Rodas: La Isla de los Caballeros de San Juan

Rodas ya figuraba en la lista de lugares imprescindibles para visitar editada en el siglo III aC bajo el nombre de Siete Maravillas del Mundo”. Y aunque el Coloso fue el más efímero de los monumentos que entraron en la lista, Rodas conserva en nuestros días el destacado puesto como destino turístico gracias a su patrimonio histórico y a su privilegiado clima, con más de 300 días de sol al año.

La ciudad medieval de Rodas, declarada Patrimonio de la Humanidad, fue levantada por los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén tras perder sus posesiones en Tierra Santa y hoy conserva sus enormes murallas y una gran parte de los edificios medievales construidos por los caballeros. El Imperio Otomano dejo posteriormente monumentales mezquitas y palacios que salpican todo el casco histórico dotándole de un ambiente único. La Perla del Dodecaneso esconde, además, otras muchas razones para conocerla como el Valle de las Mariposas o la Acrópolis de Lindos.

Cómo llegar:

El Aeropuerto Internacional de Rodas-Diágoras, situado 15 km al sur de la ciudad de Rodas es el cuarto por volumen de pasajeros en Grecia. Tiene múltiples conexiones con numerosos países europeos, operadas en su gran mayoría por compañías low-cost. Sin embargo, actualmente no existen vuelos directos con España. La mejor opción es volar a Atenas desde Madrid o Barcelona con Aegean Airlines y allí enlazar a Rodas con la misma compañía o bien utilizar diferentes combinaciones con las compañías de low-cost.

El puerto de Rodas es el de mayor tráfico del Dodecaneso. Blue Star Ferries y Anek Lines unen Rodas diariamente con las Islas Cícladas y el puerto del Pireo. El trayecto dura algo más de 13 horas y el precio por persona en camarote es de alrededor de 100 EUR. Dodekannisos Seaways es la compañía líder en el transporte de pasajeros por las islas del Dodecaneso. En temporada turística tiene dos frecuencias diarias con el resto de los principales puertos del Dodecaneso.

Un Poco de Historia: Del Coloso de Rodas a los Caballeros de San Juan:

El Dodecaneso es el conjunto de islas más oriental del Mar Egeo. Su nombre parece indicar que se trata de 12 islas, pero, en realidad, las islas habitadas son un total de 18. Dicen que los turcos se precipitaron un poco al dar el nombre a las islas. Al final del siglo XV ellos sólo dominaban 12 de las islas del archipiélago y se les ocurrió el bonito nombre de Dodecaneso para designar al conjunto de islas cercanas a la costa egea de la península de Anatolia. En ese nombre no incluían a dos de las más grandes, Rodas y Kos, que seguían en poder de los cristianos. Algunos años más tarde, cuando finalmente todas las islas cayeron en poder de los turcos les dio pereza cambiar el nombre.

Grecia y la Época Helenística

Las civilizaciones minoica y micénica fueron las primeras en colonizar el Dodecaneso. Se sabe que muchas islas enviaron barcos para la guerra de Troya. Sin embargo, el verdadero auge de las islas comenzó con los dorios, quienes fundaron ciudades y crearon la alianza de la Hexalopolis (las 6 ciudades: Lindos, Kámiros, Iálysos, Astypalea, Halicárnaso y Knidos). Lindos ejerció de capital de la alianza. Más tarde, las islas pertenecieron a la alianza de Delos liderada por Atenas.

Tras Alejandro Magno, el Dodecaneso cayó bajo el dominio de la dinastía egipcia de los Ptolomeos. Fue en esta época, en plenas disputas entre los generales de Alejandro por las islas (las guerras sirias), que Demetrio Poliokretes asedió durante más de un año la ciudad de Rodas (305-304 aC) teniendo que abandonar finalmente la empresa y dejando tras de sí toda su maquinaria de guerra.

El Coloso de Rodas – Una de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo

En conmemoración por su victoria, y utilizando los metales dejados tras el asedio, los rodios erigieron el famoso Coloso, una estatua del dios Helios.

