladio
Andrea Pietro della Gondola ó Andrea Palladio
Pero como en esto de ser un personaje con proyección artística influye mucho el nombre, Giangiorgio que pensaba en todo y que sabía de «marketing», se le ocurrió que Andrea debía cambiar de apellido, para tener un nombre más rimbombante. Fue así como cayó en que siendo Palas Atenea la diosa de las artes griega, su pupilo debía apellidarse Palladio. ¡Así se hace una estrella!, Andrea pasó de ser un simple encargado de obra al más reputado arquitecto de las villas que la alta sociedad estaba construyéndose en el campo. Lo cierto es que él no lo hacía nada mal. Tenía un estilo muy personal que intentaba rescatar toda la perfección que encarnaba el mundo clásico de Grecia y Roma. El tratado “De Architectura” de Vitrubio (un texto escrito en el siglo I AC en latín y griego que contenía todos los fundamentos de la arquitectura clásica) era su libro de cabecera. Y su estilo gustaba.

Su obra: Edificios públicos, Palacios Urbanos y Villas

La fama del arquitecto empezó a crecer como la espuma. Así que el concejo de la ciudad no dudo en encargarle una obra que tenía en mente desde hacía tiempo, reformar el palacio gótico donde residía el concejo porque amenazaba con venirse abajo. Palladio transformó el palacio comunal gótico mediante una envoltura clásica haciendo de él una basílica civil romana. La obra se prolongo desde 1549 hasta 1614 pero desde el principio de los trabajos la obra gusto, y mucho, a propios y extraños.

Todas las familias pudientes y cultas de Vicenza querían encargarle a él sus residencias tanto en la ciudad como en el campo. Le llovían los contratos. Pero Palladio era un trabajador nato y no decía a casi nadie que no. Construyó un montón de palacios urbanos, la mayoría en el Corso Mayor de Vicenza que, claro, acabo por cambiar su antiguo nombre por el de Andrea Palladio. Allí se pueden ver el Palazzo Chiericati, el Palazzo Valmarana, la Loggia del Capitano y el Palazzo Porto, todos ellos considerados obras maestras de la arquitectura renacentista.

Pero si hay algo por lo que se le conoce a Andrea Palladio es por sus villas o casas de campo (verdaderos palacios). Llego a construir 24 y la mayoría de ellas están catalogadas actualmente como Patrimonio de la Humanidad. Un buen ejemplo, en el extrarradio de la propia ciudad de Vicenza, es Villa Rotonda.

La fama de Palladio siguió creciendo y acabo siendo nombrado Arquitecto Mayor de la República de Venecia. Eso le obligo a trabajar también en Venecia. Allí construyó tres iglesias que marcaron también la arquitectura renacentista. La más conocida es San Giogio Maggiore situada en la isla del mismo nombre. Sí, sí, es esa que todos fotografiamos desde la Plaza de San Marcos.

Andrea Palladio volvió a Vicenza para hacerse cargo de una obra que le interesaba especialmente. La Academia Olímpica le encomendó en 1579 la construcción de un Teatro Olímpico con la finalidad de dotar a la ciudad de un espacio en el que promover la cultura escénica. Ya veis que entonces ya se llevaba esto de construir Palacios de Festivales y Congresos. Era su encargo soñado. Diseño un teatro cubierto a la manera clásica, con todos los ingredientes de un antiguo teatro romano. Palladio no llego a terminarlo, murió en Maser (donde estaba a la vez trabajando en una capilla que debía ser un complemento a la Villa Barbaro) en 1580. Su hijo, Silla, y su discípulo Vicenzo Scamozzi se encargaron de terminar tanto el Teatro Olímpico como la Basílica.

Su legado e influencia

Andrea Palladio era una de esas personas que no paraban de trabajar. En sus ratos libres sacó tiempo para escribir un auténtico best-seller: “Los cuatros libros de arquitectura”, tratado que publicó en Venecia en 1570 y que se convertiría en la obra más estudiada de la arquitectura.

