Occitania, el Sur de Francia más cercano.
En el año 2014, el gobierno francés aprobó el nuevo plan de organización territorial del país reduciendo el número de regiones. Nació así la región de Occitania de la unión de dos regiones meridionales precedentes: Languedoc-Rousillon y Midi-Pyrenées. La región administrativa actual es el corazón de la Occitania histórica medieval que tantos lazos feudales tuvo con el Reino de Aragón. La proximidad geográfica a España, es también una proximidad cultural, dado que el idioma occitano y sus dialectos, son muy próximos al catalán, e incluso el único lugar en el mundo donde uno de ellos es oficial, es el Valle de Arán.
Occitania es un destino muy cercano y muy bonito. Predominantemente rural, la región escapó al desarrollismo, y a los grandes conflictos bélicos de las dos últimas centurias, conservando casi intacto su legado medieval. Este es precisamente su principal atractivo. Paisajes amables, fortalezas reales, pueblos medievales, castillos condales, hermosas iglesias y monasterios de un exquisito románico, templos de esplendor gótico. Podremos seguir el rastro de los cátaros, esa herejía que sirvió de pretexto para la expansión de la influencia francesa sobre los otrora territorios de influencia del rey de Aragón. O descubrir las ramificaciones del Camino de Santiago por un sur de Francia, que nos resultará más familiar y próximo de lo que uno, quizá, pueda imaginarse.
En este artículo proponemos una ruta de ocho dias, a través del interior de esta región. Desde la Ciudadela de Carcassonne, al santuario mariano de Rocamadour. Recorriendo su espina dorsal de sur a norte, zigzagueando para descubrir la industriosa y universitaria Toulouse, la hereje Albi con su imponente catedral de ladrillo, o un rosario de pueblos que pertenecen a la red «Les Plus Beaux Villages de France» (Los Pueblos más Bonitos de Francia): Algunos con emplazamientos increíbles como la inexpugnable Najac, otros en paisajes muy románticos como la idílica Belcastel, o escondidos y apartados en valles recónditos como al jacobea Conques, cuyo nombre significa «conchas» en clara alusión al Camino de Santiago.
Este es solo uno de los itinerarios posibles. Hay muchos más sitios bonitos por descubrir, que tengo por visitar… pero eso ya será una nueva historia…
¿Avión, tren o coche propio?
El aropuerto de Toulouse, la capital y ciudad más importante de Occitania, posee conexiones aéreas con Madrid con Iberia o Ryanair. El vuelo apenas dura 1h, y alquilar un coche allí siempre es una opción muy buena para reducir el trayecto de conducción.
No hay trenes directos desde España, pero Toulouse sí está muy bien conectada con Burdeos y desde allí por TGV con París. El tren más rápido Toulouse-París tarda 4h20′
Las conexiones por carretera son muy buenas y se puede llegar por autopista desde las principales ciudades españolas: Dista de Madrid 800 km (8h) por autopista todo saliendo por la frontera atlántica, se puede hacer noche a mitad de viaje, en San Sebastián que está a 350 km (3h30′). Por la frontera catalana, Barcelona está a una distancia similar, exactamente a 395 km (4h) también por autopista.
Las carreteras en el sur de Francia son buenas, con un firmen siempre cuidado y señalizado, sin embargo las carreteras locales por las que a menudo se circula para llegar a los diferentes destinos son a menudo muy estrechas y sinuosas. Hay que tenerlo en cuenta para calcular los tiempos.
Cuando ir:
La mejor época del año para visitar Occitania va desde finales de abril a finales de septiembre, en julio y agosto puede hacer bastante calor, pero no suele ser agobiante. En invierno puede hacer días muy soleados, pero en las tierras altas con clima más continental puede hacer mucho frío.
Organizando el Viaje
Este es un itinerario seleccionado para la «Ruta: 8 días por Occitania». He incluido algunos de los mejores puntos de interés, con diversidad de paisajes y monumentos, aunque la región tiene muchos más secretos por descubrir, y resulta interesante tanto para escapadas como para un gran viaje de mayor duración.