El encargado de su diseño y construcción fue Cares de Lindos, uno de los escultores más famosos de la época. Había estatuas altas en la época, pero no tanto. Medía más de 35 metros y los forasteros quedaban asombrados ante aquel dios erigido con la ayuda de la chatarra de guerra. Su fama traspaso enseguida todas las fronteras (las del refinado mundo occidental de la época, que era muy poquita cosa). En el año 226 AC, 66 años después de su construcción, un terremoto destruyó el famoso monumento. Los últimos restos de la escultura serían robados y vendidos tras una incursión de los piratas sarracenos. Entre las conocidas como Siete Maravillas del Mundo”, ésta fue la más efímera. Sin embargo, la impresión que dejo en quienes pudieron verla ha hecho que hayamos seguido hablando de ella hasta la actualidad.

La monumentalidad del Coloso se refleja en todas las lenguas. Adjetivamos como “colosal” a cualquier cosa o esfuerzo de grandes proporciones

Romanos, Bizantinos y Caballeros de la Orden de San Juan

En los siguientes siglos, las islas formaron parte del Imperio Romano y después del Bizantino, pero no pasaron de ser una provincia periférica.

La segunda edad de oro de las islas llegó con los Caballeros de la Orden de San Juan. Después de haber sido expulsados de Tierra Santa (San Juan de Acre) en 1291, los caballeros se habían refugiado en Chipre, pero en 1309 conquistaron la isla y empezó su dominio sobre el Dodecaneso. Establecieron su cuartel general en Rodas, aunque sus fuerzas estaban repartidas por todas las islas y algunas ciudades de la actual Turquía como Halicárnaso. El Dodecaneso brillo especialmente durante la época. Representaba la avanzadilla cristiana frente al enemigo común, los turcos. Cada uno de los Caballeros de la Orden que había estado por allí era visto como un héroe en su país de origen. A pesar del carácter inexpugnable de sus fortificaciones el avance turco fue haciendo caer sangrientamente una por una todas las posesiones de los caballeros. En 1522, tras un largo asedio, los Caballeros de Rodas decidieron capitular para salvar así sus vidas. La Orden situó su nuevo cuartel general en Malta y pasó a llamarse Orden de Malta.

Del Imperio Turco al dominio italiano

Las islas continuaron bajo dominio turco hasta que, en 1912, en la guerra italoturca, fueron conquistadas por los italianos que estaban en plena expansión africana y querían tener las espaldas cubiertas. El Tratado de Lausana ratificó la soberanía italiana.

El periodo de dominación italiano supuso un auténtico resurgimiento para las islas. Los arqueólogos emprendieron excavaciones que sacaron a la luz ruinas griegas de gran importancia, especialmente en Kos y Rodas. Por su parte, los arquitectos se hicieron cargo de la reconstrucción de la ciudad vieja de Rodas que se encontraba en estado ruinoso. Los criterios con que se llevaron a cabo tanto las excavaciones como la reconstrucción de la ciudad fueron realmente avanzados para la época. En todas las islas se levantaron nuevos edificios públicos en un característico estilo art-déco. En Rodas. la capital de la colonia, son especialmente numerosos y sorprendentes.

II Guerra Mundial y unión con Grecia

Tras la prosperidad llego la guerra. Al principio de la II Guerra Mundial el Dodecaneso sirvió de base de operaciones para las desastrosas campañas africanas y balcánicas de Italia. Con los fracasos italianos parecía evidente la debilidad de sus bases en las islas y éstas empezaron a ser codiciadas por las fuerzas angloamericanas. Sin embargo, en septiembre de 1943, tras la capitulación de Italia, las islas se convirtieron en un campo de batalla entre Alemania e Italia, apoyada esta vez por los aliados. Los alemanes ganaron el enfrentamiento y asumieron su administración y defensa. El ejército alemán fue expulsado de Grecia en 1944 pero no del Dodecaneso que siguió ocupado por sus tropas hasta el final de la guerra en mayo de 1945. Este fue un tiempo de terror para la población. Las masacres perpetradas por el ejército alemán sobre los italianos en Cefalonia y Cos, sirvieron de base al libro (y película) “La Mandolina del Capitán Corelli. Casi la totalidad de la población judía de las islas fue deportada o asesinada en menos de dos años de dominación alemana. El Tratado del Dodecaneso en 1946 puso fin al dominio italiano de las islas. Finalmente, en 1948 las islas se unieron a Grecia.

Qué visitamos en este post

En el siguiente mapa interactivo podrás localizar con exactitud todos los lugares de los que se habla en el artículo. Podéis usarlo para llegar hasta ellos fácilmente y para seguir el itinerario propuesto que incluye los lugares más representativos de la isla de Rodas.