Pero su legado no acaba ahí. A través de sus obras construidas y sus tratados, su influencia llegaría muchísimo más lejos, tanto que nos sorprendería ya que hoy la vemos constantemente en las noticias y en las películas. Casi todas las construcciones institucionales de los EE.UU., el Capitolio, la Casa Blanca, el memorial de Jefferson y multitud de villas y residencias palaciegas esparcidas por Nueva Inglaterra o en los estados del sur, donde las grandes plantaciones surgían en torno a familias adineradas y lujosos palacios, son obras neoclásicas directamente ligadas a la influencia de su arquitectura.

¿Cómo así? Porque el neoclasicismo irrumpió con fuerza en las Islas Británicas, donde el estilo barroco no arraigo, y pasaron del gótico al Palladiano para todas sus construcciones públicas. Inglaterra comenzaba a ser una potencia y tener dinero para construcciones importantes, y con la expansión colonial, exportó el estilo hasta tierras americanas.

También en los confines del mundo occidental, en Rusia, con su apertura a Europa en tiempos de Pedro el Grande y la construcción de la nueva capital en San Petersburgo, se introduciría con fuerza su influencia, de la mano de importantes arquitectos italianos que desplegaban al gusto de la época, todos los rasgos palladianos en sus encargos de edificios e iglesias. Y la lista de países donde su impronta puede trazarse se hizo más y más larga, a medida que las influencias neoclásicas iban calando hondo en la forma de concebir la arquitectura.

Visitar las Villas del Véneto

Las Villas del Véneto se extienden por toda la llanura del bajo Po, en el territorio de la antigua República de Venecia. Hay decenas de Villas agrupadas principalmente en torno a las ciudades de Vicenza y Padua. Veinticinco de ellas han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad.  Todas merecen la pena pero he destacado las cinco imprescindibles para visitar:

  1. Villa Capra o Villa Rotonda en Vicenza
  2. Villa Barbaro en Maser, Treviso
  3. Villa Contarini en Piazzola sul Brenta, Padua
  4. Villa Pisani en Stra, Padua
  5. Villa Foscari o la Malcontenta en Mira, Venecia

Villa Capra o Villa Rotonda (Provincia de Vicenza)

La Villa Capra es la más conocida de las diseñadas de Palladio. Fue construida entre 1550 y 1552 en las afueras de la ciudad de Vicenza por lo que el arquitecto la englobaba en sus casas de ciudad. Ubicada en la cima de una colina, Palladio pretendió reforzar ese papel de vigía levantando una gran cúpula sobre un cubo con fachadas simétricas precedidas de pórticos con escaleras a los cuatro puntos cardinales, de ahí su apodo de Villa Rotonda. Sus formas regulares, el contraste entre el verde de los jardines, el blanco de los muros y el rojo de las tejas y el diseño de líneas puramente renacentistas, algo grandilocuentes, la convierten en el arquetipo de villa palladiana. La villa sintetiza perfectamente el ideal de Palladio de “ver y ser vistos”.

Paolo Almerico, el hombre de la Iglesia que la encargó, nuncio apostólico de Pío IV y Pío V quiso plasmar en ella sus ambiciosos sueños y su deseo de despertar el respeto y la admiración de sus conciudadanos. No cabe duda que se la encargó al arquitecto adecuado y consiguió sus objetivos. La alegría le duro poco porque murió antes de que estuviera totalmente acondicionada y la propiedad fue vendida a la familia Capra, de ahí el otro nombre por el que suele nombrarse.

Villa Rotonda ha inspirado muchos edificios en todo el mundo. Chiswick House, la casa de Lord Burlington en Londres y Monticello, la casa de Thomas Jefferson en Charlottesville, Virginia, son los mejores ejemplos, pero el modelo arquitectónico está detrás de monumentos famosos en ciudades tan distantes como Delhi y San Petersburgo.

VISITA: De 10h a 12h y 15h a 18h M-J- V y D visita sólo al exterior – Entrada 5€; los X y S visita al interior y exterior – Entrada 10€.