- Día 1: Llegada a Carcassonne, paseo. Noche en Carcassonne.
- Día 2: Visita del Castillo Condal, salida a Toulouse después de comer. Noche en Toulouse.
- Día 3: Visita de Toulouse. Noche en Toulouse.
- Día 4: Salida hacia Albi, visita de la catedral y Museo Toulouse-Lautrec. Noche en Cordes (o Albi).
- Día 5: Salida hacia Cordes-sur-Ciel, visita y comida. Tarde en Najac. Noche en Najac.
- Día 6: Salida hacia Belcastel, comida junto al río. Salida hacia Conques. Paseo. Noche en Conques.
- Día 7: Visita de Conques y comida. Llegada a Rocamadour, paseo. Noche en Rocamadour (o Conques).
- Día 8: Visita de Rocamadour. Fin de ruta.
Por supuesto esto es solo una sugerencia de ruta y tiempos, cada viajero tiene sus preferencias y opta por prolongar estancias en algunos sitios, omitir otros, incrementar o disminuir los días de los que se disponen, etc. Un aspecto muy importante es el alojamiento. Personalmente a mí me encanta probar establecimientos rurales en pueblos tranquilos y los prefiero a las ciudades. Suelen ser más baratos, y además contribuyes mejor a una redistribución de la riqueza más equitativa, ayudando a mantener vivas las zonas rurales apoyando el mantenimiento de sus monumentos y espacios naturales.
Occitania y la lengua occitana:
Occitania es hoy el nombre oficial de una de las 15 regiones metropolitanas que tiene Francia, pero nunca había existido una entidad política como tal. Su territorio corresponde a la extensión de un idioma común de origen romance cuyos límites fueron las fronteras naturales de los Pirineos por el sur, los Alpes al este, el Macizo Central por el norte y el Océano Atlántico al oeste.
El idioma occitano:
La lengua occitana deriva del latín vulgar. Tiene evidentes similitudes con otras lenguas romances como el catalán o el castellano. Aunque no es oficial en Francia, se estima que tres millones de hablantes de occitano en la región que la usan como lengua materna (de los 12 millones de habitantes que posee). No se estudia en todos los colegios, aunque en los últimos años han resurgido los movimientos de preservación y promoción de la lengua vernácula. Como curiosidad, el único lugar donde un dialecto occitano es lengua oficial del territorio es el Valle de Arán en España.
En estos dos mapas se ven las diferencias. En el primero se ven los distintos dialectos del occitano, al oeste el Aquitano, al norte Limusino y Auvernio, en el centro Languedociano, al este Provenzal y Vívaro-Alpino. Los dos marcados en negrita son los principales hablados en la región administrativa de Occitania, en el siguiente mapa; aquí el Aquitano está representado en azul, y el Languedociano en marrón. Nótese al sur el territorio en verde que corresponde al catalán, hablado en el Rosellón y la Cerdaña.
Occitania en su conjunto fue ocupada por el imperio Romano a partir del siglo I a.C., creando la provincia Narbonensis, con capital en Narbona. Toulouse siguió creciendo bajo el Imperio hasta convertirse en la cuarta ciudad más grande del Imperio Romano de Occidente; cuando el cristianismo comenzó a expandirse en el siglo III, Toulouse fue una importante sede episcopal. Su primer obispo, Saturnino o Sernin, fue martirizado en sus calles alrededor del año 250, y desde entonces venerado. Hecho que influyó decisivamente en que la ciudad fuera una etapa clave en el Camino de Santiago.
El ocaso del Imperio Romano significó la fundación del Reino de los Visigodos, cuya capital sería Tolosa. Toda Occitania formaba entonces parte de un reino que incluía grandes porciones de la península ibérica también.
Cuando en 508 los francos conquistaron la ciudad, los visigodos trasladaron su capital a Barcelona y más tarde a Toledo. Los francos merovingios establecieron entonces el Ducado de Aquitania, del que Toulouse era su capital, mientras la Septimania, la parte oriental de Occitania siguió bajo control visigodo. A mediados del siglo VIII los merovingios fueron sustituidos por los carolingios que también tomaron control de Septimania fundando al sur de los Pirineos las marcas hispánicas.