Otros artículos publicados de las Islas Griegas que puedes visitar en este blog:

  1. Patmos
  2. Symi
  3. Islas Espóradas
  4. Mykonos
  5. Santorini

Visitando la Ciudad de Rodas

Lo primero que uno piensa al llegar a Rodas es en El Coloso, una de las siete maravillas del mundo. ¿Dónde estaba?  A la entrada del Puerto de Mandraki hay dos columnas coronadas por un ciervo (Elafos) y una cierva (Elafina), los animales que constituyen el emblema de Rodas. Las columnas quieren representar las bases donde se apoyaban las piernas del Coloso y así se observa en muchos grabados antiguos.

En realidad, la estatua no estaba a la entrada del puerto sino en el Templo de Apolo, el dios al que estaba consagrada la ciudad. ¿Y dónde estaba el Templo de Apolo? Pues en lo que ahora es el Palacio de los Grandes Maestres. Desde el punto más alto de la ciudad la estatua debía impresionar a los navegantes.

Las Murallas de Rodas

La estatua del dios Helios no recibe ya a los viajeros, pero las impresionantes murallas que rodean la ciudad antigua ejercen una impresión parecida. Las colosales murallas, consideradas una obra maestra de la arquitectura militar medieval, se extienden durante tres kilómetros y en algunos sitios llegan a tener 12 metros de espesor. Un total de 11 puertas, de entre las que destacan la de la Marina y la de Amboise, permiten la entrada a la ciudad.

En el interior del casco antiguo existía otra muralla que lo dividía en dos zonas: el Collachium o Castello, donde residían los caballeros, y la Jora o Burgo, donde residía el resto del pueblo.

La Ciudad Medieval: El Collachium

Dentro del Collachium, la zona más importante corresponde a la Calle de los Caballeros y el Palacio de los Grandes Maestres.

En la Calle de los Caballeros se encuentran las posadas de las diferentes lenguas o nacionalidades de los caballeros hospitalarios. Para entender la existencia de las diferentes posadas hay que conocer cómo estaba organizada la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén. La realidad es que la Orden estaba concebida como una especie de cascos azules modernos. Es decir, los diferentes reinos cristianos contribuían según sus recursos aportando caballeros a la orden para proteger y cuidar de los fieles que peregrinaban a Jerusalén. Pero una cosa era saber que la unión hace la fuerza y otra muy distinta mezclarse entre reinos que se pasaban el día peleándose. Así que juntos, pero no revueltos, cada uno tenía su posada y tan tranquilos (así existían ocho casas correspondientes a las respectivas naciones o lenguas: Aragon (que incluía Navarra), Castilla (que incluía Portugal), Francia, Auvernia, Provenza, Italia, Alemania Inglaterra). La elección del Gran Maestre era totalmente democrática, todos los Caballeros tenían derecho a voto. Claro está, era difícil que un francés votará por un castellano o un alemán por un inglés. Así que generalmente ganaba un caballero de la lengua o nacionalidad mejor representada, que solía ser la francesa.

Al principio de la calle se encuentra el Hospital de los Caballeros, articulado en torno a un claustro de dos pisos. La visita al Hospital es obligada porque es la construcción medieval que mejor se ha conservado y era el edificio que daba sentido a la Orden. Actualmente alberga el Museo Arqueológico, famoso por alguna de sus piezas como la Afrodita de Rodas.

El Palacio de los Grandes Maestres

En la Calle hay posadas de nacionalidades raras, como Provenza o Auvernia, pero hay que recordar que entonces estos reinos no estaban unidos a Francia. Por el contrario, se puede ver la posada de España que curiosamente no existía en la época, pero es que castellanos y aragoneses habían empezado a llevarse mejor y como compartían lengua les dio por ponerse juntos en Rodas. La posada de España es, además, una de las más grandes. Estaba unida a la de Provenza por un puente y es que los intereses de los reinos se veían incluso en la arquitectura. La mayoría de los edificios fueron construidos en el siglo XIV. Esta es, sin duda, una de las calles medievales más representativas de Europa.

Al final de la empinada Calle se encuentra el Palacio de los Grandes Maestres, una fortaleza dentro de la ciudad amurallada. Fue construido en el siglo XIV para residencia del Gran Maestre y de su fuerza de élite. Albergaba también las “oficinas” de la organización. Lo cierto es que el Palacio, que resistió los diferentes asedios, fue destruido en 1856 al estallar el polvorín que tenían allí los turcos. La reconstrucción corrió a cargo de los arquitectos italianos bajo supervisión de Mussolini, que lo quería dedicar a su residencia de verano. Lo más impresionante del Palacio es la Puerta Principal, el Patio Central y la Cámara de la Medusa, un mosaico helenístico que ocupa una de las salas de la corte.