Villa Barbaro – Maser (Provincia de Treviso)

Villa Barbaro es, para mí, la más sugerente de las villas venecianas. Diseñada por Andrea Palladio y decorada con frescos de Paolo Veronés, su realización arquitectónica y decorativa es una síntesis de los ideales de la cultura veneciana en las tierras del interior.

El conjunto fue promovido por los hermanos Barbaro, pertenecientes a una de las familias más poderosas de la República. Marcantonio, el primogénito, había sido embajador de la República en los principales países europeos. Daniel, hombre de iglesia, ciencia y cultura, había participado en el Concilio de Trento. Los hermanos eligieron personalmente el lugar para edificar la villa, alejado del pueblo y a media ladera de la montaña para poder disfrutar con tranquilidad de la naturaleza.

Palladio diseño el conjunto de acuerdo con los más puros patrones clásicos. El edificio, construido entre los años 1560 y 1570, consta de un elemento central, con una fachada ricamente decorada con todos los elementos clásicos, y dos alas simétricas laterales que acaban ensanchándose para albergar sendos relojes de sol que ocultan palomares. El conjunto que se alza sobre los jardines, decorados con estatuas de dioses, es de una belleza singular. El interior sigue también los patrones clásicos tanto en sus elementos arquitectónicos como en su decoración realizada por el gran pintor renacentista Paolo Veronés. Los juegos de perspectivas en las puertas que delimitan las estancias laterales contribuyen a aumentar la sensación de espacio. El corazón del edificio es la Sala del Olimpo decorada con algunos de los mejores frescos de Paolo Veronés. Tras el edificio se construyó un ninfeo en una especie de jardín privado para los propietarios.

VISITA: M a D de 10h a 18h; Entrada 9€ – Entrada Familiar 21€.

Villa Contarini – Piazzola sul Brenta (Provincia de Padua)

Los Contarini eran una de las más nobles familias de la República de Venecia. En 1546 Paolo y Francesco Contarini edificaron el cuerpo central de la villa siguiendo los modelos de palacios venecianos. A finales del siglo XVII Marco Contarini decidió añadir las recargadas alas laterales en el más puro estilo barroco y construyó también en el cuerpo central dos salas acondicionadas para conciertos de música. Las excepcionales proporciones tanto del edificio como de los jardines hacen de ella probablemente la más grande del Véneto y una de las más singulares por su mezcla de un estilo clásico medieval veneciano y el estilo sobrecargado típico del barroco.

El interior fue decorado en el siglo XVII con frescos de entre los que destacan los de la Sala de las Artes y de las Ciencias, la Sala del Rapto de Proserpina y, sobre todo, los de la Sala de las Bacanales. No obstante, las salas más bonitas son las llamadas salas musicales conocidas como el Auditorium y la Sala de la Música.

VISITA: Todos los días de 9h a 19h. Entrada 7€, Entrada familiar 14€.

Villa Pisani – Stra (Provincia de Padua)

La villa más conocida de la ribera del Brenta está situada a muy pocos kilómetros al oeste de Padua. Villa Pisani debe su origen a la subida al trono ducal de Alvise Pisani (1735-1741) quién quería demostrar con la suntuosidad del edificio, la riqueza, el prestigio y dignidad de su familia. Inspirada en los grandes palacios de las monarquías europeas, sus líneas son sin embargo, mucho más austeras. El arquitecto, Francesco María Preti, realizó una construcción en puro estilo neoclásico.

El interior de la villa está ricamente decorado con frescos y pinturas de varios autores entre los que destacan los que realizó Giambatista Tiepolo para el salón central en 1761, considerados su obra maestra, y que representan una visión fantástica de la familia propietaria conocida como “Gloria de Casa Pisani”.

La villa es especialmente famosa por su jardín, considerado el más bonito de Italia…y eso es mucho considerar. Profusamente decorado con fuentes, esculturas, verjas, puertas y hasta laberintos. El estanque central rectangular, que embellece mucho el conjunto, es en realidad un ensayo de obra hidráulica realizado en el siglo XX.

