Las Vegas: No sólo casinos

Pocos lugares puede haber en el mundo, en los que la palabra ocio esté siempre tan presente y sea tan importante como en este rincón del estado de Nevada. Bañada por el sol y situada a unas cinco horas en coche de Los Angeles (450kms), Las Vegas es sin duda la ciudad del juego más famosa del mundo. Pero es que además, es un destino turístico de primer orden que se reinventa como capital del ocio, ofreciendo una de las carteleras de espectáculos más impresionantes del mundo, exposiciones, galerías de arte, outlets, hoteles y compras de lujo, vida nocturna y sobre todo un servicio exquisito.

Voy a contaros algunas curiosidades que ayudan a entender esta ciudad edificada en medio de un desierto y rodeada por kilómetros de aridez, pero relativamente cerca de increíbles paisajes naturales y algunos de los Parques Nacionales de EE.UU. más bonitos. La población de Las Vegas alcanza los 500.000 aunque contando con su zona metropolitanta se acerca a los 2 millones de habitantes. Geográficamente ocupa el centro de una meseta árida regada por pozos artesianos a unos 500kms de la costa californiana. Situada a más de 600 metros sobre el nivel del mar, poco menos que la altitud de Madrid, y similar a la latitud de Cádiz (36º latitud norte), su clima es extremo, pudiendo superar los 45º de temperatura máxima durante los meses de verano, y normalmente con noches tórridas. Sin embargo en invierno, hay ocasiones en las que la temperatura puede caer hasta los -10º, aunque lo habitual es que las temperaturas sean más suaves durante el día. Las Vegas es una ciudad volcada en el turismo de ocio, juego y espectáculo. Cuenta con más de 150.000 plazas hoteleras, con una ocupación media anual del 85%. El año pasado recibió más de 40 millones de visitantes (datos del Las Vegas Convention & Visitors Center)

Un poco de historia:
Las Vegas fue descubierta por el explorador español Antonio Armijo, cuando explorando alternativas más cortas al antiguo camino de Santa Fé a Los Ángeles, encontró en esta árida meseta, pozos de agua subterránea que hacían florecer el verde y los cultivos. Este lugar único por la abundancia de agua en cientos de kilómetros a la redonda, se convirtió en un enclave estratégico para la comunicación entre Texas y California. Fue entonces bautizada como Valle de Las Vegas.

El explorador John Fremont fue el primer anglosajón en aventurarse por estos lares allá por 1844, cuando entonces pertenecía al México independiente. Poco después tras la Guerra entre México y EE.UU. (1845-1848) por el Tratado Guadalupe Hidalgo, México tuvo que ceder más de la mitad de su territorio a EE.UU. Las Vegas no pasó de ser una pequeña población en la ruta ferroviaria entre California y la Costa Este, hasta que en 1931, y tras la legalización del juego, empiezan a desarrollarse los casinos. La revolución castrista de Cuba, da el empujón definitivo al juego en Nevada, y los americanos vuelcan sus ojos sobre la ciudad que empieza a crecer desaforadamente. Sufre durante los años 70 y 80 una crisis de visitantes, pero remonta de nuevo a partir de 1989 con la construcción de “The Mirage” el primer casino del Strip, el nuevo centro de ocio de la ciudad. Hoy se dice que atrae a tantos turistas al día como habitantes tiene, y que es la ciudad del pecado, de los excesos y donde todo es posible. No en vano, hay un famoso dicho que menta “What happens in Vegas, stays in Vegas”, que vendría a ser algo así como “Lo que pase en Las Vegas que quede en Las Vegas

Las Vegas es la ciudad de los excesos, aquí todo se hace a lo grande, las carreteras, los gigantescos hoteles, los enormes casinos, las copias y réplicas de los monumentos de París, Venecia o Roma, los restaurantes, los centros comerciales de grandes marcas y lujo, los outlets, las miles de capillas para bodas ultrarrápidas, los cientos de clubs, bares, shows, los mejores espectáculos y escenarios del mundo, las puestas en escena más atrevidas, innovadoras y multitudinarias; todo aquí es a lo grande, como el propio país al que pertenece, la ciudad nació y creció de un sueño, y es ese mismo sueño el que persiste en su realidad, y en la cabeza de todos los turistas que por millones lo visitan cada año. Para mí fue una sorpresa muy agradable. Traía bajas expectativas, pensaba que iba a encontrarme en el paraíso del mal gusto y lo hortera, pero la verdad, no fue así en absoluto. Muy al contrario, desde un principio la ciudad deslumbra. Está reluciente, limpia como una patena, es como un escenario de película, como si estuviéramos viendo un capítulo de CSI. Bueno, al menos las zonas turísticas que se visitan. El Strip es como la fachada, la versión lujosa que muestra la ciudad a todos los visitantes. Y el Downtown, en torno a Fremont Street, es el auténtico sabor del Las Vegas histórico, donde empezó todo, y donde los neones cobran protagonismo. Más abajo os hago un resumen de las cosas que más impactan en esta zona de la ciudad y lo que no os podéis perder cuando visitéis Las Vegas.