La Ciudad Medieval: El Burgo o Jora

La Jora o Burgo corresponde a la parte sur de la ciudad intramuros. El centro es la Plaza de Hipócrates, situada delante de la Puerta de la Marina. La zona más comercial y bulliciosa de la ciudad vieja. Desde allí hay que callejear por un complejo laberinto de estrechas calles, menos bulliciosas cuanto más te alejas de la plaza.

En las calles no sólo está presente el ambiente medieval; las mezquitas y las casas tradicionales señalan que Rodas estuvo bajo dominio turco más de 400 años. No hay que perderse la Torre del Reloj del Bourg, al lado de la Puerta de Amboise, la Mezquita de Solimán el Magnífico, construida para celebrar la conquista de la isla por los turcos, el barrio árabe, al lado de la gran mezquita con la biblioteca y baños turcos, y el barrio judío, situado al este de la Plaza de Hipócrates. Pero lo bueno es dejarse llevar y ver las calles de piedra y la convivencia entre las pequeñas iglesias ortodoxas y las mezquitas turcas.

El Puerto de Mandraki 

El Puerto de Mandraki es el verdadero corazón de la ciudad. Lugar de encuentro de ciudadanos y turistas al caer la tarde para dar su paseo o voltá. Desde allí parten los barcos y cruceros dirigidos a un montón de puertos del mediterráneo oriental.

La fortaleza de Agios Nikólaos, convertida en un faro, preside la entrada del puerto. Los molinos de piedra del malecón son una de las estampas más características de la ciudad. Al otro lado del puerto se encuentra la catedral ortodoxa de Evangelismos. El resto del muelle está ocupado por los grandes edificios públicos estilo Art Déco levantados durante el periodo de dominación italiana que transformaron esta parte de la ciudad. La Neo Agora o Mercado Nuevo se encuentra al fondo del puerto, junto a las murallas, con sus características cúpulas árabes y animados cafés.

El Art Decó Italiano

Desde el puerto hasta la Playa de Ellis se suceden las divertidas construcciones de los años 20 y 30 del pasado siglo. De entre ellos destaca el Palacio del Gobernador o Casa de Gobierno, construido a imagen del Palacio Ducal de Venecia en estilo neogótico; La Ronda, los baños públicos frente a la playa, con una enorme cúpula de estilo otomano; y el elegante Acuario, con relieves de caballitos de mar, conchas y ánforas.

El paseo marítimo continúa junto a la abarrotada playa de Ellis y conduce hasta el faro de la punta norte de la isla. Muy cerca del puerto, rodeada de jardines, se encuentra la Mezquita de Murad Rei. Fue erigida en honor al almirante turco que comando los ejércitos de Solimán en la conquista de la isla. El recinto alberga un cementerio turco para personajes ilustres y una villa donde vivió el escritor británico Lawrence Durrell entre 1945 y 1947. Su libro “Reflexiones sobre una Venus  marina” narra sus experiencias durante el tiempo que paso en la isla y puede ser una excelente lectura durante un viaje a la zona.

Visitando la Isla de Rodas

Valle de las Mariposas

El fenómeno de concentración de mariposas ocurre sólo en raras ocasiones en la naturaleza. La isla de Rodas acoge uno de esos raros hábitats. Situado en las boscosas montañas del centro de la isla, a escasos 25 km de la capital, en el municipio de Petaloúdes. Es el hábitat de la Euplagia Quadripunctaria Rhodosensis, una especie de mariposa que vive endémica en los bosques de la zona. La razón es que a lo largo de ese paisaje crece de modo espectacular el Liquidambar Orientalis, una variedad de árbol cuya resina desprende un olor muy atractivo para esta especie de mariposas. Tras la estación lluviosa, después de mayo, el índice de humedad ayuda a que se congregue el mayor número de mariposas. Llegan miles cada año y aprovechan las horas nocturnas y el frescor del momento para el apareamiento. Con posterioridad las hembras de la especie serán las únicas que se quedan para garantizar que las crías salgan adelante. Los machos en cambio no vuelven hasta la próxima temporada. El espectáculo resulta único.