El Imperio Carolingio dio paso a una Europa Feudal en la que el Condado de Tolosa fue entonces el más poderoso de un territorio denominado Occitania fragmentada pero unida por un idioma común. En este contexto los emergentes reinos cristianos del sur de los Pirineos, Aragón y Navarra, comenzaron a ejercer una gran influencia sobre la región.
En el momento álgido de su influencia la Corona de Aragón controlaba los principales condados de Occitania a través de vasallaje directo (Condado de Provenza) o protectorado (Condado de Tolosa). La Cruzada Albigense significó el fin de la influencia aragonesa en la región y el comienzo de la francesa. La Batalla de Muret (pocos kilómetros al sur de Toulouse) el 12 de septiembre de 1213 fue decisiva en este cambio de influencias.
El final de la Edad Media estuvo marcado por la despoblación y pérdida de peso relativo de Occitania dentro del marco feudal, provocado fundamentalmente por la Guerra de los Cien Años y el declive del Camino de Santiago.
En el Renacimiento llegó una nueva época de prosperidad para la región de la mano de la elaboración y el comercio del tinte azul derivado del pastel. El siglo XVII trajo consigo la inauguración del Canal de los Dos Mares que unía, por fin, el Mediterráneo y el Atlántico, sn embargo no supuso el impulso económico esperado. En el siglo XVIII la economía empezó a resurgir pero la Revolución y las guerras que la siguieron significaron un nuevo retroceso económico.
Occitania quedó en gran parte al margen de la Revolución Industrial del XIX, y hasta el siglo XX, con la instalación de la industria aeronáutica en Toulouse, no llego una tímida industrialización. Quizá también son estos los motivos de que se hayan conservado tantos pueblos y monumentos medievales tal y como eran.
En el siguiente mapa interactivo podrás localizar con exactitud todos los lugares de los que se habla en el artículo. Podéis usarlo para llegar hasta ellos fácilmente y para seguir el itinerario propuesto en esta «Ruta por Occitania de 8 días».
Día 1 – Carcassonne
Nuestro punto de partida será Carcassonne, una de las ciudades amuralladas más bonitas de Europa. El conjunto histórico de Carcasona es uno de los más homogéneos y mejor conservados de Francia, y caminar por sus calles es retroceder en el tiempo, no en vano, ha sido escenario de numerosas películas de ambientación medieval.
La Cité, como así se conoce el recinto amurallado, está rodeado por una doble muralla, la primera es una cerca de 10 metros de altura, moteada de torres defensivas circulares, la segunda tiene 12 metros y completa su perímetro con el majestuoso Castillo Condal. Las visitas ineludibles son el propio castillo y la Basílica de Saint-Nazaire, pero perderse por sus calles es una experiencia inolvidable que disfrutaréis mucho.
La ciudad tiene al otro lado del río Aude su centro comercial, el barrio de Labastide, una fortaleza fundada por el rey francés tras la conquista de la plaza durante las Cruzada Albigense o Guerras Cátaras. Las mejores vistas del conjunto se ven desde el puente sobre el río, desde las murallas y aunque de lejos, el área de descanso que se encuentra en la autopista entre las dos salidas de Carcassonne.
La Cité está llena de restaurantes con encanto, algunos tienen terrazas que ocupan jardines interiores muy acogedores, y otros escondidos en las distintas plazuelas medievales que descubriréis al deambular por sus calles. Para dormir se puede elegir entre quedarse dentro del recinto histórico o escoger una habitación en Labastide con vistas a la ciudad amurallada.
Día 2 – De Carcassonne a Toulouse
Los 93 km que separan Carcassonne de Toulouse son de autopista apenas nos llevará una hora recorrerlos. Podemos optar por comenzar nuestra visita dejando el coche en el parking subterráneo de la Plaza de la Constitución, o hacerlo después de dejar las maletas en nuestro alojamiento. En cualquier caso, dedicaremos nuestras primeras horas en Toulouse dando un paseo por su centro historico en torno al Palacio del Capitol, sede del gobierno de la ciudad, capital de Occitania.