Napoleón Bonaparte compro la villa a los Pisani en 1805 (se supone que a un precio muy interesante para la época, para eso era el emperador). Tras la caída del emperador en la batalla de Waterloo la villa paso a poder de la familia imperial austriaca. Este era el lugar favorito de veraneo de la emperatriz Mariana Carolina y aquí daba sus célebres fiestas a las que estuvieron invitados los representantes de todas las monarquías europeas, entre ellos el rey de España Carlos IV. Pero quizás los huéspedes más famosos de la villa fueron Adolf Hitler y Benito Mussolini quiénes celebraron aquí su primer encuentro en 1934. Hoy es propiedad del Gobierno Italiano.

VISITA: Todos los días de 9h a 19h. Entrada 10€.

Villa Foscari o La Malcontenta – Mira (Venecia)

La villa que Andrea Palladio realizó para los hermanos Nicola y Alvise Foscari en 1559 es una de las más famosas y peculiares del Véneto. La familia Foscari formaba uno de los grandes clanes venecianos. Su antepasado Francesco Foscari había sido uno de los dogos más prestigiosos de Venecia entre 1423 y 1457. La leyenda dice que el sobrenombre de “Malcontenta” proviene de que allí obligo a vivir Nicola Foscari a su mujer, Isabel Dolfin, ante la sospecha de que andaba liada con el dogo de Venecia y, claro, todo por bonito que sea sin libertad no te hace estar muy contenta…

La villa, construida completamente en ladrillo pero con un enlucido que imitaba al mármol (había que ahorrar), está concebida más como una residencia suburbana que como una casa de campo. Por ello no incluye edificios agrícolas a los lados. La localidad de Mira, muy cercana a Venecia, es rápidamente accesible en barco por lo que se trataba de edificar más un palacio donde poder recibir a las personalidades. Para realzar ese carácter majestuoso y, sobre todo, para impedir la humedad (y las inundaciones debido a las crecidas) proveniente del cercano Canal Brenta, Palladio alzó el edificio mediante un gran basamento. La porticada fachada principal está orientada al río, aunque éste estaba en el lado norte, porque era el camino principal para llegar a la villa. La disposición de las ventanas de la fachada posterior deja adivinar la estructura interna del edificio, con un gran salón central profusamente iluminado. El interior está decorado con frescos de Battista Franco y Giambattista Zelotti.

Las semejanzas entre estas villas y las de las plantaciones de Luisiana no pasan desapercibidas. En realidad siguen el mismo modelo que fue definido en el Renacimiento y se seguía (y sigue) utilizando en el Nuevo Mundo (fundamentalmente en la parte de colonización inglesa) algunos siglos más tarde…¡que falta de originalidad!

VISITA: Martes a sábado de 9h a 12h. Entrada 10€.

En Padua:

La ciudad de Padua es el mejor centro de operaciones para conocer las Villas del Véneto. Además, es también una buena opción (y mucho más barata) para visitar la vecina Venecia, a la que se puede acceder en alrededor de 30 minutos en los frecuentísimos trenes que unen ambas localidades. Dos buenas posibilidades de alojamiento en la ciudad son:

Scrovegni Room & Breakfast: Via Porciglia, 18, 35121 Padua. Tf: +39 049661474 (www.bebscrovegni.it). Situados enfrente de la Capilla Scrovegni, que guarda los célebres frescos de Giotto, y al lado del casco viejo de la ciudad. La estación está a 15 minutos andando desde el establecimiento. Apartamentos amplios con decoración moderna. Alrededor de 100 EUR/día con desayuno en temporada alta.

Hotel Al Prato: Via Prato della Valle 54, 35123 Padua. Tf: +39 049664924 (www.hotelalpratopadova.it). Situado entre la Basílica de San Antonio y la plaza de Prato de la Valle, en una de las zonas más monumentales de la ciudad. Tiene el inconveniente de que está más alejado de la estación de ferrocarril pero hay un metro directo hasta allí. Habitaciones modernas y funcionales. Alrededor de 80 EUR/día la habitación doble con desayuno en temporada alta.