El parque se visita siguiendo un itinerario marcado de alrededor de 3 km, por un bosque con un pequeño riachuelo y cascadas. Las mariposas son nocturnas y durante el día reposan mimetizadas sobre la corteza de los árboles. Se tarda un rato en descubrirlas. Al volar su color se torna anaranjado transformando totalmente el paisaje. Una pequeña vereda sube hasta la iglesia de Panagia Kaloópetra, desde donde se disfrutan unas magníficas vistas de la isla.

Lindos

Lindos es una de las ciudades griegas más antiguas. Fundada por los dorios antes del año 1000 AC, fue la capital de la Hexapolis. Su importancia decreció tras la fundación de Rodas. La acrópolis, el pueblo con casas tradicionales y sus preciosas playas la convierten en el destino turístico más visitado después de la capital.

Playas de Lindos

La playa principal de Lindos, Megálos Giálos o simplemente Playa de Lindos, se extiende al norte del pueblo. Allí amarraba la flota lindiense. Tiene todo lo que se puede pedir a una gran playa: arena (no es tan fácil en Grecia), chiringuitos y una zona segura para bañarse en las aguas cristalinas del Mediterráneo. Además, las vistas del pueblo y la acrópolis desde la playa son inmejorables. Junto a ella la recoleta Playa de Palas es codiciada por el ambiente al lado del chiringuito.

La otra posibilidad de baño es la Playa de San Pablo, situada al sur de la ciudad y llamada así porque San Pablo desembarcó en ella cuando llego a la isla para predicar. La bahía está mucho más protegida, se dice que San Pablo tuvo que hacer un milagro para poder desembarcar en esta playa. Ya son ganas de hacer milagros para todo pudiendo desembarcar en la otra playa cómodamente. Hay una ermita dedicada al Apóstol en el extremo de la playa.

Casco Antiguo

La mayoría de las casas del casco antiguo fueron edificadas entre los siglos XVI y XVIII por ricos marinos. Reciben el nombre de archontiká por sus trabajos de cantería alrededor de puertas y ventanas, con frecuentes los motivos marineros. Los patios de las casas están revestidos de mosaicos de piedra llamados choklakia, muy característicos del Dodecaneso. La costumbre de los mosaicos proviene de época bizantina. Se hacían con pequeños guijarros de colores blanco y negro (a veces rojos), con motivos generalmente geométricos o abstractos aunque a veces también más personales. En el centro del pueblo encontramos la iglesia bizantina de la Panagias, con un esbelto campanario, cúpulas con tejas rojas y frescos del siglo XV.

Acrópolis

La Acrópolis de Lindos está colgada en un precipicio a 125 metros sobre el pueblo. Cuando la ciudad era griega, en la acrópolis estaba el Templo de Atenea Lindia, del que quedan algunos restos. El templo era de los más venerados en el mundo antiguo, lo visitaron Hercúles, Helena y Paris de Troya (los causantes de la Guerra de Troya parece que pasaron aquí su luna de miel) y Alejandro Magno. En el siglo XII los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan fortificaron la acrópolis dotándola de las imponentes murallas, que se conservan prácticamente intactas junto con la inexpugnable puerta de acceso, y de un castillo del que sólo quedan ruinas. Desde arriba las vistas son realmente imponentes.

Dónde dormir:

El turismo supone el 80% de la economía rodia. La mayor parte de la gente viene buscando sol y playas, así que la mayor parte de la oferta hotelera se dirige a cubrir esas necesidades.

Alojarse en la ciudad de Rodas

En los últimos años han proliferado los hoteles con encanto dentro del casco histórico de la ciudad de Rodas. Sin duda son el mejor punto de partida para disfrutar de la ciudad medieval. El único inconveniente es la imposibilidad de acceder en coche al casco histórico, pero esta es la única forma de conservar los monumentos y permitir el silencio dentro de las murallas. Algunas buenas opciones dentro de la ciudad medieval son:

Spirit of the Knights Boutique Hotel: Alexandridou 14, Old Town, 85100 Rhodes. Tf: +30 22410 39765 (www.spiritoftheknights.com). La decoración te hace sentir un caballero medieval en un palacio otomano. Fue restaurado con el asesoramiento del Departamento Griego de Arqueología. El desayuno se sirve en un pequeño jardín. Un oasis de lujo en el centro de la ciudad antigua. La doble con desayuno en temporada alta a partir de 150 EUR por noche.