El centro de la ciudad esta lleno de cafés y terrazas, y no debemos perdernos la «carriera del Tauro» o Rue du Taur, peatonal muy comercial y llena de vida, en la que podemos aprovchar para encontrar alguno de los productos de «pastel» tan típicos de la region. Al fondo de la misma, la iglesia de Sant Sernin, que merece una visita por ser un referente arquitectónico, hito del románico del Camino de Santiago.
Desde la Plaza de la Constitución, esta vez por la Rue Léon de Gambetta, se alcanzan las riberas del río Garona, el Convento de los Jacobinos, es otro de los templos más bellos por descubrir en la ciudad, con la particularidad de ser de los únicos templos góticos del mundo que poseen una hilera de columnas en el centro de la nave. Al otro lado del río distinguiremos el Hôpital de la Grave, imagen icónica de Toulouse.
Para terminar el día, podemos elegir alguno de los restaurantes con terraza situados en las numerosas placitas del centro.
Día 3 – Toulouse
Dedicar la mañana a visitar alguno de los interesantes museos tolosanos, por ejemplo la Colección Bemberg o el Convento de los Agustinos. Antes de comer, no dejéis de pasear por los canales de Midi y Briene que a su paso por la ciudad, se convierten en avenidas arboladas. En ellos quizá os pueda interesar realizar una excursión por el canal las orillas Atlánticas y Mediterráneas de Francia, o incluso contratar una excursión de varios días por las mismas en gabarras acondicionadas con alojamiento incluido.
Los amantes de la navegación aérea y espacial no puede irse sin visitar el Museo de Aeronáutica y la Ciudad del Espacio, un parque temático dedicado a la comprensión del Universo. Toulouse es la capital de la industria aeronáutica, sede de la empresa Airbus, y donde se ensamblan sus aviones; es ademas una de las sedes de la Agencia Espacial Europea. Toda esta tradición se remonta a la implantación de esta industria puntera en la ciudad desde principios del siglo XX, cuando el gobierno francés consideraba más seguro el midi ante posibles guerras en Europa.
Es posible que Toulouse os atrape y deséis dedicar mas tiempo a esta asombrosa ciudad. Entonces conviene quedarse más tiempo y desde luego una noche más. La otra alternativa es recorrer los 75 km (aprox. 55′ de autovía) que separan Toulouse de Albi, nuestro próximo destino.
Día 4 – Albi:
Albi es una preciosa capital de provincias francesa, caracterizada por el color rojo de sus ladrillos. Fue sede de la herejia cátara que también se llamo Albigense. Tras las guerras, se construiría una de las templos góticos más interesantes de Francia, la Catedral de Albi. Una de las pocas construidas enteramente en ladrillo y con aspecto de fortaleza. Su rudo exterior contrasta con un majestuoso interior decorado con frescos y estatuas, que le confieren un aspecto impresionante, que recuerda a los grandes templos italianos.
Además Albi fue la cuna del famoso pintor Toulouse-Lautrec, y en el antiguo palacio obipal, Palace de la Berbie, se ha instalado su museo, con la mayor colección de obras del artista lisiado que se movió en su salsa en el París de la Belle Époque. La visita se puede completar con un paseo en barco por el río Tarn.
Se puede elegir pasar la noche en Albi, o por el contrario, escoger un sitio más tranquilo, en uno de los hotelitos rurales de Cordes-sur-Ciel, nuestra siguiente etapa, que está tan solo 27 km (25′ por carretera comarcal). Desde aquí pasamos de la Occitania del ladrillo y teja, a la Occitania de la piedra y los tejados de pizarra. Dejamos las planicies y nos adentramos en una región de montaña mediana, y valles estrechos.
