Los Toros de Guisando

Los Toros de Guisando es uno de mis rincones favoritos porque reúne muchos de los mejores ingredientes:

Por un lado es un lugar de belleza natural indiscutible, está apartado, tranquilo y se respira paz y sosiego; por otro lado, es uno de los mejores ejemplos de monumentos prerromanos en España; y por último, es un sitio lleno de leyendas, magia y misterio, que además fue escenario de un episodio histórico de gran trascendencia para la Historia de España. En 1468 se firmaron aquí los pactos por los que el Rey Enrique IV proclamaba a Isabel como legítima heredera de la Corona de Castilla.

Cómo Llegar:
Los Toros de Guisando se encuentran situados justo en el límite entre las provincias de Madrid y Ávila, en el término municipal de El Tiemblo (Ávila).78kms de Madrid, se tarda en llegar algo más de una hora por la M-501, autopista en su mayor parte hasta San Martín de Valdeiglesias. Allí tomar la carretera Toledo-Ávila dirección Ávila, y un kilómetro después una indicación nos dirigirá hacia la izquierda.

Puedes abrir este enlace para ver la ubicación de «Mis Rincones Favoritos» en GoogleMaps.

 

Visita de los Toros de Guisando

La Venta Juradera de los Toros de Guisando está situado en un hermoso soto, sobre un un pequeño llano cruzado por un arroyo y rodeado de montañas. El lugar tiene algo de bucólico y de mágico. Alejado de cualquier núcleo urbano, su visita a menudo se ve recompensada por la soledad, la quietud y el silencio solo roto por cantos de pájaros. Entonces al entrar en el recinto que protege el conjunto y superar la valla que lo rodea, nos enfrentamos a la sorprendente visión de cuatro gigantes de piedra granítica alineados. El sitio acompaña, y el monumento no desmerece; a pesar de los más de 2000 años que han pasado desde su construcción, se conservan en excelente estado (la dureza del granito evita la erosión rápida).

Lo primero que nos viene a la cabeza, es preguntarnos, ¿pero qué puñetas hacen estas esculturas aquí? Y aunque no se sabe con certeza, sí se sospecha que se reunieron aquí en tiempos de los romanos, agrupando varios de estas esculturas que se dispersaban por los campos de la comarca. Pero la verdad, es que las interpretaciones más fantásticas y legendarias siempre son más divertidas…. Quizá fuera una especie de centro religioso, o un sitio de rituales místicos, o quién sabe…, cada uno es libre de imaginarse la historia que más le convenga, y en un sitio así, lo que más apetece es soñar un poco. Lo que sí sabemos con cierta precisión es la datación de las esculturas, entre el siglo IV a.C. y el siglo I a.C., y sabemos también que se tratan de representaciones típicas de la cultura de los Vetones. Un pueblo prerromano de origen celta que habitó las provincias de Salamanca, Ávila y Cáceres principalemente.

Si tenéis la suerte de estar solos durante la visita (durante la semana, y especialmente en invierno no hay mucha gente) quizá sintáis esa sensación de ser unos nuevos viajeros románticos del siglo XIX, (perdón más bien XIX) descubriendo los tesoros artísticos abandonados por la geografía olvidada de España.

Tratado de los Toros de Guisando

Durante el reinado de Enrique IV (1454-1474) Castilla se divide y enfrenta en una Guerra Civil provocada por los derechos dinásticos a la Corona. El Rey no ha tenido hijo varón, y es acusado de impotente. Su única hija, concebida de su matrimonio con Juana de Portugal, es conocida como Juana la Beltraneja. Este sobrenombre era una clara alusión a la sospecha de que fuera hija del entonces Valido del Rey, Beltrán de la Cueva.

Fueran las sospechas fundadas o no, una gran parte de los nobles castellanos se inclinan del lado de Isabel para defender sus derechos dinásticos, considerando a Juana, como hija no legítima para poder heredar el trono. Como resultado de estas disputas, y con el deseo de alcanzar una paz duradera y próspera, ambos bandos deciden pactar una solución a la Guerra. El bando de Isabel reconoce al monarca y se compromete a no cuestionar su reinado hasta su muerte a cambio de obtener de su parte un acuerdo firmado en el que se designa a la propia Isabel como heredera única y legítima del Reino.

Estos acuerdos tuvieron una gran trascendencia histórica, ya que abrieron el camino al trono de Castilla a la futura Isabel la Católica. Fueron denominados como el Tratado o la Concordia de los Toros de Guisando. La importancia de los mismos y la fama que cobró el lugar, hicieron que autores famosos como el propio Cervantes mencionase el sitio en varios de sus capítulos de «El Quijote».

 

Los Toros de Guisando en la Serie Isabel de TVE:

Este es el momento escenificado del Tratado de Guisando, firmados por el Rey Enrique IV de Castilla y su hermanastra en 1468.

Los pactos abrieron el camino para el acceso legítimo de Isabel al trono de Castilla.

Verracos y Vetones

Los Vetones, pueblo de origen celta, vivían principalmente de la caza, el pastoreo y la ganadería. Su cultura representa toros o verracos, machos sementales de cerdo y jabalí. Numerosos ejemplos de estas figuras enigmáticas han llegado hasta nuestros días en todo el territorio que ocuparon del centro-oeste peninsular. Hay ejemplos en Toro (Zamora), Villardiegua (Zamora), Villlatoro (Ávila), Muñogalindo (Ávila), y otros muchos puntos; siendo los de menor tamaño asociados a cerdos, y los más grandes como es el caso de los de Guisando, a toros.

Se cree que la función de estos toros o verracos era la de servir de hito o señal para delimitar los caminos o campos de pastoreo. Aun hoy es posible encontrar algún ejemplo de toros completamente aislados como el «Verraco del Torcón» en Menasalbas (Toledo) a unos 80kms de aquí.

El lugar donde se encuentran los toros hoy es posiblemente un emplazamiento escogido en tiempos romanos para reunir estas cuatro piezas. Apoya esa teoría, el hecho de haberse encontrado inscripciones romanas en uno de los toros. De otro modo, es posible que los toros hubieran permanecido separados.

Orientados hacia la puesta de sol y mirando hacia el Cerro Guisando, los cuatro toros, a pesar de su antigüedad (más de 21 siglos) presentan un realismo muy marcado. Alguno de ellos tiene incluso hendiduras practicadas en la cabeza para ser insertados los cuernos. Son piezas realizadas en un solo bloque de piedra y pueden llegar a pesar cada una más de diez toneladas.

Curiosidades:

Con una altura de 1,50 mts, una longitud de 2,5 mts y  una anchura de algo menos de 1 metro, se calcula que cada uno de los Toros puede tener un peso de más de 10 toneladas. Es sorprendente que con unas dimensiones y un peso tan enormes, estas esculturas fuesen realizadas habitualmente en monolitos y trasladadas hasta el punto donde debían emplazarse.

 

Para saber más:

Aquí tienes un video del canal ArteHistoria que te explica un poco más sobre estos toros o verracos característicos que se encuentran por todo el territorio de cultura vetona.

Los Vetones se extendieron por las actuales provincias de Salamanca, Ávila, Sur de Zamora, Cáceres y parte occidental de Toledo