Los Cinco mejores sitios para ver moais – Ahu Tahai
- Tongariki
- Cantera de Rano Raraku
- Playa de Anakena
- Ahu a Kivi
- Hanga Roa – Ahu Tahai
En la Capital de la isla, que concentra más del 90% de la población, podemos ver moais en La Caleta, junto al pequeño puerto pesquero dos moais presiden toda la actividad de los barquitos de pesca. Un poco más al norte siguiendo la costa, encontramos Ahu Tahai. Una explanada junto al mar en la que se distribuyen una plataforma con cinco moais, y otras dos con un sólo moai. Fueron restaurados por el arqueólogo norteamericano William Mulloy en la década de 1960-1970. El pueblo rapanui, en agradecimiento, decidió tras su fallecimiento en 1978, que yacieran aqui.
De las tres plataformas que albergan moais, la que está en el centro que se llama propiamente Ahu Tahai posee una única escultura solitaria. Ahu Tahai significa en rapanui literalmente, el altar donde se pone el sol. Más al norte Ahu Ko Te Riku, posee el moai con pukau (tocado) al que se le han restaurado los ojos de coral piedra volcánica rojiza (las pupilas), tal como lucieran los originales; la tercera de las plataformas restauradas cinco moais alineados se llama Ahu Vai Ure.
Los ojos del moai:
Los moai tenían un aspecto sagrado, pues eran colocados sobre las plataformas o ahu en las que yacían los ancestros de un clan. Los ojos de un moai solo eran añadidos una vez la escultura era alzada y colocada en su lugar correspondiente. Se hacían de coral blanco y las pupilas de piedra volcánica rojiza o de obsidiana. Al colocarlos dotaban al moai de un poder mágico o mana (en las lenguas austronesias es un concepto que significa poder, efectividad o prestigio). Este era el poder que salvaguardaba el destino de su clan.
¿Por qué los moai estaban derribados cuando los europeos llegaron a la isla de Pascua?
Cuando las luchas intestinas entre los diferentes clanes asolaron la isla, el derribo de los moai del enemigo fue por tanto una consecuencia lógica, pues a través de su destrucción, se debilitaba el poder del adversario. Se cree que esta pudo ser una de las principales razones por las cuales, cuando los europeos llegaron en el siglo XVIII, la mayor parte de estas enigmáticas esculturas habían sido derribadas de sus posiciones originales, la mayor parte estaban ya sin ojos, y a menudo quebradas en varios pedazos. Otra teoría también explica que los propios miembros de un clan, ante las adversidades, hambrunas o guerras, pudieron haber considerado que sus ancestros les habían abandonado, derribando ellos mismos los moai en señal de protesta o negación de la adoración a los mismos por haber permitido pasar tales penurias a su pueblo.