Dia 5 – Cordes-sur-Ciel & Najac
Cordes-sur-Ciel es un pueblo sorprendente encaramado en una loma, vigilante sobre los valles circundantes. Completamente amurallado, y lleno de palacios góticos que reflejan la pujanza económica que tuvo en la Edad Media cuando era un importante centro textil. Fue fundado por el Conde de Tolosa en 1222 como reducto defensivo para los cátaros. Tuvo su esplendor durante los siglos XIII y XIV, cayendo decayendo después alejado de las principales rutas comerciales. Esto le ayudó a preservar su carácter rural y monumental, excelentemente conservado. Forma parte de los «Los Pueblos más Bonitos de Francia» con toda justicia.
Para descubrir el pueblo hay que comenzar en la Place de la Bouteillerie, hasta donde llega la carretera, y desde aquí remontar por la Rue de l’Horloge, superando varios recodos hasta alcanzar el centro histórico en lo alto del otero. El conjunto es muy armonioso; casas de piedra con fachadas de contraventanas de colores, el mercado cubierto, las plazas tranquilas bajo la sombra de los plátanos y los palacios góticos como el Maison Carrié-Boyer, la Maison du Grand Veneur (Palacio del Gran Cazador), y la Maison du Grand Écuyer (Palacio del Gran Escudero) que son las más llamativos.
Para quienes disfruten de la tranquilidad y el sosiego de un pueblo con encanto, éste sin duda será uno de sus favoritos y puede convertirse en un destino en sí, dedicándose a recorrer la bella comarca que lo rodea, tomádolo como base.
Tras un buen almuerzo en alguno de los numerosos restaurantes de Cordes, continuamos ruta hacia Najac que se encuentra a 25 km (unos 30′ por carretera comarcal). De camino pasaremos por el pintoresco Saint-Martin-de-Laguepié, surcado por un río y un castillo en ruinas.
Najac
También pertenece a la red de «Les Plus Beaux Villages de France». Apenas si llega a los 300 hab., y todos se distribuyen a lo largo de una solo calle principal que va desde la Place du Faubourg hasta el Castillo de Najac. La Place du Faubourg es la plaza del mercado, y así ha sido durante centurias. La calle principal trascurre sobre la cima de una colina que forma un meandro sobre el río Aveyron, y su primera parte en bajada, es uno de los escenarios fotográficos más buscados por los turistas, con la vista del castillo al fondo, a menudo decorada con bajas nubes que se forman en el estrecho cañón del río a primeras horas de la mañana.
El Castillo es un bello ejemplo de la arquitectura militar medieval, y jugó su papel relevante durante la Guerra de los Cien Años, siendo un feudo del rey de Francia frente a los poderes del Duque de Aquitania o el Conde de Tolosa. Se puede visitar, una de sus torres alberga una exposición, y desde lo alto la vista de Najac es preciosa.
Hay varios establecimientos rurales dentro del pueblo y en los alrededores.
Día 6 – Belcastel
Madrugando en Najac, tendremos oportunidad de echar un vistazo más a esta bonita localidad desayunando en alguna de sus terrazas. Una hora de camino por carreteras rurales de paisajes que alternan bosques y cultivos, nos permite llegar a Belcastel (a 57 km).
Belcastel también forma parte de «Los Pueblos más Bonitos de Francia» y se repite la fisonomía, Castillo Medieval, casas arremolinadas en torno a la loma de la fortaleza, pero en esta ocasión está al borde del río. Es el mismo río Aveyron curso arriba de Najac, pero aquí sus riberas están llenas de casas típicas de piedra, ventanas con flores y un precioso puente medieval que le da un aire idílico.
Junto al puente una terraza invita a comer y relajarse, antes de continuar viaje hacia Conques, a 40 km (unos 45′ por carreteras comarcales).
Conques es otro tesoro rural de Francia, con tanto encanto que parece de cuento. Dentro también de la red que asocia los pueblos más bellos de Francia, apoyando su promoción y desarrollo, éste, está más acostumbrada al turismo que los dos anteriores, tiene más establecimientos rurales y restaurantes y por tanto es más fácil elegir el que nos convenga por precio y características. El pueblo por la noche es cuando más bello se muestra, en el silencio y la iluminación tenue de sus calles, y el callado discurso de sus piedras.