Zacosta Villa Hotel: Xenofontos 23, Old Town, 85100 Rhodes. Tf: +30 22410 33450 (www.zacosta.com). Su nombre deriva de un gran maestre de la Orden de los Caballeros Hospitalarios llamado Piero Raimundo Zacosta. Las habitaciones se articulan en torno a un patio central donde se sirven los desayunos. Arquitectura y decioración con aires medievales. Tranquilidad asegurada. La doble con desayuno en temporada alta partir de 125 EUR por noche.

In Camera Art Boutique Hotel: Sofokleous 35, Old Town, 85100 Rhodes. Tf: +30 22410 77277 (www.incamera.gr). Propiedad de un famoso fotógrafo rodio, fue inaugurado en 2012. Varias casas medievales se rehabilitaron para acoger habitaciones con decoración moderna y funcional. El patio jardín es de película. Desde la terraza se disfruta de estupendas vistas de la ciudad vieja. La doble con desayuno en temporada alta a partir de 150 EUR por noche.

Alojarse en Lindos

Si se prefiere un hotel a pie de playa es mejor huir del bullicio de la ciudad de Rodas. Una buena posibilidad es alojarse cerca de Lindos, la otra ciudad que es imprescindible conocer en la isla. Allí se puede disfrutar mucho más tranquilamente de la playa y se tiene cerca el relajado ambiente de Lindos.

Hotel Ville di Lindos: Psaltos, 85107 Lindos. Tf: +30 22440 48260 (www.villedilindos.gr). Bonito complejo de apartamentos situado a poco más de un kilómetro al sur de Lindos, en un lugar muy tranquilo con vistas al mar. Un apartamento para dos personas en temporada alta a partir de 100 EUR por noche.

Dónde comer:

En una isla tan turística como Rodas la oferta de restaurantes cubre todas las preferencias, pero no se pueden esperar precios tan baratos como en el resto de Grecia.

Platos tipicos

En cualquier lugar se encuentra una taberna donde se pueden probar las especialidades de la isla. Uno no debe irse de Rodas sin probar las papoutsakia (berenjenas rellenas de carne), el oktopodi (pulpo) que se suele servir aderezado con aceite y hierbas, las keftedes (albóndigas con menta y orégano) o la conocida mousaka (capas de carne picada de cordero, berenjena y tomate cubiertos de una salsa blanca y horneados) y el delicioso tzatziki (yogur mezclado con pepino rallado, aceite, jugo de limón, ajo y, a veces, perejil, menta o eneldo). Uno de los placeres del viaje es perderse por la isla y descubrir un sitio perdido para comer con los típicos manteles de cuadros y las sillas de mimbre desde donde es posible contemplar el mar.

Comer en la Ciudad de Rodas

En la ciudad vieja dos sitios muy recomendables son:

Nireas Taverna: Sofokleous 35, Old Town, 85100 Rhodes. Tf: +30 22410 21703. En el corazón de la ciudad vieja, lejos de las zonas más bulliciosas, se encuentra esta deliciosa taberna que sirve platos griegos y buen pescado. Alrededor de 15-20 EUR por persona.

Alexis Taverna: Sokratous 18, Old Town, 85100 Rhodes. Tf: +30 22410 29347. Muy cerca de la Puerta de la Marina. Una de las tabernas más antiguas de la isla, famosa por su pescado freco y sus verduras. Vale la pena probar el pulpo a la brasa y los erizos de mar. Alrededor de 20-25 EUR por persona.

Comer en Lindos

Cenar en la tranquila ciudad de Lindos es una de las experiencias que uno no debe perderse. Cuando anochece la ciudad se vacía de turistas y se puede disfrutar cómodamente de uno de esos lugares con vistas al mar donde la cena se hace inolvidable.

Melenos Lindos Restaurant: 85107 Lindos. Tf: +30 22440 32222   (www.melenoslindos.com). La posición del restaurante es inmejorable, con vistas a la bahía de Lindos y bajo la acrópolis. La cocina está a la altura del lugar; los platos tradicionales griegos están deliciosos. Tienen un menú por 25 EUR.

Ambrosia Restaurant: 85107 Lindos. Tf: +30 22440 31804. Ambrosía significa en griego comida de los dioses y verdaderamente el nombre es adecuado. Situado en una casa típica del centro de la ciudad antigua, con los suelos del patio cubiertos por los choklakia y paredes y arcos de piedra. Ofrece especialidades griegas e internacionales. Alrededor de 25-30 EUR por persona