En Vicenza:

Alojarse en Vicenza permite también acceder cómodamente a la mayoría de las Villas y además conocer los palacios construidos en la ciudad por Andrea Palladio, incluyendo el Palazzo de la Ragione y el Teatro Olímpico. Una magnifica opción allí es:

Apartamentos Palazzo Valmarana Braga: Corso Fogazzaro 16, 36100 Vicenza. Tf: +39 3477204658 (www.palazzovalmaranabraga.it). En pleno casco antiguo de Vicenza, este palacio construido por el propio Andrea Palladio ha sido reformado para albergar espaciosos estudios decorados de forma muy funcional. Alrededor de 75 EUR/día por apartamento en temporada alta.

Si queréis daros un lujo y dormir en una típica Villa del Véneto de la Riviera del Brenta, un lugar muy recomendable es:

Hotel Villa Franceschi: Via Don Minzoni, 28, 30034 Mira Porte, Venecia, Véneto. Tf: +39 0414266531 (www.villafranceschi.com). Un hotel de lujo, perteneciente a la cadena Relais & Chateux a un precio bastante asequible. Una villa construida por Andrea Palladio en el siglo XVI y reformada para servir de hotel hace pocos años. Situada en la Riviera del Brenta, a un paso de la Malcontenta y de la Villa Pisani. Decorada con muebles clásicos. Un placer para los sentidos. Alrededor de 150 EUR/día la habitación doble con desayuno en temporada alta.

Especialidades del Véneto

La cocina italiana es probablemente la más popular del mundo, sobre todo por su pasta y pizzas, pero incluso en lo relativo a la pasta las variedades son enormes entre las diferentes regiones.

La pasta más típica del Véneto son los bigoli, parecidos a unos espaguetis gordos, que se suelen comer con salsa de tomate y pato o con sardinas. Hay dos quesos famosos en la región, el Asiago de Vicenza y el Monte Veronese. Los mejores arroces para risotto son del Véneto. Dos recetas de arroz típicas de la región son el risi e bisi, arroz con guisantes, y el risotto alla trevigiana, con una variedad de la achicoria.

Un plato típico de todo el norte de Italia y especialmente del Véneto es la polenta, elaborada a base de harina de maíz, agua y sal y aderezada con salsa, carne o pescado. El baccala con polenta es quizás la forma más característica de comer la polenta en la región.

Sitios para comer bien

Las villas están un poco apartadas de las grandes ciudades así que os dejo algunas propuestas de restaurantes cercanos a los lugares recomendados donde podréis probar los productos típicos de la región:

De Gusto: Vía Babaro 4; 31010 Maser. Tf +39 04373900267 (www.de-gusto.com). El restaurante, situado en la misma pequeña calle de acceso a la entrada de Villa Barbaro, se define como una gustería típica y ofrece platos sencillos de la cocina italiana con productos frescos de la región en un local informal con un agradable jardín a un precio asequible. Alrededor de 15-20 EUR con un plato, bebida y postre.

Diavolo Rosso: Via Antonio Pertile 70, 30039 Stra. Tf: +39 049502744 (www.diavolorosso.eu). Un local de ambiente rústico situado justo enfrente de Villa Pisani, al otro lado del canal del Brenta. Cocina italiana. Alrededor de 20-25 EUR con un plato, bebida y postre.

Ristorante Pizzeria Ballaro: Via Argine 46, 35016 Tremignon, Piazzola sul Brenta +39 0495591955. El modesto local, situado en el barrio de Tremignon, 2 kilómetros al sur de Piazzola sul Brenta, es, con diferencia, la mejor opción en los alrededores de Villa Contarini. Magníficas pastas y pizzas. Alrededor de 15-20 EUR con un plato, bebida y postre.