Día 7 – Conques
El monumento principal de Conques, es la antigua Abadía de Sainte-Foy (Santa Fé). Un tesoro del románico que cuenta con el friso del Juicio Final, joya de la escultura medieval. Conques o Concas como se diría en occitano, acumula leyendas e historias de película. Las reliquias milagrosas que atesora fueron traídas hasta aquí por un monje benedictino que esperó 20 años a ganarse la confianza de sus superiores, llegar a ser custodio de las mismas en el Monasterio de Agen, y robarlas para dedicarse a la construcción de un templo donde venerarlas en este emplazamiento. Su fama de milagrosas, modificó el Camino de Santiago que desde entonces pasa por aquí proveniente del este de Francia. El Museo del Tesoro, las ha conservado hasta nuestros días, con una anécdota histórica digna de mención. Durante la Revolución Francesa se decidió recopilar tesoros y joyas de la iglesia para su fundición y financiación de la República. Saltándose la ley, todos los vecinos de Conques colaboraron con el «robo» de las mismas, escondiéndolas en sus casas hasta que todo pasó. Entonces los propios vecinos las devolvieron a la Abadía, ¡y no falto ni una!
Pasear por la Rue Charlemagne, y admirar sus casas de entramados de madera con una armonía perfecta en la que nada desentona es un verdadero placer. El Hôtel de Ville (Ayuntamiento), la Porte de la Vinzelle o el Château d’Humiêres son otros monumentos reseñables de esta pequeña población de no mas de 500 habitantes.
Si como yo os enamoráis del encanto de esta localidad, querréis pasar una noche más aquí. Otra opción es recorrer los 90 km hasta nuestro próximo destino, y punto final de nuestra excursión, Rocamadour, a 1h30′ de carretera.
Día 8 – Rocamadour
Rocamadour está ubicada en un profundo surco de las «Causses«, mesetas calcáreas de clima continental con suelos poco aptos para el cultivo pero poblados de bosques de rebollares. Incrustado en una pared rocosa, en la vertiente norte del estrecho valle que formó el río Alzou, se levanta el Santuario Mariano de la Virgen de Rocamador. Tuvo gran fama en el Medievo, y recibió visitas regias desde Francia, Castilla o Inglaterra. El Santuario conformado por siete templos reunidos, fue el origen de esta pintoresca población situada en el extremo más septentrional de Occitania.
La vista desde el Belvedere es impresionante por la mañana, a favor de un sol que ilumina el valle y el Santuario. Lo mejor es dejar el coche en el parking e ir a pie por la calle «Au fond de la Côte» para alcanzar la Voi Sainte, la vía santa usada por peregrinos durante siglos para acceder al jubileo que esta localidad ofrece.
La localidad recibe mucho turismo, y la calle principal la recorre de este a oeste completamente, aunque cambiando de nombre. El Santuario está repartido en varias capillas, algunas excavadas, otras incrustadas o construidas junto al paredón de roca. Hay un ascensor para subir los dos niveles y acceder hasta la cima por los jardines hasta el Castillo, o bien se pueden superar los 219 escalones, como hacen los peregrinos para acceder al Jubileo.
Rocamadour toma su nombre de las reliquias de San Amador (Roca-Amador), a las cuáles se le atribuyen diversos milagros. Tanto éstas como la Virgen Negra de Rocamadour, son los principales figuras veneradas en este famoso y pintoresco Santuario Mariano, uno de los más conocidos de la Cristiandad en la Edad Media.
Fin de la Ruta
Y hasta aquí llega nuestra Ruta por Occitania. Son 8 días de turismo rural, por pueblos históricos y bellos paisajes del Occitania, esta particular región del Sur de Francia, que siendo mucho menos famosa que otras más
Puedes mirar mis recomendaciones para cada una de las diferente localidades descritas en este artículo, siguiendo los enlaces a los posts dedicados a cada una de ellas. Encuéntralos al final de cada artículo.