Una calle, Las Vegas Boulevard, nos servirá de referencia para visitar y conocer los rincones más turísticos de la ciudad. Esta calle une el centro de Las Vegas con el aeropuerto, y en sus aproximados 8kms de longitud reúne las principales visitas turísticas y los casinos más famosos e importantes. El extremo sur de Las Vegas Boulevard, se denomina “The Strip”, y reúne alguno de los Hoteles-Casino más famosos, como el Caesar´s Palace, The Mirage, Bellagio, Paris-Las Vegas, New York-New York, o el Luxor. Se puede recorrer a pie, pero es más largo de lo que uno se imagina. Si se dispone de tiempo, buen calzado y curiosidad, la experiencia de ir encadenando casinos con distintos motivos y ambientados en diferentes temas es inolvidable. La parte este del Strip está comunicada por un tren monorraíl. Lo mejor es olvidarse del reloj y perderse en las visitas, si tienes hambre puedes comer en mil sitios, si sed, beber, y por todos lados los kioscos para tomar esos cocteles riquísimos repletos de refrescante hielo…

(Sigue el texto bajo la galería de fotos)

La otra zona que visitar es el Downtown. El antiguo centro no tiene la apariencia glamurosa del Strip, tiene quizá el aire de decadencia y perdición que puede uno imaginar de las películas del cine más negro, y es así, con calles algo oscuras y a veces sucias. Algunos casinos que se encuentran por aquí tiene el rancio olor del tabaco fumado durante años, el humo que recrea los juegos más clandestinos. Sin embargo su calle principal, Fremont Street, ha sabido reinventarse haciéndose peatonal y cubriéndose con una gigantesca pantalla abovedada de miles luces. Regularmente se proyectan en ella espectáculos de luces e imágenes, lo que se denomina Fremont Experience.  Y por supuesto, en Fremont Street además de encontrar las tiendas de souvenirs con los mejores precios, no debes perderte el neón del vaquero, icono de Las Vegas durante décadas. Entre ambas zonas, hay un espacio de unos cuatro kilómetros en los que se ven muchísimas capillas de bodas, varios centros comerciales y outlets para perderse comprando marcas a buenos precios, y otros casinos como el “Stratosphere”, famoso por su torre de 300mts y sus atracciones de infarto en lo alto de la misma o el “Circus, Circus” con espectácuos circenses y el parque de atracciones cubierto más grande del mundo.

Aquí tienes un mapa interactivo con las cosas que ver y hacer que creo no hay que perderse:

Cómo llegar:
Se puede volar a Las Vegas desde casi todas las principales ciudades de EE.UU. y muchos destinos internacionales. En coche desde Los Ángeles son 450kms (unas 5hrs) a Salt Lake City  hay 700kms (unas 6h45’) y a Phoenix 500kms (unas 7hrs). Esas son las ciudades importantes más cercanas.

Qué hacer y ver:

La lista de atracciones turísticas en Las Vegas, se puede hacer tan larga como el número de casinos que hay. Yo voy a describir algunas de las atracciones más interesantes que a mí me gustaron cuando lo visité y que considero esenciales para vivir esta apasionante ciudad, y disfrutar al máximo de ella:

  • Casino Paris-Las Vegas y disfrutar de un pedazo de Francia “a la américaine”. Subir a la réplica de su Torre Eiffel o comer una crêpe en alguna de sus cafeterías.
  • Casino New York, New York: Montarse en la montaña rusa que atraviesa el interior del casino, y sale disparado viajando por el decorado exterior con réplicas de monumentos de Manhattan.
  • Subir a la Torre Stratosphere y tirarse desde lo alto en bungy jumping, o bien aprovechar las tres atracciones extremas de lo alto de la antena para tener las sensaciones de vértigo más grandes que he sentido en mi vida.
  • Ir de compras por el Outlet Las Vegas, con todas las marcas que te puedas imaginar.
  • Presenciar un par de veces el espectáculo de música, fuentes y luces del Lago Bellagio. Cada media hora por las tardes, las melodías cambian y las fuentes bailan desde canciones de Frank Sinatra      a últimos éxitos house… asi que hay para todos los gustos.
  • Perderse entre casinos para ir observando lo que cada uno ofrece. Yo me dí una vuelta desde el Luxor hasta el Aria, visitándolos sin prisa, y dejándome llevar por la curiosidad. Me asombre del diseño del Aria y el centro comercial Crystal, y me tomé un par de caipirinhas que iba rellenando en los puestos que encuentras en cada esquina de Las Vegas. Compras el vaso la primera vez y luego vas rellenando… ¡vaya pedo más rico!
  • Hacerse la foto de rigor en el cartel de “Welcome to Fabolous Las Vegas”, o bien en el de “Welcome to faboulous Downtown Las Vegas” que está en un entorno más bonito, pero ambos en Las Vegas Boulevard.
  • Montar en una góndola y navegar por los canales que surcan el Casino The Venetian, que desde el exterior se meten dentro por las galerías comerciales del mismo.
  • Pasear por el elegante centro comercial The Forum, y ver la inspiración en Roma, lo que ha dado lugar en el Casino Caesar’s Palace.
  • Ver el espectáculo de volcanes, fuego y agua en el exterior del Casino The Mirage.
  • Ver alguno de los fabulosos espectáculos que la ciudad ofrece en sus múltiples escenarios de lujo. Hay algunos que son fijos en Las Vegas, o al menos muy habituales, como El Circo del Sol que tiene simultáneamente dos funciones casi siempre, o cantantes de renombre como Cher o Celine Dion que ofrecen habitualmente conciertos. También hay espectáculos fantásticos de magia, o de imitadores de grandes artistas, que son clavados, pero clavados a las estrellas que interpretan…. Y mucho más. Lo mejor es informarse con anterioridad de la cartelera que haya en las fechas que visites la ciudad, para programar algún show. También la opción de comprar entradas de última hora es una buena idea, en las taquillas que específicamente se encuentran para dar salida a las butacas que no se venden en algunas funciones.
  • ¡Casarse en una de las Capillas de “fast weddings”! Emocionante es un rato, ahora bien, quizá sea mejor pensarlo dos veces antes de hacerlo, ¿o no?.
Excursiones desde Las Vegas:
Desde Las Vegas se puede alcanzar varios de los Parques Nacionales más famosos del país, como el impresionante Gran Cañón del Colorado, hay varios puntos que se pueden visitar, como la pasarela de cristal inaugurada hace pocos años, en la que se ve el cañón bajo tus pies con una sensación de vértigo inolvidable, o bien el Centro de Visitantes que está a unas cuatro horas de camino en coche por una carretera muy buena, por la que se pueden ver además de bonitos paisajes, la Presa Hoover que se cruza para pasar de Nevada a Arizona, cambiando de estado y de franja horaria, y trozos de la famosa “Route 66” legendaria carretera que une Chicago con Los Ángeles, que guarda tesoros de diseño en tiendas, gasolineras y cafeterías en localidades como Flagstaff.

El Valle de la Muerte (Death Valley) unas tres horas (200kms) hacia el oeste, ya en el estado de California, es uno de los Parques Nacionales más visitados del país, por su clima y paisajes extremos. o el P.N. Zion Valley, ya en el estado de Utah y también a unas tres horas de coche (265kms) en la entrada al territorio sur del estado que tiene numerosos atractivos naturales para realizar trekking, fotografía o simplemente fascinarse con una naturaleza maravillosa.

Hay un sinfín de sitios para comer en Las Vegas, y cada casino tiene al menos dos o
tres restaurantes de referencia. Además no podemos olvidar que estando en EE.UU. siempre sitios para comer un buen steak y ribs a la barbacoa, no faltarán. Luego además es que se encuentran a mano restaurantes de comida japonesa, thai, de fusión, y por supuesto italianos y hasta españoles de tapas selectas y nueva cocina de chefs internacionales. Los precios pueden variar mucho, sobre todo en función de donde se ubiquen, asimismo los hay exclusivos para la clientela vip de los casinos, a los que solo se accede previo registro en los hoteles como cliente vip. En fin, un mundo por descubrir y creo que en pocas ciudades se encuentra tanta variedad y a precios tan asequibles como aquí.

En la misma línea que los restaurantes, las ofertas para alojarse son casi infinitas. Hay muchísimos hoteles que realizan ofertas muy atractivas de estancias por menos de 60€ la noche. En los buscadores de hoteles como Booking o Venere se publican con frecuencia. Yo tuve la suerte de encontrar una en el Stratosphere por 55$ la noche, y la habitación era extraordinaria, de lujo.

Las Vegas es una ciudad que destaca por tener una relación excelente de calidad precio en sus hoteles. Según datos del “Las Vegas Visitor Center”, el precio medio de la habitación doble fue de 107$ en 2013, y eso teniendo en cuenta el gran número de hoteles de superlujo que existen en la ciudad. Además por lo general las habitaciones dobles pueden alojar hasta cuatro personas, porque son habitaciones grandes con dos camas de matrimonio cada una por lo general.

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