Padua y Vicenza son los mejores puntos de partida para conocer las Villas del Véneto pero además ambas ciudades esconden un gran patrimonio y merecen una detenida visita.

Vicenza

Vicenza es una pequeña y rica ciudad en medio de la fértil llanura del Po. A pesar de su escaso tamaño, poco más de 100.000 habitantes, es la tercera mayor ciudad industrial de Italia y una de las capitales mundiales de la joyería del oro. De todas formas, la razón principal para visitar la ciudad es ver el impresionante conjunto de edificios que levanto aquí Andrea Palladio.

La arteria principal de la ciudad, el Corso Andrea Palladio, va desde los Jardines Salvi al Teatro Olímpico y alberga los principales palacios urbanos construidos por el genial arquitecto. Visitar el Palladio Museum, situado en el Palacio Barbarano, permite comprender mejor la obra del arquitecto renacentista gracias a las grandes maquetas de sus edificios más emblemáticos.

A medio camino hay que desviarse un poco para llegar a la monumental Piazza dei Signori dominada por el enorme Palazzo della Ragione o Basílica cuyo aspecto exterior se debe a la reforma realizada por Palladio para sostener el Ayuntamiento del siglo XV. Al lado de la Basílica, la esbelta Torre di Piazza fue construida en ladrillo en el siglo XII y mide 82 metros. Enfrente está la Loggia del Capitano, otra obra maestra del arquitecto renacentista, que alberga en sus bajos el elegante Gran Café Garibaldi.

De vuelta al Corso Andrea Palladio, al terminar de recorrer la avenida podemos ver el Palazzo Chiericati, otra de sus obras más conocidas. Pero la sorpresa mayor de la ciudad se encuentra justo enfrente. En la Piazza Matteotti se alza el Teatro Olímpico, el teatro cubierto más antiguo de Europa. Si alguna vez quisisteis ver un teatro griego o romano perfectamente conservado este es el mejor ejemplo. La visita seguro que os impresiona, especialmente el escenario del Teatro que reproduce la ciudad griega de Tebas.

Padua

Padua es una de las ciudades imprescindibles de Italia. Su Universidad es una de las más antiguas del mundo y la segunda de Italia después de la de Bolonia. La vida estudiantil caracteriza el ambiente de la ciudad. El centro medieval contiene las grandes obras realizadas durante el señorío de los Carraresi. Por si fuera poco, Padua tiene como patrón a un santo universal que murió aquí y al que sus habitantes honraron construyéndole una descomunal Basílica, San Antonio de Padua.

La primera impresión cuando se visita a  la ciudad es que se extiende de forma desordenada en las orillas del Brenta. Hay que concentrarse en tres puntos principales:

Capilla Scrovegni o Capilla de la Arena: Alberga un célebre ciclo de frescos de Giotto considerados una de las cumbres del arte occidental. Los frescos pintados entre 1303 y 1305 supusieron el inicio de la pintura moderna. Barrio medieval: Articulado en torno al Palacio de la Razón, parecido al de Vicenza, pero con la sala diáfana más grande de Europa. En el barrio se encuentra el Palazzo del Bo, sede actual de la Universidad y antiguamente de la Facultad de Medicina. En su interior todavía se pueden visitar el Teatro Anatómico, el Aula Magna y la Sala de los Cuarenta que contiene el púlpito desde el que impartía las clases Galileo Galilei. Basílica de San Antonio: Curiosamente una de las iglesias más fastuosas de la cristiandad fue construida por devoción a un santo que destacaba sobre todo por predicar la sencillez y la humildad. El edificio tiene cierto exotismo por sus cúpulas de influencia bizantina y la fachada que combina elementos románicos y góticos. El templo, que siempre tiene una atmosfera de gran devoción, alberga la tumba del santo, rodeada por relieves que representan escenas de su vida realizados por Donatello.

Mapa de las Villas del Véneto

En el siguiente mapa interactivo podrás localizar con detalle todos los lugares de los que se habla en el artículo y el trayecto de  del vaporetto «Il Buchiello» por la Canal del Brenta.